No sé cuánto de negocio hay en Fitur, entre tanto postureo oficial, pero tengo claro que el año que viene, además de los redactores de economía del periódico, tendrán que ir los de política a ver qué se cuece en Ifema además de Visit Valencia, Actitud mediterránea y Benidorm city & beaches. Este año hemos tenido protagonismo valenciano gratis –lo del Día de la Comunitat Valenciana es de pago–, gracias a Carlos Mazón, quien propició junto a sus homólogos López Miras, Moreno Bonilla y García-Page la foto de la semana.
La imagen de los cuatro tenores sirvió para que los medios de comunicación nacionales debatieran por primera vez sobre el fondo transitorio de nivelación que la Comunitat Valenciana viene reclamando desde hace diez años sin que se hubieran enterado. La mecha la encendió, el día de San Vicente Mártir, Ángel de la Fuente, reconocido experto en financiación autonómica. De la Fuente planteó la creación de este fondo de 3.200 millones de euros –de los que 1.148 serían para la Comunitat Valenciana–, pero la repercusión fue limitada, como cada vez que lo ha propuesto en los últimos años. Lo que dio altura al cohete fue la puesta en escena del conciliábulo de presidentes. Y sobre todo, la presencia del socialista díscolo García-Page.
Frente a los secuaces de Sánchez que se lanzaron a responderle, liderados por Óscar Puente, el presidente de Castilla-La Mancha reivindicó su derecho a discrepar dentro del PSOE y recalcó que él sí ha ganado las elecciones. De ganador a perdedor, podría haber añadido, parafraseando a Puente. Page sabe que ganó las elecciones del 28M, en medio de la debacle de los socialistas, gracias a actuaciones como la de Fitur, en las que antepone su mancheguismo al argumentario del partido. Castilla-La Mancha first.
A los cuatro tenores les faltó una soprano –dicho sea sin segundas–, que habría ensombrecido al mismísimo Page: Diana Morant. La ministra de Ciencia, Innovación y Universidades se quedó afónica y perdió una ocasión inmejorable para arrancar a lo grande la campaña para ser secretaria general de los socialistas valencianos. Morant debería haberse hecho la foto con Mazón para liderar con él la reivindicación de ese fondo de nivelación que la vicepresidenta primera no quiere aprobar. Te arriesgas a que te echen del Gobierno, pero es un riesgo moderado mientras apoyes la amnistía, que es lo que le importa al PSOE en estos momentos. De hecho, el cabreo con Page es más por su rechazó a la amnistía que por el fondo de nivelación.
En lugar de hacerse notar, Morant se alineó con Montero. Ni siquiera se puso de perfil. Igual que el senador Ximo Puig, quién le ha visto y quién le ve después de que en 2022 su conseller de Hacienda, Arcadi España, reclamara a la ministra ese fondo de nivelación en un Consejo de Política Fiscal y Financiera que no transcurrió como ella dice, o al menos eso pone en el acta de la reunión. "Los españoles se merecen un gobierno que no les mienta" (Alfredo P. Rubalcaba, 2004).
También podría haberse dejado ver en este polémico asunto Arcadi España, que ha pasado en pocos meses de conseller reivindicativo a secretario de Estado de Política Territorial, donde se supone que tiene algo de poder para dar solución a las reivindicaciones que él mismo verbalizaba hace un año. No nos conviene que le pase como a Montero, que rechaza lo que ella misma pedía cuando era consejera de Hacienda de Andalucía.
Morant respondió a Mazón que "menos propaganda" y "más propuestas", como si lo del fondo de nivelación no fuera una propuesta y como si la Comunitat Valenciana no hubiera enviado hace pocos meses, con Ximo Puig todavía en el Palau, la enésima propuesta de reforma del modelo de financiación autonómica, a petición de Montero, que es quien tiene la obligación de presentar una propuesta gubernamental. La de los valencianos no ha cambiado desde hace diez años y no es previsible que Mazón la cambie porque es una propuesta de consenso respaldada por el PSPV. Han cambiado algunas personas.
Lo que parece un caso perdido es lo de Compromís, que lleva camino de repetir su papel como pagafantas en el Congreso. Su portavoz, Àgueda Micó, nos regaló este titular en septiembre: "Compromís dará sus votos de investidura porque habrá un fondo de nivelación" y, un mes después, insistió en alimentar la hemeroteca: "La infrafinanciación terminará en los próximos Presupuestos Generales del Estado".
Pues eso, le dieron sus votos a Sánchez, metieron en el pacto PSOE-Sumar un párrafo que, según Compromís, garantizaba el fondo de nivelación, y ahora van a mendigar algo que justifique que votarán a favor de los Presupuestos Generales del Estado a pesar de que no incluirá ese fondo. Eso les pasa por fiarse de Sánchez, que lleva cinco años tomando el pelo a quien se lo deja tomar. Con tres diputados, Compromís lleva camino de conseguir lo mismo que Baldoví cuando estaba solo; o el triple, si se quieren consolar así. El triple de nada.
Militantes de Madrid, Aragón, Castilla La Mancha, Castilla y León, Galicia y Extremadura reclaman un sistema justo y multilateral