VALÈNCIA. La alcaldesa de València, María José Catalá, firmó una resolución el pasado 28 de junio en la que establecía un reparto de turnos entre los 33 concejales que componen el Ayuntamiento de la ciudad para que estos oficiaran las bodas civiles que se fueran a celebrar en el último semestre del año. Un calendario que, sin embargo, apenas unos meses después de haber diseñado tras adquirir la vara de mando, la primera edil deberá modificar tras la negativa de los concejales de Vox a oficiar bodas civiles.
El diseño aprobado repartía diferentes viernes y sábados entre los ediles, incluida también la propia alcaldesa. A Vox le había tocado cubrir una cita en septiembre, otra en octubre y una más en diciembre. Sin embargo, estos días deberán repartirse entre ediles de otras formaciones, dado que los concejales de Vox han presentado un escrito en el que renuncian a oficiar bodas en el Ayuntamiento de València. El de septiembre, de hecho, ya fue asumido por un concejal del PP.
"Desde Vox se entiende que dado que las delegaciones de funciones de gobierno recaen sobre los miembros del PP, esta función al igual que las anteriores también la debe delegar la alcaldesa en ellos y no en los concejales de Vox", explican desde el grupo municipal.
La situación, no obstante, no es nueva. A principio del mandato pasado, el portavoz de Vox Pepe Gosálbez ya presentó un escrito a Alcaldía para renunciar a esta posibilidad. En aquel momento, el partido explicó que daban "libertad a los concejales en esta materia" para que hicieran lo que quisieran. Por el contrario, el otro concejal de Vox en la legislatura pasada, Vicente Montáñez, sí aceptó oficiar bodas civiles.
En este sentido, advertían que en virtud del artículo 51 del Código Civil, el alcalde era quien tenía potestad para celebrar bodas civiles, y era él -entonces Joan Ribó- quien podía delegar en los concejales, según la Ley de Bases de Régimen Local. Pero los ediles "tienen la libertad de aceptar o no" porque "es una cuestión voluntaria", añadían desde Vox.
En València, las bodas civiles oficiadas por concejales del Ayuntamiento se celebran los viernes, y algún sábado, en los Jardines de Monforte, y los ediles tienen un calendario definido con un turno rotatorio "en igualdad de condiciones", según fija el propio consistorio, por lo que desde el primer día conocen cuándo les toca casar. Esos días hay un titular y un suplente aunque, entre ellos, pueden cambiarse los turnos e incluso, pueden solicitar oficiar una boda en concreto, cuando es de alguien que se lo ha pedido especialmente a ellos y están de acuerdo.
Catalá, ahora, deberá repartir las fechas que vacantes para asignarlas a alguno de sus concejales que, con toda probabilidad, deberán recaer sobre los miembros de su gobierno, dado que PSPV y Compromís ya han avanzado que no están dispuestos a mover sus fechas, ni cambiar sus turnos del calendario para asumir nuevos.