Solveig Nordström
Decana de la arqueología alicantina
Solveig Nordström, Sol, (Estocolmo, 25 de noviembre de 1923), doctora en Filosofía y Letras, arqueóloga, políglota, profesora de yoga, de sánscrito, de danza y de ballet clásico, colaboradora del Grupo de Estudios Espiritistas Allan Kardec, en su atalaya benidormense desde los años 60 del siglo XX, mantiene la misma pasión por la búsqueda del conocimiento con la que llegó a tierras alicantinas a mediados de los años 50.
| 27/01/2018
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1 min, 29 seg
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ALICANTE.—¿Qué espera encontrar una arqueólo-ga sueca con formación literaria cuando desembarca en Alicante en 1955?
—Un horizonte más amplio, donde no solo hubiera romanos o griegos. En ese momento se había abierto un poco hacia el este la presencia sueca, pero no hacia el oeste. Había institutos suecos en Roma y Atenas, pero en España no. Quería abrir un instituto sueco aquí también. Quería dar a España un lugar en el mapa arqueológico mundial.
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—¿Se diferenciaba mucho la práctica arqueológica en la España de entonces de la teoría aprendida en Suecia?
—Sí, por causas geográficas y climatológicas, el estudiante nórdico de la arqueología clásica tenía que estudiar mucha teoría antes de tocar la tierra. Los había que se quedaban toda la vida como ‘arqueólogos de salón’. Eran especialistas en arte, visitando los museos, comparando esculturas, cerámicas, etc. En España era al revés; el profesor enseguida llevaba a sus alumnos a las excavaciones, donde podían aprender —y ayudar—.
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