VALÈNCIA. Un código numérico para asegurar el anonimato de los pacientes y un número de teléfono de contacto. Eso es lo único que las Comunidades Autónomas deben aportar para comenzar a utilizar en sus respectivos territorios RadarCOVID, la aplicación móvil desarrollada por la secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial para el rastreo de la Covid-19 que, según el Gobierno, ha dado excelentes resultados en las pruebas piloto.
Tan es así que la app "prácticamente dobla" la capacidad de detección de contactos estrechos de casos positivos de Covid-19 que se logra con el rastreo manual. Finalizada pues la prueba piloto con resultados "tremendamente positivos" ahora resta que las comunidades den el paso de implementarla.
Para ello, las comunidades autónomas deben realizar "un pequeño desarrollo", según explicó a principios de mes el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), Fernando Simón, quien también dijo tras reunirse con las CCAA que estas debían concretar esa misma semana si estaban interesadas en adoptar la app esa misma semana.
Los plazos se han alargado algo más de lo previsto por Simón. Andalucía, Cantabria, Aragón y Extremadura han sido las primeras comunidades autónomas que han integrado con la app para usarla inmediatamente en pruebas, pero de forma plenamente operativa. Canarias y Castilla y León se sumaron a estas cuatro en la tarde del jueves, con lo que ya son media docena las regiones que la han abrazado.
Según el Ministerio de Sanidad, el resto de comunidades autónomas han manifestado su interés en adoptar la herramienta y están llevando a cabo el trabajo técnico necesario para integrar la aplicación con sus sistemas sanitarios para poder ponerla en marcha "a lo largo de las próximas semanas". Fernando Simón dijo este jueves que probablemente el proceso abarque hasta finales de septiembre.
La consellera de Sanidad, Ana Barceló, ha sido cuestionada sobre sus planes para adoptarla prácticamente en cada una de las ruedas de prensa que ha ofrecido desde entonces, pero la respuesta tres semanas después sigue siendo la misma. A saber, que la Conselleria de Sanitat aún continúa valorando si se adhiere a este sistema de rastreo.
"No está descartado. Lo estamos estudiando", explican fuentes de su departamento que, además, añaden que es necesario comprobar si la funcionalidad de la aplicación encaja con el modelo de rastreo que se sigue en la Comunitat Valenciana. Por el momento, la Comunitat aplica un modelo de rastreo manual desarrollado por una red de 1.250 rastreadores contratados por la Conselleria de Sanitat.
La app requiere que las comunidades especifiquen a qué número tendrían que llamar los contactos en sus respectivos territorios y además, tienen que fijar qué agente sanitario se encarga de entregar el código a la persona infectada para que comunique su positivo a través de la aplicación.
En el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud celebrado este miércoles se acordó que las comunidades autónomas que vayan terminando este proceso de adaptación puedan comenzar a operar en pruebas. Esto permite, según Sanidad, "acelerar la implantación del desarrollo", que deberá ser ratificado a través de convenios bilaterales entre las administraciones sanitarias de cada autonomía y el Ministerio de Sanidad.
A ello se unen, además, las dudas manifestadas públicamente por Nuria Oliver, la experta nombrada por Ximo Puig en el inicio de la pandemia para coordinar la inteligencia de datos ante la epidemia por el Covid-19 desde su cargo como Comisionada de la Presidencia de la Generalitat para la Estrategia Valenciana para la Inteligencia Artificial.
Sin referirse expresamente a la aplicación Radar Covid promovida por el Gobierno central, Oliver es de la opinión de que este tipo de aplicaciones tienen limitaciones y no han sido objeto de una "evaluación técnica rigurosa".
"Su uso generalizado ha sido un gran reto incluso en los países más tecnológicos como Singapur o Corea del Sur. Además, existen brechas demográficas que se perpetúan con este tipo de herramientas, y que dejan a ciertos colectivos como inmigrantes, temporeros y personas mayores 'invisibles' a la aplicación", ha dicho Nuria Oliver.
"Otro dato a tener en cuenta –insiste la experta– es que el 25% de los móviles no son compatibles con el protocolo de baja energía de Bluetooth, y que esa tecnología, además de estar sometida a interferencias, no sabe si llevamos mascarilla, si estamos de espaldas a nuestro contacto o si hay una mampara o una pared de por medio, con lo que se pueden generar falsos positivos".
Otro punto delicado es, a su juicio, la privacidad. "Es posible que las aplicaciones no faciliten datos personales a los gobiernos, pero quizá sí a Apple o Google, y eso me preocupa". "Quizá deberíamos pensar más en dar herramientas digitales y modernas a los rastreadores, para que rápidamente puedan encontrar patrones y compartir información con quien la necesite, hacer los test a los contactos lo más rápido posible y velar por que las cuarentenas se puedan hacer en condiciones", añade la experta.
Por el momento, la estrategia de Oliver en relación a la crisis sanitaria es una encuesta online sobre el impacto del coronavirus. Se trata de un cuestionario abierto online que empezó vía Google Forms y que inicialmente se difundió, sobre todo inicialmente, a través de redes sociales como Twitter y también mediante grupos de Whatsapp. Esta encuesta es la que permite al grupo de trabajo Data Science for Covid-19 de la Generalitat analizar la evolución de la pandemia en España.
A día de hoy la aplicación cuenta ya con unos dos millones de descargas en sus versiones para los sistemas operativos Android e iOS.
Según el Sanidad, RadarCOVID ha sido desarrollada siguiendo los estándares técnicos más garantistas con la privacidad de los usuarios en cumplimiento de todas las recomendaciones elaboradas por la Comisión Europea. Así, ningún usuario puede ser identificado o localizado porque no hay dato alguno registrado y porque todo el proceso se desarrolla en su teléfono sin salir hacia ningún servidor. Además, tanto el uso de la app como la comunicación de un posible contagio serán siempre voluntarios.
La aplicación utiliza la conexión Bluetooth del terminal, a través de la cual los móviles emiten y observan identificadores anónimos de otros teléfonos que cambian periódicamente. Cuando dos terminales han estado próximos durante 15 minutos o más a dos metros o menos de distancia ambos guardan el identificador anónimo emitido por el otro.
Si algún usuario fuera diagnosticado positivo de Covid-19 tras realizarse un test PCR, decidiría si dar su consentimiento para que, a través del sistema de salud, se pueda enviar una notificación anónima.
De esta forma, los móviles que hubieran estado en contacto con el paciente recibirían un aviso sobre el riesgo de posible contagio y se facilitarían instrucciones sobre cómo proceder. Al no solicitarse datos de ningún tipo, es imposible identificar o localizar de forma alguna a ningún usuario.
Actualmente, la Comisión Europea está desarrollando el marco legal y técnico que haga posible la interoperabilidad entre aplicaciones basadas en el modelo descentralizado, como es el caso de RadarCOVID, para que puedan seguir funcionando más allá de las fronteras de cada Estado. El Gobierno español es partidario de un modelo interoperable para ampliar el alcance de este tipo de herramientas.