Marty McFly y la kryptonita

VALÈNCIA. Pues resulta que Compromís se ha hecho mayor. Al menos a la hora de organizar mítines centrales. La parafernalia mitinera, de este domingo, estaba a la altura estructural de los grandes partidos. Podría ser inevitable comparar lo que estaba sucediendo a la misma hora en la plaza de Toros con este acto celebrado en el Parc Central, pero no se puede medir con la misma vara el potencial pepero con los recursos de la coalición. 

Aunque en este mitin se han dejado la pela.  Era su gran acto, y lo dieron todo. Hasta fartons y orxata para mitigar los efectos del calor, bajo un sol que obligaba a tirar de las gorras y sombreritos que se repartieron a los allí presentes. Porque había mucho merchandising, incluso con detalles para los medios de comunicación allí presentes. A tope. Tanto que hasta se contrató a la Orquesta Pato que interpretó en los, eternos, prolegómenos con el repertorio habitual; La Gossa Sorda, Zoo, Obrint Pas y demás. Entre sus canciones y la conducción del evento por parte de María Juan, se hizo un poco más amena la espera porque el acto se retrasó un pelín. Imaginen que Aitana Mas llegaba, portando a su hijo a brazos, a las 10.22 de la mañana (el acto estaba previsto para las 11.00) y salimos de allí, pasadas las 13 horas.

Las estrellas de la mañana fueron Joan Baldoví y el candidato a la reelección en el Ayuntamiento de València, Joan Ribó, al que le pedían fotos en los momentos previos a los parlamentos. ¿Quién le iba a decir a Ribó que acabaría siendo reclamado para ello? O al propio Baldoví, que ha visto evolucionar y de qué manera el nacionalismo que siempre ha defendido. Atrás quedaron aquellos tiempos de banderas soberanistas en los actos de Unitat del Poble Valencià. 

Desde hace ya años, cuando la coalición se puso en marcha, que la simbología se cuida y mucho para no ofender a nadie. En eso fue clave Mónica Oltra. ¡Uy, he mencionado a la exvice! Como lo hicieron todos los que hablaron. Ah no. No lo hicieron. Solo fue nombrada por Baldoví. En ese momento de éxtasis cuando apelaba a que estas elecciones no eran las de Pedro (Sánchez) ni de Alberto (casi no recuerda el nombre de Feijóo), sino las elecciones de Vicent, Maria Josep, etcétera.  Una sola referencia a quien llevó a lo más alto a Compromís. ¿Raro? Sí estaba Fran Ferri, en primera línea, junto a Carles Mulet, Papi Robles y compañía. En la fila centrar, sentado, junto a las mil sillas habilitadas para la ocasión. Se quedaron cortos con las expectativas. Al final, no hubo pinchazo. Por lo menos, dos mil personas se acercaron a ver, no solo a Ribó sino, también,  a María Josep Amigó (Valencia), Vicent Marzà (Castellón) y Aitana Mas (Alicante). También de la número 5 a Les Corts por Valencia, Paula Espinosa, representante de VerdsEquo, estuvo por ahí. 

Fue ella la que empezó los discursos. La que abrió el fuego con asuntos medioambientales y algún raje a "nuestros compañeros de viaje" por lo de la ampliación del Puerto. Soso inicio, que no levantaba al respetable de sus asientos ni incitaba a voltear las banderas que habían sido repartidas. Todas las banderas de la coalición. Solo rompen la unidad, una senyera y dos LGTBi (preparadas de antemano en las sillas). El relevo lo toma Amigó que nombra por primera vez al PP. No para bien, claro. Tampoco desata pasiones su intervención. Res. Hasta que llega Vicent Marzà. El exconseller si maneja bien los mítines. El que, por fin, hace que los fans se levanten, que aplaudan, que griten. Ya es un mitin. en toda regla. Y es Marzà el que marca el denominador común de los discursos. El PP. Casi como hacen los populares con ETA. Todo es PP. Y todo es poner encima de la mesa la disyuntiva de, o vuelve la derecha (la corrupción, los amiguetes, Fabra, y demás) o seguimos avanzando en el futuro. Oye, como el argumentario del PSPV. Incluso, Marzà usa las mismas palabras que el día anterior pronunciara Ximo Puig ante Sánchez. "No van a volver, no pueden volver y el mejor y gran antídoto para que no vuelvan es el PSPV", aunque, lógicamente, para el castellonense, el antídoto es Compromís y Baldoví es la kryptonita ante el odio y el negocio. 

La cosa está clara. El plebiscito es ese. O el Botànic o la muerte. "Volver al pasado". Pero es que hace ocho años desde que dejó de gobernar el Partido Popular. A lo mejor canta un poco el argumentario del Regreso al pasado, o al futuro. Pero de esto va. Marzá como un alter ego de Marty McFly, llevándonos a la época de María José Catalá como consellera de Educación. "Esa persona que quiere ser alcaldesa y que decía que había que llevarse fiambrera para el comedor del cole".

Lo dicho, Marzà levantaba esto, pero Aitana Mas lo baja. No se le ve cómoda en este escenario. No queda muy allá. Lanza discurso de su competencia. Dice que hay que mirar hacia delante y, como no, haciendo referencia al PP." Hay que hacer residencias", asegura tras ocho años sin levantar una pública. "Amunt Compromís", acaba Mas, que porfía por sacar el mayor número de votos en Alicante. "En algo estoy de acuerdo con el PP, la reconquista vendrá del sur", asegura. 

Una vez que los teloneros han ejercido su derecho al parlamento, llegaba el momento Ribó. "Alcalde, alcalde, alcalde", grita la militancia y los simpatizantes asistentes. Discurso Ribó 100%, y referencias al PP. Sí, otra vez. Regresando al pasado. Que si Pablo Casado, que si le doy la bienvenida a Feijóo y con retraso a Pedro Sánchez. Y la disyuntiva adaptada. "O la capital verde europea o la corrupción". Y sosteniendo como Marzà, Mas y luego Baldoví haría. "Si no llega a ser por nosotros estos ocho años, no avanzamos". El mitin va acabando. 

Y el calor sigue apretando. E irrumpe Baldoví. "Presidente, presidente". Los decibelios ya han subido. Rajes al PP y a su acto en el coso taurino de Xàtiva. "El legado de Rita que reivindica esa candidata a la Alcaldía, esa consellera de Fabra, el legado de Rita son seis millones de euros para el cuñado y las sobrinas", grita Baldo, que ocupa gran parte del tiempo en hablar del pasado del PP. Eso sí, también le pedía a Sánchez que pagara la atención sanitaria que damos a los de fuera. Y de la financiación, claro. Que ya saben, que Compromís será la única fuerza que la  pedirá. Por las buenas o por las malas. Pero que serán los únicos que plantarán cara en Madrid. y así finiquita el tema, glosando las bondades alcanzadas por el Botànic. Gritando. Si estuviera Tamames le diría que se tomara la pastillita. Acaba viniéndose arriba. Y suben los protagonistas, al son de la música de campaña interpretada por la orquesta. Tot el que importa. Baldo y Marzà son los que más bailan, porque recuerden, cada mitin de Compromís es una fiesta. Como aquel de junio de 2022, en el que al ritmo de La Fúmiga, Ribó, Micó y Baldoví bailaban junto a la gran ausente, junto a Mónica. Por momentos, verles ahí arriba me recordaba a eso. Cosas de regresar al pasado.