VALÈNCIA. La relación de los institutos tecnológicos de Redit con el Gobierno Valenciano se ha basado en un constante diálogo y muchas reuniones. Ello ha permitido generar una alianza estratégica que en los últimos años ha servido como palanca para impulsar la competitividad del tejido industrial valenciano. Tanto es así que más de 15.500 empresas se han apoyado en los centros tecnológicos para desarrollar iniciativas de I+D+i. Unas sinergías que han sido posible por el apoyo de la Conselleria de Economía Sostenible y del Ivace que, desde 2015, han mantenido una apuesta firme por los institutos tecnológicos y por su actividad en favor de las empresas y los sectores productivos de la Comunitat Valenciana.
Así se puso de manifiesto en un desayuno informativo organizado por Valencia Plaza, en colaboración con Redit, la Conselleria de Economía y el Ivace, al que asistieron Rafael Climent, conseller de Economía Sostenible, Sectores Productivos, Comercio y Trabajo; Julia Company, directora general del Ivace; Francesc Gamero, secretario autonómico de Hacienda; Gonzalo Belenguer, director de Redit; Marta García, vicepresidenta segunda de Redit y directora del ITE; Vicente Rocatí, director de Aidimme; Manuel Aragonés, director de Aiju; y José Antonio Costa, director de Aimplas.
También, participaron Cristina Del Campo, directora de Ainia; Javier Sánchez, director de IBV; Javier Navarro, subdirector de Inescop; Gustavo Mallol, director de ITC; Marta García, directora del ITE; Javier Zabaleta, director de Itene; y Miguel Fuster, subdirector del ITI.
El conseller Rafa Climent arrancó el debate reconociendo que no siempre la relación con los institutos tecnológicos fue sencilla. "Recuerdo, he de confesar, que en 2015 en las primeras reuniones que tuve con Redit tenía poca confianza en la red porque veníamos de unos momentos en los que la ejecución presupuestaria no era la más adecuada. Además, encima de la mesa había una deuda importante que superaba los 32 millones de euros y había que ver cómo solucionarla. Partíamos de la desconfianza, pero a base de diálogo, trabajo conjunto y colaboración hemos conseguido una marca estabilizada, que hace posible un conocimiento e innovación que nos va a ayudar a transformar nuestro modelo económico", subrayó el conseller.
En este sentido, explicó que en los últimos años se han tejido unas relaciones para sentar las bases de un proyecto conjunto a largo plazo. "Hemos ido aumentando las ayudas año tras año pasando de los 20 millones en 2015, para los institutos tecnológicos a los 60 millones en 2023. Para trabajar en innovación hay que tener luces largas con el objetivo de asentar un proyecto de bienestar y cohesión territorial", enfatizó el responsable de la Conselleria de Economía. "Y esa visión ha sido esencial, además del trabajo que ha hecho Redit para dinamizar la economía valenciana. Todo ello, ha permitido un éxito de colaboración público-privada que quiero poner en valor", remarcó.
También desde la red de institutos tecnológicos se evidenció la buena sintonía con la Administración Valenciana. Al respecto, Gonzalo Belenguer, director general de Redit, definió como "historia de éxito" la relación público-privada con Economía y el Ivace y el "magnífico camino emprendido" a lo largo de estos años que, a su juicio, "contribuirá al posicionamiento de la Comunidad como una región innovadora, en el contexto europeo". "Sin duda, hemos sido capaces de consolidar un modelo ligado al territorio y con un impacto positivo para las empresas que tiene un objetivo: mejorar la competitividad de nuestra industria así como la calidad de vida de los ciudadanos”, valoró.
De esta forma, detalló que en los últimos cinco años un 25% más de empresas se han sumado a Redit hasta llegar a las 15.500. Además, se ha triplicado el número de proyectos de I+D+i, superando los 2.600. En 2021, los institutos tecnológicos han captado para la Comunidad Valenciana más de 129 millones de euros, procedentes de fondos nacionales y europeos, dirigidos directamente al desarrollo regional de la I+D generando una inversión inducida superiora a 191 millones. "Por cada euro invertido, los centros han captado 1,44 euros de estos fondos. Esto es un modelo de éxito, que funciona, y que es una referencia a nivel internacional", enfatizó el director general de Redit.
También, Júlia Company, directora general del Ivace, remarcó que estas cifras han sido posibles tras "mucho diálogo, reuniones y renuncias por parte de todos para lograr un objetivo común". "Esto es un camino que hemos trazamos desde un inicio de manera colaborativa, pero aún queda trecho por recorrer", apuntó. Además, reivindicó el trabajo de los centros durante la pandemia, cuando "dedicaron su tiempo personal e incluso donaron material". Y es que, para Company, la línea trazada debe ser el modelo a seguir para continuar generando valor y mejorar la competitividad del tejido empresarial valenciano.
"Al final lo que queríamos era contribuir al bienestar de la sociedad y, para ello, las empresas juegan un papel fundamental. La mayoría son pymes y no tienen personal ni recursos para llevar a cabo innovaciones y necesitan el apoyo e infraestructuras para avanzar y ser más competitivas", aseguró. Por tanto, defendió que los centros tecnológicos son la herramienta que había que consolidar para crear "un clima adecuado" y que sirviera de punta de lanza para empujar a las pymes a ser más innovadoras.
Y, para ello, la dotación presupuestaria era fundamental. En este sentido, Francesc Gamero, secretario autonómico de Hacienda, defendió la "clara apuesta" por la inversión en I+D+i, pese a la infrafinanciación que sufre la Comunitat Valenciana y que le obliga a dedicar más presupuesto para mantener el nivel y atender los servicios básicos como es la sanidad o la educación.
"A nivel tesorería hemos conseguido un flujo razonable para los centros tecnológicos, pero creo que lo más importante ha sido la transparencia y el diálogo. Soy un firme convencido de que la comunicación es fundamental entre lo público y lo privado para crear un marco favorable para la actividad investigadora", subrayó. Pero, para acelerar esa transformación, consideró que el marco normativo de subvenciones debe adaptarse a la realidad de la innovación, un camino que esperan flexibilizar y adaptar en el futuro.
También los centros tecnológicos destacaron el trabajo de los últimos años y el impulso de la Administración por reforzar la red. Pero, especialmente, pusieron en valor el aumento presupuestario para poder llevar a cabo proyectos disruptivos y cuyo desarrollo precisa de tiempo, inversión e investigación "Al final, los centros tecnológicos no somos un fin, sino una herramienta para las empresas y las pymes", defendió Cristina Del Campo, directora de Ainia.
En este sentido, explicó que desde Ainia trabajan en distintas líneas de I+D+i para dar respuesta a cinco grandes retos: la alimentación del futuro calidad y seguridad alimentaria; salud y bienestar; transición verde y transformación digital. Entre los proyectos, destacó Foodcollect, dedicado a la creación de un robot móvil para recolectar y dar un segundo uso a la fruta caída al suelo; el proyecto Fervelact, para investigar en análogos lácteos a partir de fuentes vegetales locales (chufa, almendra, altramuz, lino) y tecnologías avanzadas de fermentación para conseguir mimetizar las características nutricionales y sensoriales de leche, yogur y queso. En el sector salud, el instituto investiga ingredientes bioactivos para prevenir la caries dental, entre otros.
Por su parte, Javier Sánchez, director de IBV, explicó que en su caso están trabajando en iniciativas que van encaminadas hacia la movilidad inteligente y sostenible con soluciones tanto para componentes como sistemas de fabricación básicos con el fin de poner en marcha un laboratorio que permita a las empresas y al sector hacer su propia I+D+i. "De esta forma, las empresas ven fácil testar esas soluciones. Es un avance fundamental con el que estamos implicados", reseñó.
También hacen un guiño al metaverso. "Nos interesa el humano digital que interactúa con las personas y, a su vez, con los servicios del mundo digital para enfrentarnos a los retos que van a venir. Esto favorece la I+D+i y la búsqueda de nuevas soluciones con máxima seguridad y costes bajos", indicó. También, el centro impulsa iniciativas enfocadas en el sector salud, con el foco puesto en el envejecimiento y la salud laboral.
La economía circular es el eje sobre el que pivota todo el trabajo del Itene. Así lo señaló su director, Javier Zabaleta, ya que el principal reto de las empresas es la investigación en envases y embalajes más sostenibles y reciclables. "A veces no es tan sencillo por el tipo de producto que guarda y, por ello, trabajamos para desarrollar nuevas tecnologías y materiales como el reciclado químico", enfatizó.
Además, Zabaleta quiso poner en valor el fortalecimiento de la red de Redit en estos últimos ocho años. "Llevo en el instituto desde 1993. He visto diferentes administraciones y el salto actual ha sido cualitativo. No es solo ha sido una cuestión presupuestaria, sino que ha habido una apuesta de la Generalitat con fondos propios destinados a la investigación. Creo que los resultados son magníficos y se ha generado confianza", valoró.
Miguel Fuster, subdirector del ITI, también resaltó el trabajo desarrollado en los últimos años y la importancia de seguir caminando de la mano de la Administración para afrontar los retos futuros. En su caso, están investigando en modelos de datos y tecnología de Inteligencia Artificial (IA) a través de un centro de computación y demostrado de tecnologías habilitadoras.
Por su parte, Javier Navarro, subdirector de Inescop, informó de que en la doble transición actual, que va de lo ecológico a lo digital, han puesto en marcha una planta de reciclaje para adelantarse a los tiempos, y ante la irrupción de un futuro pasaporte digital de los materiales para conocer su origen y trazabilidad. También están con temas de software para mejora del calzado y sus líneas de producción.
También, Manuel Aragonés, director de Aiju, resaltó la colaboración establecida con el gobierno valenciano y la construcción de un nuevo modelo de relación para impulsar a las empresas. En este sentido, valoró la estabilidad presupuestaria conseguida en estos años con fondos propios de Economía, más allá de los europeos Feder. Sobre las líneas del centro, detalló que su foco está en la sostenibilidad, el reciclado, las tendencias del ocio y juguetes y la IA aplicada al ocio. Mientras que Vicente Rocatí, director de Aidimme, explicó que han conseguido ser un centro de fabricación aditiva de materiales de matriz metálica. "Estamos trabajando en dos áreas de negocio: obtener nuevas propiedades con la madera y en aguas residuales para la eliminación contaminantes emergentes".
Asimismo, José Antonio Costa, director de Aimplas, destacó la importancia de dar estabilidad a la inversión para conseguir resultados tangibles, retener el talento y aumentar las plantillas. Su trabajo se centra en la economía circular para el plástico. "Es un material que se usa en muchos sectores y tiene muchas aplicaciones, por lo que tiene ventajas, pero también genera problemas. Desde el sector estamos trabajando en minimizar el impacto a través del ecodiseño, el reciclado mecánico, pero también químico y biológico, así como en el uso de biomasa o CO2. En energías renovables investigamos qué se puede hacer con las palas de los parques eólicos", indicó.
Gustavo Mallol, director de ITC, señaló que en los últimos años el centro llegó a perder el 40% de su plantilla, pero en los últimos años la ha ido recuperando y ahora son cerca de 130 trabajadores. Además han ampliado instalaciones. "En 2017, descubrimos que había un centro fantasma que estaba completamente inutilizado y no se había estrenado pese a que se habían invertido 2,4 millones de euros. No se le daba salida. Necesitábamos espacio y conseguimos arrancar en 2019 ese centro, en el que ahora trabajan 40 personas. Estamos trabajando con la industria hipercarbónica ante la subida de las tarifas de gas para buscar otras fuentes de energía como el hidrógeno o tecnología eléctrica para cocer baldosas o fundir fritas. También tenemos trabajos de captura de dióxido de carbono para líneas de apoyo a nuestro tejido industrial", avanzó.
Marta García, directora del ITE, apuntó que su trabajo va desde la digitalización energética, al autoconsumo hasta las redes inteligentes, pero también están con plantas pilotos para pilas de combustible y en temas de almacenamiento energético. Además, han arrancado un laboratorio para el diseño y testeo de materiales enfocados en las baterías: desde la parte eléctrica hasta su diseño y verificación. Y todo ello para acelerar una industria en crecimiento y que en la Comunitat será palanca tras la llegada de la gigafactoría de Volkswagen a Sagunt.
Además, los asistentes destacaron que gracias a esta alianza entre el sector de la innovación y la Administración Valenciana ha sido posible aumentar plantillas, retener talento, abrir nuevas líneas de investigación aplicada y, sobre todo, tener estabilidad en el desarrollo de los proyectos. "Las empresas ahora ven sentido a lo que hacen y han elevado su nivel de innovación. Eso es un beneficio para el territorio, agregó Javier Sánchez, del IBV.
También, se destacó que las compañías se han vuelto más proactivas y buscan a los centros tecnológicos. Prueba de ello es el aumento del número de proyecto y la actividad. "Al recibir financiación más estable, las líneas de investigación se consolidan y eso nos permite invertir en infraestructuras y nuevas tecnologías. Al final se trata de tener una mirada a medio plazo porque la investigación requiere de tiempo", aseguró Cristina del Campo, de Ainia.
Sin embargo, para que ese marco de estabilidad prevalezca, también se puso encima de la mesa la necesidad de continuar propiciando las condiciones adecuadas para que el sistema innovador siga avanzando positivamente en beneficio del desarrollo sostenible del territorio. "El problema es que a veces las políticas son personalistas. Una sociedad avanzada y madura necesita superar eso con estructuras más allá de quien gobierne. Necesitamos una adecuada planificación y evaluación para garantizar la eficiencia del modelo", defendió Manuel Aragonés, de Aiju.
Al respecto, desde la Administración se apuntó que en la legislatura se ha avanzado para garantizar la plurianualidad de la dotación presupuestaria y también hubo un intento de generar una normativa para blindar la dotación y regular la actividad de los centros tecnológicos, pero no cuajó. Gamero defendió la necesidad de contar con un marco regulatorio para "generar estructura y adaptar la realidad de estas entidades en el área de subvenciones porque son diferentes a las empresas". También Company consideró necesario dar "estabilidad presupuestaria porque es necesaria para plantear inversiones e incrementar estructuras".
Y se intentó, reconoció Climent, quien, sin embargo, admitió que en un gobierno de coalición como el Botànic "las negociaciones son complicadas" y aunque el balance en general es positivo "se ha de dialogar mucho y a veces no llegas". "Pero, pese a esa complejidad, creo que hemos hecho muchas cosas", reivindicó.
Para cerrar el debate, también se puso encima de la mesa algunos de los retos futuros como son la eliminación de trabas para agilizar los pagos; fijar marcos temporales realistas para la ejecución de los fondos; consolidar la inversión para seguir mejorando la competitividad del tejido empresarial valenciano; y, sobre todo, fomentar marcos regulatorios que atiendan y fomenten la adecuada interacción entre las empresas y los centros tecnológicos, en el desarrollo de las iniciativas de I+D+i.