VALÈNCIA. Tradicionalmente se dice en bolsa que es mejor no pasar el veranos invertido, axioma que se tradujo en 'sell in May and go away' utilizado por los americanos para hacer ver que los meses entre mayo y octubre suelen ser los mas emocionantes del año. El verano siempre trae volatilidad porque los volúmenes bajan y es más fácil mover el mercado.
Algún malvado podría pensar que estos movimientos son muy rentables para los grandes bancos de inversión y sus mesas de trading que -sabiendo que hay poco volumen- pueden empezar a vender para bajar los precios y recomprar más barato, haciendo buenas comisiones y beneficios en el camino. No se si esto es cierto o no, desde hace mucho tiempo intento no tener opiniones sobre las cosas que desconozco.
Si no tengo los datos intento no formarme una opinión. Es bastante complicado porque en realidad tenemos los datos de muy pocas cosas pero de opiniones muchas. Hablamos de oído y de lo que escuchamos a otros, así que si quieres que tus opiniones solo se basen en lo que realmente sabes tendrás muy pocas y estarás a un paso de realizar un ejercicio de borrado de las miles y miles de cosas que creemos saber. Conclusión a conclusión hay que preguntarse ¿y en qué me baso? Y así hasta el infinito
Pero vayamos a lo que nos ocupa. Sea cierto lo de la manipulación o no, el verano es volátil. Entonces, ¿qué hacer? Mi respuesta no tiene nada que ver con la especulación veraniega. Nada que ver con el market timing. Esta forma de proceder nunca funciona. Bueno. Nunca no. A veces se acierta y esos aciertos son, lo queramos o no, la antesala de errores mucho más graves. No hay nada peor en los negocios y en la inversión que acertar haciendo mal las cosas, haciendo mal los análisis o invirtiendo sin ellos. Ya lo decía Peter Lynch: "Invertir sin análisis es como jugar al póker sin ver las cartas, puedes ganar una mano pero es por pura suerte". Creo recordar que Greenblatt decía que "invertir sin análisis es como entrar en una fabrica de gasolina con una cerilla". ¿Qué puede salir mal?
Veamos los datos. El primero es que las mayores subidas de bolsa se producen en períodos de inestabilidad; ¿el verano? Es posible. En 2020 se dieron en marzo en plena caída del mercado, y el que vendió con miedo se perdió una de las mayores subidas del mercado ese año. El otro dato muestra lo que podemos perder con el market timing si no acertamos en cuándo volver a entrar y nos perdemos alguna fiesta. Por ejemplo, para una inversión en el S&P 500 entre 1997 y 2017, si te pierdes los 10 mejores días del mercado -a lo largo de esos 20 años- estarás perdiendo en torno a 3,7 puntos de rentabilidad anual. Y si te pierdes los 30 mejores días, tu rentabilidad pasa a ser negativa. Muy duro.
Entonces ¿qué hacemos?, ¿qué es lo que nos puede dar tranquilidad durante el verano y más allá? La respuesta es simple: tener una cartera bien organizada y creer en lo que estamos haciendo. Ya lo hemos dicho. Ha sido fácil. 12 palabras. Hacerlo es mas difícil. Una cartera bien organizada debe componerse de diversos activos, como renta variable, renta fija ,oro, materias primas... de una manera bien ponderada y con una volatilidad que podamos aceptar.
Dentro de cada activo habrá que estudiar los diversos factores como value, growth o momentum y empresas grandes o pequeñas en la renta variable o deuda de países o high yield en la fija para que no haya sorpresas y luego, después de todo esto; hay que creer en lo que estamos haciendo. Tenemos que aprender, estudiar y leer para que nuestro conocimiento nos ofrezca la dosis de tranquilidad que necesitamos. La dosis que nos haga pasar este verano -y todos lo veranos por venir- muy muy tranquilos haga lo que haga el mercado.
Hay muchos libros y materiales que nos pueden ayudar, miren en zonavalue.com y recuerden si les interesa el mercado o cualquier otra cosa. Y no olviden lo que dijo Benjamin Franklin: "Invertir en conocimientos produce siempre los mayores beneficios".
Lorenzo Serratosa es cofundador de la EAF valenciana Kau Markets