VALÈNCIA. Ciudadanos afronta unas semanas clave para su futuro. No sólo a nivel nacional, sino con todas las derivadas que tendrá en los territorios, incluyendo la Comunitat Valenciana, a pocos meses de las elecciones autonómicas y municipales de mayo de 2023. La formación se enfrasca en las primarias que se celebrarán en enero. Y mientras, el PP observa y aguarda. Especialmente en València, donde la opción de fichajes como el del portavoz naranja en el Ayuntamiento, Fernando Giner, está encima de la mesa pero sin movimientos hasta que pase la guerra por los restos del partido.
Por el momento, hay dos listas principales. De un lado, la 'oficialista' de la líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, pero que ésta ha renunciado a encabezar, tal como anunció. Y, de otro, la del 'número tres' y portavoz adjunto en el Congreso, Edmundo Bal, la cual se interpreta como un giro a la izquierda del proyecto después de que afirmara que su partido parecía "de derechas, subalterno del PP". La "tercera vía" de consenso siempre ha parecido lejana. La alternativa fue propuesta por Bal con la diputada nacional y coordinadora de Ciudadanos en la Comunitat Valenciana, María Muñoz, al frente y fue rechazada por Arrimadas.
La formación vuelve a partirse en dos en un nuevo y duro enfrentamiento por el control de Ciudadanos en sus horas más bajas. En la Comunitat, territorio con el que más diputados cuenta la formación, ningún cargo principal del partido va en las candidaturas de las primarias que han trascendido. Y las críticas no faltan. María Muñoz –portavoz del área de Economía y una de las encargadas de la refundación del partido– censuró este viernes la lista de Arrimadas por no atender al "consenso" que propugna y ser "cosmética". A su juicio, la presidenta naranja ha "impulsado, usurpado y tutelado" la candidatura. Sin embargo, también ha rechazado ir en la de Edmundo Bal, pese a que se la considera uno de sus grandes apoyos.
Una situación similar se da con Fernando Giner. El también portavoz autonómico permanece fiel a Arrimadas pero tampoco va en su lista. La explicación oficial es que considera que su servicio a nivel orgánico ya está más que cumplido y ahora su objetivo es centrarse en la campaña municipal.
Ausente en la lista de Arrimadas está, del mismo modo, la portavoz de Ciudadanos en Les Corts, Ruth Merino, quien destacó hace pocos días que no la habían llamado ni consultado y que el proceso no le "convence del todo" porque "la refundación puede terminar de una forma que no es la adecuada". "Es muy triste que quede esa sensación de guerra interna, que es lo que está ocurriendo. Lo importante no son las personas que se presenten sino su proyecto y el peso de las comunidades autónomas en el futuro del partido", afirmó.
La campaña de las primarias coincidirá con las fiestas navideñas y las votaciones están previstas entre el 9 y 10 de enero. La asamblea general extraordinaria del partido, ya con el nuevo líder, tendrá lugar entre el 13 y el 15 de enero.
Qué sucederá tras todas estas citas en el calendario es la gran incógnita, más allá de la refundación y de quiénes se situarán al frente de la formación. El debate sobre si presentar listas en solitario o acudir con el PP de cara a las próximas elecciones parece que podría ir para largo en el seno de Ciudadanos.
Por ahora, tanto Arrimadas como Bal se muestran proclives a no integrarse sino a mantener siglas propias. Pero la opinión no es compartida por todos. De hecho, en la Comunitat hay cargos naranjas que consideran que cualquier escenario que no sea el de presentarse junto al PP sería un error. "No tiene sentido ir solo al matadero", afirman.
Así, creen que llegará un momento, aunque sea más adelante y pese a que lo nieguen actualmente, en el que la cúpula del partido habrá de tomar la decisión. Lo normal, señalan, sería llegar a una especie de acuerdo para que Ciudadanos tuviera representación en listas del PP y salvar de esta manera lo poco que queda de proyecto. "Aquí el objetivo tiene que ser que no haya Botànic III. Han de verlo", reflexionan fuentes de la formación. Y la única forma de conseguirlo, entienden, es no presentando una lista cuyos votos no servirán de nada porque es probable que se queden fuera tanto de Les Corts como del Ayuntamiento de València.
"Lo normal sería que se empezara a hablar de negociar con el PPCV para que no haya Botànic III y evitar que nuestro proyecto se pierda, porque podemos perder toda la representación que tenemos. Pero nadie ha abierto posibilidad de listas conjuntas y al PSPV le interesa que nos presentemos", sostienen fuentes de Ciudadanos.
En esta ecuación resulta clave València. Pese a que la líder y candidata popular al Ayuntamiento, María José Catalá, se diferencia bastante de Fernando Giner en las formas, es consciente de que su prioridad es la mayor suma posible de apoyos para ganar la alcaldía. De hecho, hay quien ve en Giner un perfil bastante tradicional que tampoco desentonaría en el PP y entre el nicho de votantes tendría cabida.
El movimiento, por tanto, iría dirigido a su fichaje sólo si Ciudadanos no presenta lista propia al Ayuntamiento. Una incorporación que permitiría a los populares, según los cálculos, arañar entre 3.000 y 4.000 votos que serían decisivos para obtener más concejales y decantar el gobierno hacia la derecha.