VALÈNCIA. 'La aportación del MARF a la economía española: 78.000 millones y 380.000 puestos de trabajo'. Así titulaba este diario el pasado 16 de junio sobre el Mercado Alternativo de Renta Fija de Bolsas y Mercados Españoles (BME) sobre un informe de este mercado que vio la luz en el otoño de 2013. Fue creado específicamente para promover la financiación de compañías de tamaño mediano, a través de la emisión de títulos de renta fija como bonos y pagarés. O lo que es lo mismo: ampliar las fuentes de financiación más allá de la puramente bancaria. Dicho mercado se dirige de forma principal a inversores institucionales, españoles y extranjeros, que desean diversificar sus carteras con valores de renta fija de compañías de mediana dimensión, habitualmente no cotizadas y con buenas perspectivas de negocio.
Un MARF que ante la relevancia que viene adquiriendo en el panorama internacional llevó al Banco Central Europeo (BCE) a incluirlo como mercado elegible para su política monetaria. Palabras mayores. "El MARF ha sabido adaptarse a las necesidades de las compañías en cada momento y cumple su misión fundacional de servir de plataforma alternativa y recurrente de financiación para las empresas. Además, para muchas de ellas, es la puerta de entrada a los mercados de capitales", así valoraba Gonzalo Gómez Retuerto, director general de BME Renta Fija y del MARF, a este diario dicho mercado.
Sin embargo, actualmente apenas son cuatro las empresas de la Comunitat Valenciana que recurren al Mercado Alternativo de Renta Fija, tal y como se observa en la imagen inferior, lo que representa el 4% del total de los 92 emisores. A saber: las valencianas Cecotec y Family Cash, la alicantina Viario 31 y la castellonense Valfortec. Precisamente esta última -dedicada a la promoción y gestión de 'energías limpias'- ha sido la última en llegar al MARF de las cuatro. A finales de marzo pasado emitió 'bonos verdes' por valor de 25 millones de euros para impulsar sus parques fotovoltaicos. La emisión, que vence en marzo de 2026, tiene un nominal unitario de 100.00 euros, es decir, para inversores institucionales como fondos de inversión, planes de pensiones, sicavs, aseguradoras...
Un mes antes fue Family Cash, cadena de supermercados e hipermercados setabense, la que se incorporó al MARF con una emisión de bonos por importe total de 20 millones de euros, cuyo vencimiento expira en diciembre de 2025 y con el mismo valor unitario de 100.000 euros. La finalidad principal de los fondos obtenidos no es otra que financiar la ejecución de la estrategia de crecimiento de la compañía para los próximos años.
A finales de 2019, la firma valenciana Cecotec abría un nuevo canal financiero y diversifica sus fuentes de financiación a través de este mercado. Esta empresa familiar dedicada a la fabricación y comercialización de pequeños electrodomésticos -su producto estrella es el robot aspirador Conga- y otros artículos del hogar tiene registrado un programa de pagarés con plazos máximos de hasta 2 años, con unos nominales unitarios de 100.000 euros.
La más veterana de los cuatro emisores de la Comunitat Valenciana es la alicantina Viario 31. No en vano fue la primera firma en lanzar 'project bonds' -deuda vinculada a grandes proyectos de infraestructura- en el MARF a finales de 2014. El vencimiento expira en noviembre de 2024, cuyos bonos también están enfocados a los grandes inversores. Se trata de una de las filiales del Grupo Ortiz y concesionaria de uno de los tramos de la Autovía de Alicante, que la empresa de infraestructuras Lantania compraba el 19% en mayo de 2019.
Según el informe del MARF presentado la semana pasada, el 24% de las empresas emisoras pertenece al sector de materiales básicos, industria y construcción; el 22%, a los sectores de productos y servicios de consumo, y el 16%, compañías ligadas al petróleo y la energía. Por distribución geográfica, seis de las 100 compañías emisoras son portuguesas, una es holandesa y otra, británica, en tanto que la Comunidad de Madrid concentra el 48% de las compañías con sede en España; País Vasco, el 18%, y Cataluña, el 7%.
En lo que va de año, el MARF acumula un volumen emitido de 4.700 millones de euros y tiene una capacidad de financiación actual en términos de saldo vivo de 6.000 millones. Asimismo el informe destaca que casi la mitad de las compañías emisoras no financieras del MARF tiene más de 20 años de antigüedad, un tercio tiene entre 10 y 20 años de vida y el quinto restante, menos de 10. El 65% de ellas son empresas de gran tamaño, con más de 250 empleados, mientras que el 35% restante se reparte igualitariamente entre las medianas, de 250 a 50 trabajadores, y las pequeñas, de menos de 50.