VALÈNCIA. La fosa 114 del cementerio de Paterna es conocida por muchos motivos. Uno de ellos es ser, posiblemente, la fosa más numerosa que existe en todo el territorio valenciano, con casi 200 represaliados por el franquismo enterrados en ella. Otra razón de peso es su sobrenombre: fosa de la cultura. Y es que, aquí yacen los cuerpos de grandes personalidades tanto de la cultura como de la política, el periodismo e incluso la judicatura valenciana.
En este nicho colectivo se encuentran las personas que fueron fusiladas el 9 de mayo, 20 de mayo, 25 de mayo, 14 de junio o 28 de junio del año 1940. El más renombrado de todos ellos, Vicent Miguel Carceller, director de la revista La Traca. Aunque su caso es peculiar porque, en el último momento, la familia consiguió recuperar su cuerpo y enterrarlo en un nicho no muy lejano a la fosa común, también en el cementerio de Paterna. El mismo destino corrió el magistrado Luis Cisneros de la Audiencia de Valencia.
El resto de personalidades sí que se encuentran dentro de la fosa común que fue abierta, para alivio de todos los familiares, este lunes. Por ejemplo, Carlos Gómez Carrera, dibujante de La Traca también conocido como Bluff. O el periodista Isidro Escandell, presidente del Ateneo Mercantil de València, diputado por el Partido Socialista y vicepresidente de la Diputació de València.
Junto con ellos, también se esperan hallar los restos de siete alcaldes republicanos: Arturo Caballer, de Godella, militante de Izquierda Republicana. También de Godella se encuentra en esta fosa Vicente Hernández, presidente del comité local tras el estallido de la guerra y militante del PSOE. Salvador Borràs, alcalde de Bellreguard, Ramón Pérez, de Venta del Moro, Juan Martí, de Bétera, José Ros la Cruz, de Foios, y Juan Sierra de Palmera.
"Alguien quiso lanzar un escarmiento con el fusilamiento de estas personas", ha considerado durante el acto de apertura de la fosa Matías Alonso, presidente del grupo de Recuperación de la Memoria Democrática. "No podemos olvidar que en esta fosa, como en todas, la mayoría de los represaliados son trabajadores humildes: labradores, chóferes, jornaleros, empleados de la metalurgia", ha expuesto. Sin embargo, los fusilamientos del día 28 de junio rompieron con esta tendencia y desembocaron en el fusilamiento de grandes personalidades de la cultura y la política "con la intención de lanzar un mensaje claro", ha reflexionado.
Del mismo modo, también ha lamentado el fusilamiento del 14 de junio, en el que se estima que murieron 37 personas. "En este caso, a alguien se le ocurrió que esta era una buena manera de celebrar que los nazis acababan de tomar París", ha concluido al respecto.
Ramiro Rivera, diputado de Memoria Histórica, también ha estado presente en el acto: "La apertura de una fosa siempre es un momento muy emotivo para la Diputació, pero este caso es particularmente especial porque aquí está el cuerpo de un vicepresidente de nuestra institución", ha señalado. Así, ha resaltado la importancia de contribuir a la "normalización democrática" con la apertura de las fosas, y ha destacado el trabajo que se inició en el año 2015 para poder recuperar los cuerpos y apoyar a las familias durante todo el proceso.
Por su parte, Rosa Pérez, consellera de Participación, Transparencia, Cooperación y Calidad Democrática, ha pedido disculpas "por todos los años que han tenido que pasar" hasta que las instituciones han dado el paso de empezar a financiar y apoyar la recuperación de los represaliados. Del mismo modo, también ha agradecido el trabajo de todas las asociaciones que han trabajado por la memoria democrática "cuando las instituciones no estaban ahí".
La presidenta de la asociación de familiares de la fosa 114, Carmen Conteras, ha destacado que el "principal y único" objetivo de la asociación ha sido recuperar los cuerpos y poder darles un entierro digno. Así, ha aludido a la "concordia" y la "necesidad de cerrar heridas" como las únicas motivaciones que han movido en todo momento el trabajo de la asociación, que fue una de las primeras en constituirse hace más de 5 años.
"Quiero agradecer a la Generalitat Valenciana por haber sacado adelante la Ley de Memoria Histórica que nos da apoyo legal para poder hacer esto, a la Diputació de València por el apoyo económico y logístico y a la empresa Arqueoantro por llevar adelante las labores de exhumación", ha añadido el secretario, Juan Carlos Contreras.
La nieta de Daniel Navarro está muy orgullosa de su abuelo, tanto que no deja pasar la más mínima oportunidad para contar su historia al mundo. Empezó siendo creador de decorados para el cine mudo, y luego se lanzó a la piscina con todo lo que hiciera falta para poder sacar adelante las películas: fue director, guionista y actor. Tanto amaba el cine que incluso montó la primera escuela cinematográfica de Algemesí, algo que por aquellos tiempo no era común y mucho menos fuera de la capital.
Aunque, realmente, su profesión "de día" era cabo de la Policía Local. Sus ideas rompedoras, vanguardistas y demasiado avanzadas para su tiempo le valieron una detención y posterior fusilamiento. Así, su cuerpo es uno de los más de 180 que descansan en la fosa 114. "Desde la cárcel, le enviaba a su hijo blocs de dibujo para que aprendiera la profesión y pudiera sacar adelante a la familia", relata.
Mucho más secretismo tuvo que sufrir la familia de Antonio Sanchis. Era albañil y fue fusilado a la edad de 27 años. Atrás dejó a una esposa y dos hijas. Una de ellas, Antonia, tiene que hacer muchos esfuerzos para poder recordarle. Pero lo que no olvida es el silencio que se instauró en casa, la discreción con las que su madre trataba en todo momento de evitar el tema: "Tenía una foto suya en la mesilla de noche y nos la enseñaba. Cuando yo le preguntaba que dónde estaba, ella solo me decía que no estaba y punto", rememora con cierta lástima.
Y es que el miedo era un sentimiento común en aquellos tiempos, especialmente para los familiares de los represaliados: "Era un gran hombre, un hombre de familia. Desde la cárcel le envió muchísimas cartas a mi madre, que de pequeña no me dejaron leer pero que ahora todavía conservo. Mi madre siempre intentó que mi hermana y yo estudiáramos, nos formáramos para tener un futuro. Pero siempre, siempre, lejos de la política".
Teresa Álvarez también tiene un padre en la fosa 114 del cementerio de Paterna. Juan Álvarez era regidor del ayuntamiento de Chelva por aquellos tiempos, pero sus ideas lo llevaron a ser fusilado. Así, la familia se tuvo que resguardar en Francia durante 25 largos años. Sobre la más que esperada apertura de la fosa, Teresa lo tiene muy claro: "Tenía que haber sido antes".