CASTELLÓ. Frost-trol ha encontrado la vía para superar la "situación más anormal" en sus más de 60 años de historia. La compañía castellonense ha propuesto al comité de empresa la aplicación de un Expediente de Regulación Temporal de Empleo para 102 de sus empleados, que de forma rotatoria dejarán de acudir a su puesto de trabajo durante un plazo de tiempo todavía por definir si se acepta esta intención.
El ERTE es una parte sustancial del plan de contingencia adoptado por la firma para recuperarse del golpe que le ha supuesto el fraude provocado por uno de sus comerciales. Este, tal y como informó la Guardia Civil a principios de noviembre, cerró con una compañía francesa un pedido de frigoríficos por valor de diez millones de euros, del que la sociedad gala incluso llegó a adelantar 300.000 euros para proceder a la fabricación. Poco después el comprador canceló el pedido, pero el comercial no lo comunicó a sus superiores -presumiblemente para cobrar la comisión que en teoría le pertenecía- con lo que la fabricación no se paralizó.
Esto, como es lógico, ha provocado a la sociedad radicada en Cabanes un enorme perjuicio, del que ahora trata de recuperarse. Con el fin de mantener los puestos de trabajo, Frost-trol ha llegado a un acuerdo con varias entidades bancarias "que desde el primer minuto han respaldado el proyecto de la empresa con el objetivo principal de conservar a medio y largo plazo los puestos de trabajo". Gracias a ello la firma podrá repercutir en un mayor lapso de tiempo este impacto de diez millones de euros, aproximadamente una séptima parte de su facturación.
Pero, además, la dirección de Frost-trol negocia con sus trabajadores la aplicación del ERTE rotatorio "para que afecte lo menos posible a las 102 familias", destacan desde la compañía.
En todo este asunto, Frost-trol tiene también otro reto: tratar de encontrar comprador (o compradores) para los frigoríficos. En este sentido, y aunque se trata de refrigeradores de gran tamaño (la firma se dedica a la fabricación de estos productos para supermercados y otras grandes superficies) desde la firma apuntan que el producto es estándar y está incluido en su catálogo. Además, en el caso de que finalmente no lograra situar una parte de ellos en el mercado, puede aprovechar las piezas para fabricar nuevos frigoríficos.
En todo este embrollo -que investiga actualmente la Guardia Civil en base a un posible delito de estafa-, la compañía agradece "las muestras de apoyo y colaboración que está obteniendo por parte de los trabajadores y la banca para alcanzar una solución conjunta con el fin de minimizar el impacto de esta situación excepcional y revertirla en el menor tiempo posible".