VALÈNCIA. "Mantener la red rural es un grandísimo acierto, estamos muy satisfechos y es una apuesta sostenible que no nos cuesta dinero; vemos tendencias de transformación muy importantes pero no queremos irnos de un solo pueblo de España y la sociedad debe valorarlo". Son palabras de Gonzalo Gortázar, consejero delegado de CaixaBank, durante la presentación ayer de los resultados de la entidad domiciliada en València, que presentó un aumento del beneficio durante 2018 del 17,8% con crecimiento en todos sus márgenes.
"Tenemos una red de más de 1.100 oficinas rurales, estamos presentes en más de 2.000 municipios y en 200 de ellos somos la única entidad financiera. Vuelvo a insistir en que vamos a mantenernos allí donde estamos y para eso tenemos a AgroBank, con una altísima calidad", añadió enfatizando sus palabras ante los periodistas asistentes.
El 'número dos' de CaixaBank (CXB) pidió "flexibilidad laboral" ante las tendencias de transformación porque "lo que queremos es que lo que hoy tiene sentido, lo tenga dentro de unos años y para eso necesitamos flexibilidad laboral y, en algunos casos, menos empleados". Previamente Gortázar había apuntado el fuerte crecimiento de los canales digitales "pero manteniendo la importancia clave de las oficinas".
Y siguiendo con las oficinas de la entidad, el consejero delegado de CaixaBank habló de la transformación que están llevando a cabo "y vamos a invertir 250 millones de euros en los tres próximos años en las 'Oficinas Store'; tenemos ya cerca de 300 y nuestra meta es alcanzar las 600 porque es un modelo que funciona como lo hemos testado". Conviene recordar que los planes de CXB pasan por multiplicar por siete sus 'Oficinas Store' en la Comunitat Valenciana de aquí a 2021.
"El cliente ha cambiado su comportamiento y hay mayor uso de los canales digitales, por lo que tenemos que ser muy conscientes de que las pautas y comportamientos están cambiando y para eso tenemos que invertir para ganar la batalla por la satisfacción de los clientes", manifestó Gortázar a la vez que "en los núcleos urbanos supone andar un poquito más pero recibiendo un mayor servicio". Y es que las 'Oficinas Store' son sucursales urbanas dotadas de alta tecnología, especializadas en el asesoramiento al cliente, más grandes, con horario extendido -hasta las 18:30 horas- y que ofrecen un valor añadido.
En otro orden de cosas, el CEO de CaixaBank aseguró que "se dejarán la piel" para alcanzar un acuerdo con los sindicatos sobre el Expediente de Regulación de Empleo (ERE), que está previsto que afecte a 2.157 trabajadores -más del 7% de la plantilla- y donde la Comunitat Valenciana es la tercera más afectada en cuanto a salidas y cuarta por oficinas como contó Valencia Plaza hace dos semanas. "Vamos a hacer todo lo posible e imposible para llegar a un acuerdo con los sindicatos", insistió.
Preguntado por los costes que puede acabar teniendo esta reestructuración, Gortázar señaló que no están aún en situación de hacer una estimación: "Es prematuro avanzar cifras". A su juicio es prioritario cerrar un acuerdo satisfactorio con los sindicatos "lo antes posible", pese a que ha defendido que los representantes de los trabajadores necesitan tiempo para entender la justificación de las medidas que plantea la compañía.
Y mientras tenía lugar la presentación de resultados, que comenzó con el turno del presidente, Jordi Gual, mostrando su satisfacción por el Plan Estratégico 2015-2018, a CaixaBank le sacudían y de lo lindo en el parqué bursátil. "Sinceramente no lo entiendo" bromeaba. La acción llegó a desplomarse un 8,28% al tocar los 3,025 euros, mínimos de finales de 2016 como se aprecia en el gráfico inferior. Finalmente cerró en los 3,060 euros para saldar el 'viernes negro' con un durísimo correctivo del 7,22%.
Además, y como dato a tener muy en cuenta, tamaño desplome vino acompañado de un espectacular volumen de negocio de 58,44 millones de euros, es decir, casi cinco veces más de su media diaria anual de 12,49 millones, según los datos de Infobolsa. Había que remontarse mucho tiempo atrás para ver semejante volumen y desplome de las 'caixabanks' como se les conoce en la jerga bursátil
"El mercado es soberano" advertía el CEO de CaixaBank reconociendo que habían informado a sobre las expectativas que tiene la entidad para 2019, "que pueden ser diferentes a las que esperaban los analistas". Gortázar remarcó que la situación actual es complicada para los bancos por cuestiones como la inercia de los gastos, el crecimiento moderado de los volúmenes y que los tipos de interés no suban. Por su parte, Gual defendió valorar el largo plazo y no el corto sobre la respuesta de la bolsa.
Siguiendo con el tema bursátil, el propio presidente informó a los periodistas -y lógicamente también al mercado a través del pertinente hecho relevante en la CNMV- que el consejo de CaixaBank ha acordado un cambio en su política de dividendos para el ejercicio 2019. De este modo, la remuneración al accionista se realizará mediante el pago de un único dividendo en efectivo en lugar de dos como hasta ahora, que se abonará una vez concluya el año, en torno al mes de abril.
Una vez satisfecho este dividendo, el importe total de la remuneración al accionista correspondiente 2018 habrá sido de 0,17 euros brutos por acción, siendo el importe total abonado equivalente al 51% del beneficio neto consolidado, en línea con el Plan Estratégico 2015-2018. No obstante, la aprobación de este dividendo por la junta, en su caso, así como las condiciones específicas del pago, se comunicarán oportunamente mediante hecho relevante al organismo supervisor.
Para terminar, Gonzalo Gortázar reveló que la entidad bancaria posee el 3,6% de Repsol, una participación que venderá "gradualmente en función de las condiciones del mercado" y aunque en un principio pensaba concluir la operación durante el primer trimestre del año, se ha mostrado dispuesto a prolongarla "lo que haga falta". El 'número dos' del banco señaló que "la venta de esta participación cuando se produzca no pasará por la cuenta de resultados" e impactará directamente en sus recursos propios. De este modo, "no habrá sorpresas en la cuenta de resultados".
Para el consejero delegado de CaixaBank, Repsol es una compañía "fantástica" que está haciendo las cosas bien. Sin embargo, "el encaje con nuestra actividad bancaria no existe y por tanto consideramos adecuada la desinversión, que lógicamente buscaremos en las mejores condiciones", apuntó reconociendo que su intención era concluir la venta de su participación en Repsol durante el primer trimestre de 2019 pero lo harán "gradualmente en función de las condiciones de mercado" y si es necesario prolongarán el plazo.