VALÈNCIA. Las contratas y obras de las administraciones públicas estaban ya empezando a vivir las consecuencias del alza de los costes. Como consecuencia de ello, los próximos proyectos tendrán que tener esta circunstancia para que puedan llegar a buen puerto. Es el caso, por ejemplo, del canal de acceso de València, cuya licitación debería salir en las próximas semanas según el anuncio de las instituciones pero cuyo coste se ha tenido que revisar ante la situación inflacionista que experimenta el mercado de la energía y de las materias primas.
El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) prepara el proyecto, presentado a los medios y la opinión pública el pasado verano, y en vistas a sacar a concurso las obras del esperado canal de acceso ferroviario este mes de junio. Aunque no se ha hecho todavía, fuentes conocedoras del proceso consultadas por este diario insisten en que se está ultimando, y la vicealcaldesa y edil de Urbanismo de València, Sandra Gómez, negó la pasada semana ningún retraso en este proceso.
Ahora bien, lo que parece probable es que esta macro actuación ferroviaria no se licitará por el precio que se había pensado en un primer momento. Hace poco menos de un año, la presidenta de Adif, María Luisa Domínguez, cifró en 437 millones de euros el coste aproximado de la operación. Sin embargo, la alteración de la situación macroeconómica y la espiral inflacionista que experimentan los mercados desde hace meses ha cambiado el contexto y, según las mencionadas fuentes, ha obligado a recalcular el coste de las actuaciones.
El proyecto estaba en redacción y en las últimas semanas "la documentación se está actualizando debido al cambio en los costes por la subida de los precios de materiales y otros recursos", explican en este sentido. "Es algo que ha ocurrido en gran cantidad de obras, pero en esta, que es de gran magnitud, se ha notado especialmente", subrayan.
Así, de los 437 millones iniciales previstos, el coste definitivo de la operación podría superar los 500 millones de euros, aseveran fuentes municipales. Un aumento de más del 14% en el precio por el que saldrían a concurso las obras y que más tarde, a la hora de adjudicar el contrato, se reduciría previsiblemente debido a las bajas económicas que presentaran las ofertas de las compañías interesadas.
Inicialmente se pretendía licitar las obras en los primeros meses de 2021. Sin embargo, los trabajos de redacción definitiva del proyecto se han alargado más de lo previsto, de manera que la nueva estimación era que el concurso público se publicara "a mediados de este año", según publicó eldiario.es, "si no se producen imprevistos". Con todo, una demora excesiva en este paso administrativo presumiblemente condicionará el resto de plazos de ejecución: Adif quería adjudicar las obras a principios de 2023 y ejecutarlas en nueve fases para que finalizaran en 2027. Si todo iba bien.
Del coste total, previsiblemente el Gobierno central asumirá el 50%, mientras que la Generalitat Valenciana y el Ayuntamiento de València se harán cargo de la otra mitad a partes iguales. Con todo, esto y los detalles de los pagos entre otras cosas deben sustanciarse en un convenio interadministrativo a tres bandas. Convenio que el alcalde anunció para el mes de mayo pero, como publicó Valencia Plaza recientemente, este plazo también se ha consumido sin que haya convenio todavía.
La intervención consiste fundamentalmente en el soterramiento de las vías ferroviarias desde el bulevar sur hasta el viaducto de Giorgeta. Pero además, incluye el derribo del mencionado viaducto -conocido popularmente como el scalextric- y la remodelación y ampliación de la estación de Joaquín Sorolla, donde se añadirán andenes, se engrandecerá el aparcamiento y se reformará el interior de las instalaciones.
Esta última actuación no es otra cosa que consolidar una estación proyectada como provisional. Adif justifica esta ampliación con la previsión del incremento de usuarios en el Corredor Mediterráneo y también en la conexión con Madrid tras la liberalización de las operadoras ferroviarias de larga distancia.
A la postre, con las obras de soterramiento, previas a las del futuro túnel pasante, se busca liberar cerca de 250.000 metros cuadrados de superficie, ahora ocupados por la playa de vías ferroviarias. Y cuando se haga, será el momento en el que el Ayuntamiento pueda sustituirlas y empezar con la urbanización del futuro bulevar García Lorca.
Este será un eje verde en el que ya trabaja el Ayuntamiento y que está previsto de unos 49.000 metros cuadrados a lo largo de un kilómetro de longitud. La idea consistorial es ubicar un gran jardín que discurra por el eje central, con dos carriles bici adosados pero sin conexión entre las calles colindantes para evitar trayectos de paso por la zona.