VALÈNCIA. Las fuerzas que componen el Pacto del Botánico -PSPV, Compromís y Podem- viven todavía en un estado de shock del que no terminan de recuperarse pese a que ya ha transcurrido un mes de las elecciones andaluzas. Unos comicios que arrojaban un resultado en el que la lógica indicaba la pérdida de la Junta por parte de Susana Díaz y donde la formación morada quedaba en tierra de nadie. Todo ello por la fuerte irrupción con 12 diputados de Vox, fuerza de extrema derecha con la que PP y Ciudadanos están a punto de pactar la salida de los socialistas del poder.
El temor a que pueda reproducirse una situación similar en la Comunitat Valenciana en las próximas elecciones autonómicas y locales que se celebrarán en mayo se ha extendido entre los partidos de izquierdas y, especialmente, entre los que en 2015 consiguieron un acuerdo que terminó con el reinado de 20 años del Partido Popular. Así, todos los representantes de las citadas fuerzas aseguran en público que las circunstancias de ambas autonomías son distintas -algo que es cierto-, si bien en privado más de uno admite que los fulgurantes cambios de criterio del electorado o el desacierto cada vez más habitual de las encuestas han metido el miedo en el cuerpo al Botànic. Y eso que todavía no ha salido ningún sondeo que diga que PSPV y Compromís perderían la Generalitat.
Ante esta situación, una estrategia podría ser simplemente seguir hacia delante tratando de difundir la gestión de gobierno sin entrar en un choque frontal a la espera de que pueda desinflarse -si es que lo hace- la burbuja de Vox. De hecho, no son pocos los analistas que consideran imposible en este momento concreto detener a la formación de extrema derecha dado que, como bien decía el consultor político César Calderón este lunes en El Confidencial, se encuentra bajo el "efecto luna de miel" y, ante esto, solo queda tratar de evitar que crezcan y recortar lo máximo posible este periodo para el partido de Santiago Abascal.
No obstante, de momento Vox parece ganar la batalla de la agenda y buena parte de los debates parecen ser los deseados por el mencionado partido: cuestión territorial, problema migratorio, ley de violencia de género... unos asuntos que las fuerzas del Botànic parecen decididas a no rehuir y ya contraatacan públicamente.
El presidente de la Generalitat y líder del PSPV, Ximo Puig, quien se reunió este lunes con su grupo parlamentario fue el primero en desenfundar, no solo contra Vox, sino también contra sus probables aliados, PP y Ciudadanos. Y lo hizo con una Proposición No de Ley para que Les Corts se manifiesten a favor de leyes que protegen a las víctimas de la violencia de género, así como de los pactos firmados en este sentido entre las fuerzas con representación en la cámara.
Si bien Puig alejó a la posibilidad de que se pueda replicar el escenario andaluz en la Comunitat Valenciana –"Aquí no hay pulsión de cambio (en referencia a Vox) porque el cambio es el Gobierno actual"–, el 'número 1' del Ejecutivo valenciano sí advirtió que le preocupa que haya una evolución en la "foto fija de España" hacia posiciones derechizadas que permitan que la extrema derecha haya llegado a una institución. "Es terrible que la derecha democrática compre los argumentos de la derecha no democrática en la lucha por la igualdad y contra la violencia de género", sentenció el jefe del Consell.
Una línea en la que coincidían fuentes de Compromís consultadas por este diario, dejando entrever que este va a ser uno de los argumentos de ataque. "El problema de Vox es cuando algunos partidos asumen sus postulados: es vergonzoso que PP y Cs todavía consideren pactar con ellos", comentaban a este diario desde la coalición.
Sobre esto, las citadas fuentes de Compromís ponían el acento en su lema 'Larga Vida al Botànic' y en la postura de "no solo de defender las políticas sociales que hemos hecho y estamos haciendo en las instituciones, sino de defender los derechos humanos ante el riesgo de que vuelva la derecha de la mano de la ultraderecha".
Al igual que Puig, también habló Estañ públicamente en su regreso a la actividad política este lunes sobre el ascenso de la extrema derecha, frente al que instó a "seguir avanzando". "Ante la posibilidad de que vuelvan los corruptos, acompañados de los que quieren hacernos retroceder a los peores tiempos posibles y que, además, quieren hacerlo pagándolo con los sectores más vulnerable de nuestra población como son las mujeres y los migrantes, la mejor manera de impedirlo y el antídoto es presentarnos a las elecciones con los deberes hechos y acabar con todos los objetivos marcados", sentenció.
Por otro lado, la presidenta del PPCV también hizo referencia, preguntada por los medios, a la lucha contra la violencia machista. Para combatir las críticas que está recibiendo su partido por pactar con Vox en aras de gobernar una comunidad autónoma, Bonig defendió que el PP "ha sido el partido que ha impulsado más medidas para luchar contra una lacra como la violencia machista".
En este sentido, recordó que en 2018, con el Gobierno del PP de Mariano Rajoy, se firmó un pacto nacional con el apoyo de todos los grupos parlamentarios a excepción de Podemos –que se abstuvo-. "El PSOE y Compromís pedían entonces más inversión y el PP aumentó la partida para la lucha contra la violencia machista a 1.000 millones de euros", aseguró Bonig. "Nosotros pedimos ahora al Gobierno valenciano de Puig que se pase de las palabras a los hechos: en el pacto valenciano hay alrededor de 300 medidas y de ellas solo se han puesto en marcha 55", se quejó la líder de los populares.
Con todo, la presidenta del PPCV pidió unidad a todos los partidos "y sacar este problema, que es muy grave, de la batalla política". "Los ciudadanos nos pagan para solucionar problemas. Detrás de la violencia a las mujeres hay mucho dolor y sufrimiento y hay que sacar de una vez por todas esta cuestión de la batalla política", concluyó la popular.