VALÈNCIA. Compromís piensa batallar hasta el último minuto para evitar que se apruebe la bonificación del 99% en el Impuesto de Sucesiones a las empresas que facturen más de 10 millones de euros como pretende el president de la Generalitat, Ximo Puig. Como también el jefe del Consell piensa defender a ultranza su enmienda a la Ley de Acompañamiento de 2023 para validar esta modificación legal aunque sea de mano de los partidos de la derecha.
La razón es clara: a unos, la coalición valencianista, no les gusta el planteamiento porque creen que en absoluto una sociedad que facture esa cifra pueda considerarse una "empresa familiar". Otros, el PSPV y Puig en particular, creen que ya cedieron lo suficiente hace dos años al renunciar a esta reforma por las dudas de sus socios del tripartito. Y con el horizonte electoral asomando, la captación de votos del centro es importante para tratar de mantener la Generalitat a partir del próximo mes de mayo, así como Compromís busca absorber los votos de Podem.
La tensión entre los socios de Gobierno es palpable; casi se puede ver y escuchar. De hecho, se puso de manifiesto en la sesión de control al president de este jueves en Les Corts Valencianes y a nadie le pasó desapercibida la incomodidad en la que se encontraba Puig por el tono de sus socios del Botànic, totalmente opuesto al que acostumbran a utilizar cuando suben a la tribuna. Y el fondo de su discurso, aún más duro si cabe.
Los valencianistas no escatimaron en sus críticas a esta modificación legal. La síndica de Compromís, Papi Robles, se subió al atril para invitar al jefe del Consell a "reflexionar" con la intención de que este termine dando marcha atrás en el asunto. En un tono pausado, le advirtió que esta bonificación a empresas que facturan más de 10 millones es "un gran error que no ayuda a mejorar la economía" y "rompe los acuerdos del Botànic". Una frase que pocas veces se ha oído. Rafa Climent fue una de las últimas personas que la pronunciaron, y fue en la legislatura pasada a raíz de los horarios comerciales.
La aseveración de Robles es dura de encajar para el jefe del Consell, pero si duro fue el discurso, más aún lo fue el escenario elegido para pronunciarlo: Puig tuvo que responder a los reproches ante la atenta mirada y atención de la oposición. Así, aunque la conclusión de que el tripartito se fractura en esta cuestión es evidente por los posicionamientos de las últimas semanas han marcado PSPV, Compromís y Unides Podem, no es habitual que esta se llegue a verbalizar y exhibir en público.
"Es un gran error bajarle los impuestos a los más ricos. Nosotros vamos a combatir mucho. Desde Compromís valoramos mucho el Acuerdo del Botánico, porque es lo mejor que le ha pasado a la democracia valenciana. Y eso se cuida y se cultiva. Se cuida con acuerdos como la bonificación de Sucesiones que ya pactamos hace tres años. Una propuesta con la que todos nos sentíamos cómodos", subrayó la portavoz de Compromís.
"Pero nos preocupamos si debemos elegir entre reforzar el Botànic o pactar con la derecha. Bajar los impuestos no genera empleo, no funciona, y se lo hemos escuchado a la OCDE, al Fondo Monetario Internacional (FMI), a la Unión Europea", continuó la síndica. "Cuando oigo que una facturación de 10 millones de euros es clase media empresarial... Por el amor de Dios. Clase media empresarial es el quiosco de la esquina, y les miro ahora mismo a los ojos porque estoy segura de que comparten todo esto que estoy diciendo", zanjó Robles para inquirirle al president si considera preferible bajar los impuestos "a los ricos o seguir la senda que siempre ha transitado" el Consell.
De la misma manera que Robles defendió su postura, también Puig se mostró inamovible en la suya. El jefe del Consell defendió la enmienda destacando lo que con ella pretende conseguir: apoyar a las empresas familiares que han conseguido aumentar su tamaño y que tengan "más arraigo" en la Comunitat, además de equiparar el impuesto de sucesiones en este caso a la legislación estatal.
En su réplica, el president de la Generalitat hizo hincapié en que apoyar a las empresas familiares no es incompatible con la redistribución de la riqueza y la sucesión no debe ser un "factor de riesgo" que les haga perder competitividad. Así, destacó que un reciente estudio del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) concluye que las empresas familiares de mayor tamaño tienen una competitividad mayor que la media de las compañías españolas.
Acto seguido, trasladó a la síndica de Compromís que la enmienda de los socialistas es una propuesta "abierta". Una invitación a los valencianistas a participar en su redactado que, no obstante, todo apunta a que no se producirá porque no comparten la esencia de la reforma. Con todo, Puig sostuvo que la medida no tendrá un impacto económico "relevante" y "probablemente no llegue al millón de euros", ni pondrá "en peligro el Estado del Bienestar".
"Necesitamos enviar un mensaje claro, que de una manera u otra este gobierno gobierna para todos: para las pequeñas y medias empresas", concluyó sin que Compromís utilizara más tarde su turno de réplica. Las diferencias por la bonificación del Impuesto de Sucesiones entre PSPV, Compromís y Unides Podem se harán más evidentes aún si cabe en la votación de las enmiendas en diciembre, cuando se aborde la Ley de Medidas Fiscales.