restorán de la semana

Honoõ

Honoõ es una izakaya en medio de una València que hasta su llegada no sabía que en Japón hay más gastronomía más allá del sushi

| 19/05/2023 | 3 min, 27 seg

VALÈNCIA. Fuego, brasas y humo salen de un horno de leña Kamado grill. Llegan a la mesa en forma de bocados que jamás olvidarás y que te hacen recordar que la vida está llena de pequeños momentos que, en Honoõ, siempre rezuman felicidad. Un local que te lleva a la calma, con esas lámparas tipo akachochin que dan calidez, pero cuyas paredes rojas te recuerdan que aquí el fuego es el gran protagonista. Pasión, que dirían otros. Y es que, Honoõ es una izakaya (taberna) en medio de una València que hasta su llegada no sabía que en Japón hay más gastronomía a parte del sushi. Por suerte, Ulises Menezo abrió Honoõ y nos dio la oportunidad de colarnos en esos bares callejeros de las ciudades niponas. Era 2016, cuando abrió Honoõ bajo el paraguas de Tastem. Hoy en esta zona de Aragón está el  tridente 'japo' compuesto por Shinkai Tastem, Honoõ y Kaido Sushi.

En Honoõ lo suyo es compartir, no solo para poder probar más cosas sino porque es lo que se hace en las izakayas. Y sí, una cerveza japonesa es la mejor preparación para abrir la carta y dejarte llevar por sus propuestas. Al principio puede confundir y descolocar el no ver ninguna oferta de nigiris, pero en nada te sumerges en ella y te llenas de dudas: ¿por dónde empiezo? Es complicado, pero de entrantes no pueden faltar unas kushiyaki (brochetas) de carne o pescado —¡ay! qué buena está la de vieira— o el panbao de foie. Y sí, otro must de Honoõ es su Karaage de pollo ecológico, como ya elogió Jesús Terrés en su día.  

Honoõ destaca por la calidad de su materia prima, importada directamente de Japón y sus platos especializados en carne, como la de Wagyu que, de origen japonés —de la ciudad de Kobe—, es considerada como una de las más selectas del mundo por sus características de sabor, ternura y jugosidad. Tanto, que no pedir el entrecot o la aguja de Wagyu orgánico es un pecado que ninguna penitencia podría compensar jamás. Todas las propuestas están elaboradas en un horno de leña Kamado grill; una especie de barbacoa de cerámica muy versátil y de alta calidad. 

Una velada en la que la cocina está muy presente, pues está al descubierto para que los comensales puedan ver cómo se elaboran los platos. En ella, desde finales de 2022, está Roberto Peña, que antes de aterrizar a este restaurante Japonés se curtió durante ocho años con Ricard Camarena — desde haciendo prácticas en Arrop en el palacio Marqués de Caro hasta, entre otros, siendo jefe de cocina de Canalla Bistro—. Una formación que también pasa por Madrid, Londres o Manchester y que tiene una denominación común: trabajar con los productos. "Desde pequeño me ha gustado mucho cocinar y trabajar los productos, y ahora tengo el gusto y el placer de trabajar con la carne de Wagyu traída desde Japón", comenta el joven. 

La continuidad con su predecesor es total, dibujando una línea que seguramente en un futuro cercano empiece a tener su trazo. Ulises Menezo sabe lo que hace y en quién confiar. Así lo ha demostrado desde siempre, confiando primero en Yoshi Yanone, luego en Eduardo Espejo y ahora en Roberto Peña. 

Una velada en la que no puede faltar algo de dulce —la tarta de queso y sésamo negro es espectacular— y, si en la velada se tercia, un whisky japonés. Porque, al fin y al cabo, la vida también trata de brindis, y más si estás en esta izakaya. 

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