VALÈNCIA (EFE). El presidente de la Indicación Geográfica Protegida "Aceite de Jaén", Manuel Parras, ha expresado el temor del conjunto del sector del Aceite de Oliva Virgen Extra (AOVE) por el riesgo de no recuperar los consumidores "perdidos" a favor de otros productos de menor calidad en los últimos tiempos a causa del aumento de los precios.
"Los consumidores aguantan un máximo, pero si (el precio) está en siete euros pues evidentemente cambian de grasa", ha relatado Parras a EFE, antes de indicar que los alzas han provocado un cambio en el consumo a favor de aceites como el de girasol, entorno a un 24 por ciento, y el de orujo, sobre un 19.
El presidente de la IGP Aceite de Jaén está en Alicante con motivo del II Congreso de la Asociación de la Defensa del AOEVE (ADAOVE), que se ha celebrado en el Museo Arqueológico Provincial (MARQ), que tiene como objetivo concienciar de los beneficios de este producto emblemático de la dieta mediterránea.
Además de sus beneficios en términos de salud, como por ejemplo a una mejor protección cardiovascular, la prevención de la diabetes o la pérdida de peso, Parras ha destacado también su importancia social y natural.
"Los aceites de oliva son los mejores 'pegamentos' para que las personas se anclen a las zonas rurales en la mayoría de las áreas productoras y puede ser un pulmón para las zonas despobladas de las que tanto se habla", ha afirmado.
El presidente de la Indicación Geográfica Protegida ha aprovechado para explicar que "el olivar es capaz de generar todo tipo de beneficios para la salud planetaria anclando el dióxido de carbono (Co2), manteniendo la biodiversidad y evitando la erosión", un conjunto de bienes que, ha dicho, "no valoramos".
La AOEVE ha premiado este año a diferentes personalidades de distintos ámbitos por promover el uso del aceite de oliva virgen extra, entre ellos el chef premio Michelin Verde del restaurante barcelonés Casa Nova, Andrés Torres, quien ha calificado el AOVE español como "el mejor del mundo".
Torres ha incidido en los provechos alimenticios que aporta este producto, ha hecho especial hincapié en la apuesta por el mercado de kilómetro cero y ha lamentado la falta de conocimiento que, desde su punto de vista, existe en los comensales sobre este óleo.
Una de las cuestiones planteadas en esta segunda edición ha sido la de promover un cambio en las dominaciones genéricas para que el consumidor pueda detectar, sin la necesidad de ser un experto, entre un aceite de oliva virgen extra, un virgen y un oliva.
También otras cuestiones como la prohibición de rellenar botellas en la restauración o la de remarcar la distinción entre los aceites 'premium' o de cosechas tempranas para así recompensar a los productores que se esfuerzan para tratar de ofrecer un producto de más nivel.