Esta ciudad ha entrado de lleno en un nuevo modelo de movilidad. Pero tiene también sus carencias. Mucha normativa interna mientras los turistas campan a sus anchas sobre aceras o contradirección en bicicleta o patinete
Pasear por las calles de una ciudad se ha convertido en una actividad de riesgo. Patinetes eléctricos y manuales, monopatines y bicicletas amenazan la integridad física de los peatones, que no tienen a un ‘lobby’ que los defienda ni un alcalde que los escuche. Somos los parias de la movilidad sostenible
Conductores, ciclistas y peatones somos un todo. El anillo ciclista recién inaugurado es una buena infraestructura, pero sin normas de convivencia puede convertirse en un nido de problemas. Ya han llegado los primeros. La urbanidad es imprescindible ante un cambio de modelo de ciudad
Con solo 900.000 euros, el Ayuntamiento de València ha dado un giro de 180 grados a las políticas de movilidad. Como todo gran cambio, tiene defensores y detractores