VALÈNCIA. El pasado 13 de junio, el candidato socialista Ximo Puig era investido por segunda vez presidente de la Generalitat gracias a los apoyos de sus socios del Botànic II, Compromís y Unides Podem.
Un respaldo que llegó tras unas semanas de tensas reuniones que terminaron por agigantar la estructura del Ejecutivo con dos nuevas consellerias y un importante crecimiento de los puestos directivos en el Gobierno valenciano.
Así, la negociación del Botànic II se cerraba con un total de 137 altos cargos: 12 consellers, 12 subsecretarios, 29 secretarios autonómicos y 84 directores generales. Una cantidad que suponía un incremento del 34% respecto al mandato anterior, cuando el Ejecutivo formado por Compromís y PSPV tenía 102.
Los departamentos del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y de la vicepresidenta y consellera de Políticas Inclusivas e Igualdad, Mónica Oltra, salieron respectivamente reforzados. Cinco y cuatro secretarías autonómicas respectivamente y, en ambos casos, 12 direcciones generales.
Ahora bien, no parece que estos cargos fueran especialmente esenciales para el presidente Puig, dado que a día de hoy sigue teniendo vacantes tres de esos 12 puestos. Concretamente, todavía no se ha designado la Dirección General de Coordinación de la Acción de Gobierno, dependiente de la Secretaría Autonómica de Presidencia que dirige Andreu Ferrer, mano derecha de Puig.
Tampoco se ha designado responsable para la Dirección General de Relaciones con las Comunidades Autónomas y Representación Institucional. Un puesto que, según distintas fuentes socialistas, está reservado para un dirigente que termine por reactivar la 'embajada' del Consell en Madrid.
Por último, todavía no se ha aclarado, al menos públicamente, quién ocupará el puesto en la Dirección General de Relaciones Informativas. Un cargo que Puig ya tardó en nombrar la pasada legislatura unos meses y que, ahora de nuevo, vuelve a quedarse en el tintero.
Dado que este viernes no se anunciaron nombramientos en Presidencia, la próxima semana se cumplirán cuatro meses desde que Puig fue investido y todavía quedarán tres puestos vacantes en su departamento. Los únicos de todo el Gobierno valenciano.
Una situación que ratificaría una de las maldades que corrió por el Palau cuando se dio a conocer el organigrama de las distintas consellerias: el alto número de direcciones generales creado en Presidencia se debió a la necesidad de equipararse a las que había pedido Mónica Oltra para su cartera.