VALÈNCIA. La situación en los parques industriales de la provincia continúa siendo complicada tras el paso de la Dana. Sus consecuencias son aún a día de hoy, más de un mes después, muy visibles con enseres y residuos acumulados, barro, lodo y multitud de destrozos que las empresas no han podido reparar. Los daños se cuantifican en millonarios, unos 13.000 millones según Cámara Valencia, y muchas empresas están en una delicada situación. Por ello, desde hace días la industria alza la voz para que se aceleren las ayudas y compensaciones económicas para poder sobrevivir y reponerse de esta catástrofe. Solo en Riba-roja, el 30% de su tejido empresarial todavía no ha podido retomar la actividad, mientras que cerca del 11% no tiene certeza de cuándo podrán hacerlo.
Así consta en un informe elaborado por la Asociación empresarial Rib A3, que representa a más de 200 empresas de seis áreas industriales diferentes en Riba-roja de Túria, uno de los focos productivos más importantes de la provincia. El documento refleja la dura realidad que persiste en los polos industriales y evidencia la dificultad de la mayoría de las compañías por reabrir.
Uno de los datos más llamativos que se desprenden del informe es que un tercio de las compañías permanecen todavía cerradas, aunque un 5% prevé retomar la actividad en un periodo no superior a los diez días. Otro 13%, en cambio, cree que su reapertura se demorará como mucho un mes, mientras que el 10,8% no sabe aún cuándo podrá hacerlo. En cambio, más del 67% de las empresas ya han vuelto a levantar la persiana y solo el 2,7% no se vieron afectadas por las inundaciones.
En cuanto a las empresas que identifican daños en sus espacios o principales activos, muchas de ellas reconocen que en la mayoría de los casos son transversales. De hecho, más del 57% de las compañías de los polígonos industriales de Riba-roja de Túria tienen su maquinaria muy gravemente afectada, mientras que las que poseen equipos informáticos muy afectados son el 45% y aquellas con instalaciones destrozadas llegan al 43% del total. Al mismo tiempo, casi la mitad de las empresas, un 48% ha sufrido desperfectos de gran consideración en su mobiliario.
A su vez, justo una de cada tres compañías tiene graves daños de hasta el 70% en sus materias primas o productos, mientras que la afección leve es muy común en los vehículos industriales y particulares, con un 57% y un 50% de las empresas afectadas respectivamente; o las infraestructuras, con casi el 55% de ellas.
Además, y de acuerdo con el informe, son aún muchas las mercantiles que necesitan recursos para realizar tareas de limpieza. El 68% de ellas, por ejemplo, tiene afectados los accesos a sus naves, mientras que el 37% necesita maquinaria para poder limpiar el interior de las mismas y un 17% requiere de mano de obra para lograr realizar estas labores.
De hecho, solo el 29% de las compañías afirma que ya ha terminado con el acondicionamiento de sus naves o instalaciones, un porcentaje que es aún muy bajo si se tiene en cuenta que ya ha pasado más de un mes de la riada.
Por ello, la asociación empresarial Rib A3 reclama una agilización en los procesos burocráticos para poder disponer de fondos, más allá de los préstamos ICO. También pone el acento en el problema que persiste con el drenaje y las tuberías, puesto que actualmente se encuentran colapsadas y podrían volver a sucederse inundaciones al no poder desaguar a causa del barro que tapona el alcantarillado.
Unas exigencias que trasladaron junto al documento al presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, con quien mantuvieron un encuentro de trabajo esta semana para exponerle la situación actual y la valoración de los daños producidos por la Dana del pasado 29 de octubre en las áreas industriales de Ribarroja de Túria.
En la reunión, los empresarios le comunicaron al presidente de la patronal sus preocupaciones y exigencias. Entre los retos planteados se encuentra la recuperación de las pequeñas y medianas empresas, las cuales se enfrentan a un proceso de recuperación más duro al disponer de menos medios.
Y es que desde hace semanas que la industria valenciana, conformada principalmente por pymes y micropymes, está alzando la voz para que se le tenga en cuenta, dado que son el sustento de muchas familias y de ellos depende la generación de riqueza y valor en la región.