de ferias vinosas

Cuatro gatos y un día espacial

El Puerto tiene un color espacial, como los vinos que nos gustan, hedonistas varios, variados y variopintos. Y allá que nos vamos hoy, que unos gatos de cuatro patas han engalanado las fuentes para recibirnos entre cabras saltarinas, pajarillos juguetones y algunos istmos gruñones. Estamos de festival, estamos de disfrutez

de botellas bajo velo

Mucho vino y una flor

Hoy miramos cara a cara a la vida, que cuando oscura parece alguien da al interruptor, se hace la luz y allí aparece. Mucho vino y una flor, la más preciosa, la que crece y crece

de vinos y cervezas

La Belgique más pizpireta

Nos ponemos de puntillas, abrigada y pizpireta, que hoy toca opereta. Volamos a la Belgique con Zinneke y con Mannenken a beber de todo un poco. Sin susto, con ganas y a lo loquiloco,  que esta vez la cosa va de vinos (claro) y de cerveza (toma esa)

CHINCHÍN

Wine Christmas

Días de rones, turrones y cuñados gorrones. Vamos abriendo una botellita de Champín mientras pensamos en el menú más espacial, que empieza nuestra particular San Silvestre

EN SU TINTA

Viva el vino como es bebido

Por  - 

Vino y buena gente. Tan sencillo y tan auténtico. Cada año el Vintae Wine Fest reúne a un nutrido grupo de jóvenes que disfrutan de un fin de semana en torno a la cultura del vino en La Rioja

vinos de Montilla y Moriles

Desde Montilla a Moriles....

Llegan vinos de luz y de guapitos. De nobleza y sencillez. De esos que montan y remontan porque saben que lo auténtico llega y se queda en ese corazón sureño que todos tenemos.

DE VINOS CON EL GRAN DRAGÓN 

Chinorrismo vinoso

Toca volver de vacaciones, pero no pensamos deprimirnos ni una pizca pequeña, hedonistas. Que tenemos por delante una nueva temporada que prometemos bien disfrutona. Con mucho vino, que nunca falte. Así que rellenamos la maleta de botellas ricas y volamos. Cerramos los ojos y estamos en China, amiguis, que empieza la fiesta.

claretes en verano

Vino, claro, que es verano

Pues sí, pues claro que vino. Que ya llegó el verano y su fruta. Calor caluroso, soles felices y playas desiertas. Porque así las imaginamos y así son. Con su chiringuito, claro. Ese en el que ponerse un poquito a la sombra, curar quemazones y lucir palmito. O esos bares de pueblo en los que refugiarse con amigos entre chata y chato, entre tapita y tapito. Que es lo que toca, hedonistas, refrescarse por fuera y por dentro  de color gazpachoso asalmonado, que es clarete, no rosado.