ALICANTE. Hay veces que es bueno replantearse ciertas costumbres y creencias que tenemos muy interiorizados, que si bien han sido válidos para nuestro día a día durante un tiempo ya se han quedado ineficientes dentro de un contexto que ha ido evolucionando. Pero todos sabemos lo que cuesta cambiar las costumbres y somos reacios a ver las cosas desde otra perspectiva aunque sea para nuestro bien.
Leyendo el último informe publicado por Inverco (Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones) vemos que los inversores en fondos de inversión reembolsaron a finales de marzo un volumen de 5.571 millones de euros, esta cifra representa un 2,07% respecto al patrimonio total invertido en fondos de inversión a finales de enero de 2020. Este volumen de reembolso tan exagerado nos indica cómo se comportan algunos inversores durante grandes caídas de mercado.
Y, cierto es, que esta caída ha sido especialmente catastrófica en volumen y rapidez y lo peor de todo fue que hubo correlación positiva -como en 2008- en los clase de activos. Esto último, es muy preocupante ya que las ventajas que aporta la diversificación de los activos de una cartera desaparecen hasta que pasa dicha situación.
Pero teniendo en cuenta que detrás de toda corrección viene tarde o temprano, una recuperación, los inversores que no fueron presa del pánico recuperaron gran parte de las pérdidas durante el mes de abril. El patrimonio total de fondos de inversión cerró el mes con un incremento de 7.059 millones de euros, basados en revalorización de las carteras.
Actualmente, sigue habiendo mucha incertidumbre en los mercados que va a perdurar hasta que exista de nuevo confianza por parte de los inversores. No descartamos otro episodio bajista de los mercados, como tampoco que no ocurra. A día de hoy la volatilidad sigue siendo alta, el VIX (también conocido como el Índice del miedo) cuya media histórica (2004 hasta hoy) se sitúa en 22,9 y aún se mueve en niveles ligeramente superiores a 30, bajando desde 82,69 que supuso el máximo registrado el 16 de marzo de 2020. Durante la crisis financiera de 2008 'solo' llegamos a 80,86, pero tardamos 179 sesiones para situarnos en 30, cuando esta vez ha sido en menos de 60 sesiones.
Los que liquidaron sus posiciones durante la caída han tenido que soportar unas pérdidas importantes que van a ser muy difíciles de recuperar; y que han reducido drásticamente las posibilidades de alcanzar el objetivo financiero fijado, que suele ser su jubilación.
Esta situación ya la vivimos durante la crisis de 2008. Y la situación entonces se agravó para aquellos inversores que no volvieron a invertir hasta que subieron los mercados y compraron a niveles más altos. Además, cuando lo hicieron no cambiaron su forma de invertir.
Ahora bien, este volumen de reembolso con la consiguiente pérdida patrimonial hubiera sido evitable si los partícipes hubieran tenido una formación financiera o hubieran estado bien asesorados. La gran mayoría de los fondos de inversión que se suscriben en España no forman parte de una cartera de inversión confeccionada con la finalidad de alcanzar un objetivo financiero fijado. Y eso es muy preocupante, ya que ese objetivo suele ser el de la jubilación.
Por eso el cliente minorista necesita reflexionar si realmente no debería contar con el valor añadido de un asesoramiento personalizado porque se ha demostrado que en momentos de turbulencias de mercado su comportamiento se vuelve irracional y contrario a sus intereses a largo plazo.
Otro punto a tener en cuenta es que los asesores financieros tenemos el deber de conocer a nuestros clientes y ofrecerles la solución financiera que mejor se ajusta a sus necesidades dentro de una marco legal (LMV). Y, por supuesto, recomendamos los productos financieros con los que vemos que las posibilidades de conseguir alcanzar el objetivo financiero fijado sean altas, es decir, que buscamos dentro de un universo de productos muy amplio los que cumplen nuestros criterios de consistencia y rentabilidad.
Para evitar cualquier riesgo no asociado con los riesgos inherentes a la inversión, el inversor tiene en primer lugar que decidir en quién confiar para que le ayude a conseguir sus objetivos financieros y cuáles son los productos financieros a utilizar.
En España, la inversión minorista se realiza casi exclusivamente a través de las entidades bancarias dejando poco espacio para las entidades que se pueden considerar especializadas en la prestación de servicios de inversión. Este último grupo de entidades estaría formado por Empresas de Servicios de Inversión y SGIIC independientes.
Y lo más preocupante es que, según la CNMV en su Boletín Trimestral 1/2020, "el análisis de la rentabilidad neta de las IIC por tipo de gestora realizado revela que los resultados obtenidos por las gestoras independientes fueron superiores a los de las gestoras bancarias como promedio (4,3% frente al 2,8%), lo que se ha manifestado sobre todo en un mejor rendimiento en las vocaciones de renta variable o con una proporción elevada de renta variable".
Es decir, que a pesar de obtener menores rendimientos, el inversor minorista en España, no busca alternativas en quién confiar, igual por falta de información, por motivos de desconfianza o falta de accesibilidad.
¿No es hora de empezar a 'pensar fuera de la caja'?
René Bauch es asesor financiero de la EAF alicantina gCapital Wealth Management. Puede contactar con el autor para solventar cualquier duda en [email protected].