VALÈNCIA. La segunda jornada del juicio de la rama valenciana de Gürtel, la que juzga la financiación irregular del PP de Francisco Camps ha supuesto la explosión de un torpedo en la línea de flotación de los populares imputados. Los empresarios han ‘cantado’ y el cabecilla de la Gürtel, Francisco Correa también, pero además señalando directamente al exsecretario general del PPCV, Ricardo Costa como el cerebro de la estrategia de los pagos en B que se hicieron para conseguir disimular el dopaje electoral del PP de Camps.
Su nombre se ha convertido en el nombre propio de la jornada por encima incluso del propio Correa. El que fuera secretario general de los populares valencianos ha visto como su estrategia de defensa se hundía en un lodazal tras la declaración del cabecilla de la Gürtel. Su cara al término de la jornada lo decía todo. El antaño dicharachero Costa no podía articular palabra tras escuchar como Correa le acusaba de ser el cerebro de los pagos en B del dopaje electoral. Junto con su mujer y su letrado ha abandonado el primero la Audiencia Nacional. En silencio ha salido flanqueado por sus acompañantes sin siquiera dirigir la mirada a quienes le esperaban en la puerta para preguntarle.
Una sola frase lo ha cambiado todo para él, y para el resto de investigados, pero sobre todo para él. Ha sido el abogado del Estado quien ha conseguido sonsacarle lo que ni la fiscal ni el magistrado habían conseguido. El momento, pasadas las tres de la tarde ha levantado de sus sillas hasta a la prensa que cubre el juicio. El abogado del Estado le ha preguntado que quién le había dicho que tenían que ser los empresarios quienes pagaran la campaña. Correa, muy serio, no lo ha dudado y ha contestado: “Yo no he tenido ninguna reunión con el PP de Valencia. El señor Crespo sí me dijo que se había reunido con Ricardo Costa y que Costa le dijo tenéis que facturar a unos empresarios”.
Una sola frase que dinamita casi al 100 por 100 las posibilidades de salir absuelto de Ricardo Costa. Hasta el resto de defensas comentaban la jugada en la puerta de la Audiencia Nacional. Nadie daba crédito a lo que acababa de suceder en el juicio. Nadie se lo esperaba, incluida la defensa de Correa, pero el letrado del Estado ha sido listo, conoce bien a Francisco Correa de otros juicios y sabía que si lo apretaba terminaría saltando, y así ha sido.
Los corrillos de esta jornada incluían a letrados y periodistas. Todos discutiendo la repercusión de esa frase. Una frase que ha dejado en agua de borrajas las declaraciones previas prestadas por los empresarios financiadores del PP. Una frase que cambia el rumbo de un juicio. Una frase que es, literalmente, un clavo en el ataúd jurídico de Ricardo Costa, y por ende, del resto de investigados.
De hecho Costa solo tiene una salida y es que este miércoles otro de los cabecilla de la Gürtel, Pablo Crespo, diga que lo declarado por Francisco Correa es mentira. La declaración de Correa, aunque vital, no deja de ser una frase de referencia contada por un tercero que ahora deberá refrendar o no, lo dicho por éste. ¿Qué habrán hablado los imputados en el furgón que les traslada a la prisión de Soto del real? Esa pregunta sobrevolaba hoy la Audiencia Nacional junto con: ¿Tirará Crespo de la manta? Este miércoles se despejará la X de esa acusación.
Si Correa ha hundido a Costa, no menos lindezas ha dicho del propio Partido Popular: “el PP tuvo la iniciativa: ‘si queréis cobrar tenéis que hacerlo con estos empresarios’. Imagino que a ellos también les dirían que si no lo hacían así tendrían menos adjudicaciones de obras”. Y ha apostillado: “El PP me debe medio millón de euros que habrá que cobrarlos para pagar las responsabilidades civiles, las multas y los gastos”.
Por su parte, los empresarios Vicente Cotino -sobrino del expresidente de Les Corts, Juan Cotino-, Enrique Ortiz, Rafael Martínez, Antonio Pons, Alejandro Pons, Gabriel Alberto Batalla, José Francisco Beviá y Enrique Giménez han reconocido que asumieron como propios gastos electorales que el PP valenciano no declaró porque excedía del límite de gasto que permite la ley y que para ello, decidieron incluir dichos gastos dentro de su propia facturación y de las declaraciones tributarias.