VALENCIA. Dos semanas después de su nombramiento como director territorial de Cajamar en Valencia y Castellón, Emilio Valencia Concha recibe a este diario en la sede institucional de la entidad ubicada en el luminoso Paseo de la Alameda. Lleva más de una década en la casa donde ha ido ascendiendo hasta convertirse en el hombre fuerte en Valencia de la primera cooperativa española, la única que forma parte del grupo de las entidades significativas y por tanto se encuentra supervisada por el Banco Central Europeo (BCE). Palabras mayores.
Valencia Concha, que ya estuvo en 2012 al mando de la dirección de Zona de Cajamar en Castellón, regresa a la Comunitat Valenciana con el objetivo de hacer todavía más grande a esta territorial, que representa ya un tercio del negocio total de la entidad, lo que tres años después de la fusión de Ruralcaja la convierte en la primera en toda España.
Pero nada mejor que conocer de primera mano la opinión de este manchego (Torralba de Calatrava, Ciudad Real) sobre el trabajo que le espera y los retos a los que se enfrenta, entre otras muchas cuestiones.
-¿Cómo entró en Cajamar?
- Antes estuve trabajando 13 años y medio en otro banco y cuando tuvo lugar la expansión de Cajamar en la Región de Murcia me encontraba allí desempeñando mis funciones profesionales. Amigos y conocidos que se habían venido a Cajamar me invitaron a incorporarme a este proyecto, que percibí más cercano y más próximo a mis ideas y comportamientos que la gran banca.
-¿Cómo se ha encontrado cuatro años después de su marcha de la dirección de Zona de Cajamar en Castellón la plaza local?
-Cierto es que se ha producido algo de recuperación económica con respecto a la situación que teníamos hace cuatro años, pero no al nivel nos gustaría y hubiéramos deseado. Pero sí se nota que la cosa ha mejorado. Lo que sí me gusta y observo es ilusión y esperanza, que hace cuatro años no se veía. En lo que respecta a Cajamar, tras las cinco fusiones vividas en los últimos años, ahora mismo ya existe un proyecto en común, un sentimiento común y una energía común en pro de desarrollarnos aún más y crecer en la Comunitat Valenciana. Tenemos ilusión, ganas y sentimiento de entidad y de grupo; independientemente de nuestros orígenes y procedencias, tenemos un sentimiento de equipo.
-¿Cuál es su hoja de ruta para la territorial valenciana?
-El resultado más evidente del trabajo discreto, ordenado y bien hecho de estos últimos años es que nuestra organización en la Comunitat se ha convertido en la primera territorial de Cajamar. Ya representa un tercio de nuestro volumen de negocio en toda España y en mi hoja de ruta está reivindicar el protagonismo de la Comunitat.
Cajamar no es una entidad con una sola procedencia, sino el resultado de la integración de cajas rurales de las distintas demarcaciones geográficas (Almería, Málaga, Murcia, Valladolid, Baleares, Castellón, Valencia y Canarias) y hoy la Comunitat Valenciana es la más importante y la que más negocio aporta. Aquí tenemos mayor número de oficinas y mayor número de clientes.
-¿Qué nos puede decir del número de oficinas, clientes, volúmenes…?
-Tenemos 350 oficinas en la Comunitat, de las cuales 150 en poblaciones con menos de 5.000 habitantes; en torno a un millón de clientes y un volumen de negocio en las tres provincias por valor de 16.000 millones de euros. Nuestro interés es seguir creciendo en el sector agroalimentario, pymes y los autónomos de la Comunitat. Somos una caja rural y en razón a nuestro origen mimamos y atendemos prioritariamente al sector agroalimentario, y también estamos trabajando con pymes, autónomos y todo lo que conlleva la economía social. Queremos seguir profundizando en este sector, dando respuesta a sus necesidades y contribuyendo a su futuro. Y también participar en el desarrollo de la propia Comunitat, en su conjunto, estando presentes y colaborando con su desarrollo empresarial, no limitándonos a un solo sector.
-¿Algún objetivo en concreto que se haya marcado?
-Realmente la Comunitat Valenciana se ha connvertido en el baluarte de Cajamar. No solo en razón a sus orígenes en Valencia y Castellón, hoy es la protagonista porque es la que mayor peso específico tiene en el conjunto de la entidad. Aquí es donde tenemos puestas más energías y recursos, porque Cajamar se ha convertido ya en una entidad de referencia de la Comunitat.
-¿Alguna otra caja rural de las ‘solteras’ que quedan en la Comunitat Valenciana ha mostrado su interés en sumarse al proyecto de Cajamar?
-Actualmente no, pero nuestras puertas siempre han estado y estarán abiertas al entendimiento con nuestras entidades hermanas, en la Comunitat como en el resto de España. En el pasado hubo conversaciones, pero ahora mismo no, y a diferencia de lo que está ocurriendo en otros países tampoco hay una legislación que empuje a ello.
-¿Hasta qué punto la aparición del fenómeno fintech va a impactar sobre Cajamar en particular y el sector cooperativista en general?
-No podemos permanecer ajenos a las nuevas tecnologías y a la nueva forma de hacer banca, con lo cual debemos de estar muy pendientes de lo que están haciendo los demás. En Cajamar también estamos desarrollando nuevas herramientas digitales y modernizando nuestros sistemas y procedimientos de negocio, adaptándonos a lo que demandan los nuevos perfiles de clientes, sobre todo el joven. Nuestras apps están ahora mismo al mismo nivel que otras entidades financieras de gran dimensión y esto es una realidad. Quizás nosotros no le demos tanta divulgación pública, pero estamos a la altura de las grandes entidades en cuanto a los desarrollos informáticos. Y no nos quedamos ahí, porque tenemos que seguir avanzando, pero sin olvidar en ningún momento nuestros orígenes y nuestro perfil de clientes. La mayor parte de ellos precisan de una atención personalizada, dedicación y cercanía. Eso no lo podemos olvidar porque forma parte de nuestras raíces, pero compaginando las nuevas tecnologías y las nuevas formas de ver la banca que tienen las nuevas generaciones.
-El año pasado Cajamar se quedó a las puertas de duplicar su beneficio, ¿qué esperamos de este ejercicio?
-Los ejercicios anteriores estuvieron marcados por los procesos de reestructuración, saneamiento y capitalización de acuerdo con los requerimientos del regulador y el supervisor. Ahora, una vez completados, tenemos que mantener esa tendencia de crecimiento, a pesar de las nuevas dificultades y de la gran competencia existente.Nuestros resultados de 2016 estarán en la línea del pasado año.
-¿Algún accionista a la vista para incorporarse al Banco de Crédito Cooperativo (BCC)?
-Tras la ampliación de capital realizada el año pasado, en este ejercicio no está prevista la incorporación de nuevos accionistas.
-En otoño de 2014 pasaron sus primeros ‘stress test’ del BCE de manera holgada, ¿cómo afrontan los de este año?
-En España 14 entidades tenemos la condición de significativas, en razón de nuestro tamaño y volumen de activos, y por ello estamos sometidas al Mecanismo Único de Supervisión del Banco Central Europeo (BCE), con lo cual estamos en un proceso permanente de control y supervisión. Estamos ahora en una TIER1 del 11,33% cuando el requerimiento mínimo es del 10,25%, con lo que nuestros niveles de solvencia están por encima de lo requerido. Trabajamos para mantenerlos así, superándolos con holgura. Esa exigencia equivale a mayor seguridad para nuestros clientes, socios y empleados, porque les aporta mayor seguridad.
-¿Cuándo se retomará la reestructuración del sector que anunció De Guindos en enero de 2014?
-Había un borrador del Ministerio de Economía y hace más de un año que quedó paralizado a consecuencia de los sucesivos procesos electorales. Desde entonces no ha habido movimiento que sepamos y, por tanto, estamos a la expectativa de lo que pueda suceder una vez que tengamos un nuevo Gobierno. Lo que es evidente es que nosotros ya emprendimos el camino de la concentración y hemos sido ejemplo del mismo. En el Grupo Cooperativo Cajamar tenemos una estructura organizativa adecuada, con el BCC como entidad cabecera que asume la dirección y representación del mismo. Estamos preparados para seguir como estamos o para afrontar si hubiera algún cambio legislativo con respecto a las cajas rurales.
-¿Han notado un incremento del número de clientes -y lógicamente del negocio- en poblaciones donde han desaparecido sucursales de extintas cajas de ahorro?
-Así es y de hecho hoy estamos dando servicio a clientes que habían quedado desatendidos, que lógicamente nos gustaría seguir aumentando.En cualquier caso, hemos de tener presente que, en un futuro próximo, las formas de atender a nuestros clientes no pasará exclusivamente por tener muchas sucursales. En todo tipo de poblaciones, grandes y pequeñas, nuestros clientes accederán cada vez más a sus entidades a través de la banca electrónica y el móvil, y no tanto de las sucursales.
-¿Qué opina de la economía social que abandera el nuevo Consell valenciano?
-Las cajas rurales somos cooperativas de crédito, y como tal, desde siempre, entidades estrechamente vinculadas a la economía social. Llevamos muchos años dándoles servicio, financiando muchos proyectos. Nacemos de la economía social y estamos comprometidas con ellas, con independencia de que las instituciones les presten más o menos atención en un momento u otro. Dicho esto, como puede imaginar, todo lo que sea apoyar a las empresas de economía social nos parece muy acertado.
-¿Tendremos un Gobierno estable este año?
-Esa es una pregunta difícil. Creo que sí, pero no sé en qué mes. A mí me gustaría que fuera lo antes posible. Lo necesitan nuestras empresas, y más de cara al exterior.
-¿Cómo se lleva en la banca tener los tipos de interés en el 0%?
-Evidentemente mal. Los márgenes en el sector bancario son actualmente muy, muy estrechos. Así, la forma tradicional de hacer banca, solo con los depósitos y créditos de toda la vida, no es sostenible. Ahora mismo tenemos que comercializar otro tipo de productos, no solo de ahorro e inversión: seguros, planes de pensiones, crédito al consumo, etc.
-Hablando de liquidez, ¿va a pedir mucho dinero Cajamar de cara a las próximas megasubastas TLRO del BCE?
-Lo habitual. No tenemos tensiones de liquidez. De ahí que lo iremos haciendo conforme lo vayamos precisando para atender las necesidades de crédito de nuestros clientes. Afortunadamente, tenemos facilidad para acudir a esta financiación siempre que lo deseemos, porque el BCE nos supervisa, conoce nuestras cuentas y nos abre las puertas a esa liquidez.
-¿Qué nos puede decir la morosidad de Cajamar?
-Está minorando, aunque a un ritmo más lento que otras entidades. Tenga en cuenta que, en nuestro caso, nos hemos reestructurando y saneado, liderando fusiones e integraciones con entidades que estaban necesitadas y acudieron en busca de nuestra, y lo hemos hecho sin recibir ayudas públicas ni ceder activos improductivos a la SAREB. De ahí que nos esté costando más tiempo que a otras entidades. Lo estaban gestionando bien, no al ritmo que nos hubiera gustado, pero bien.
-Por último, háblenos de la importancia que tiene el sector agroalimentario en Cajamar.
-Ha sido, es y será motivo de especial atención en nuestra entidad.Consideramos que el sector agroalimentario está sabiendo modernizarse y adaptarse a los nuevos tiempos, y en esa progresión queremos seguir acompañándolo en su desarrollo. Tenemos productos específicos para ello, que se adaptan a la filosofía y a los nuevos tiempos. En la Comunitat Valenciana tenemos una climatología, unos terrenos y una diversificación de cultivo privilegiada. ¿Qué tenemos que hacer? Pues seguir apoyándolo con reconversiones varietales, adaptación a las nuevas tecnologías, y sobre todo, fomentando la incorporación de jóvenes agricultores al campo que haga posible el necesario relevo generacional. En Cajamar apostamos mucho por la formación y la profesionalización de las cooperativas, no solo con la financiación sino también con la transferencia de conocimiento. De hecho todas las semanas tenemos actividades, seminarios, jornadas técnicas, etc. en alguna población de la Comunitat. Son actos abiertos a clientes y no clientes, a cualquiera que esté interesado por el desarrollo y el crecimiento del sector agroalimentario.