Los responsables de la Administración, "sorprendidos", aseguran que la comunicación es "fluida" y que la acción pública contra su actuación llega poco antes de que se comuniquen más producciones y coproducciones
VALENCIA. Poco después del mediodía de este jueves, la Associació valenciana d'escriptores i escriptors teatrals (AVEET) emitía un duro comunicado contra la "falta de compromiso de la Administración valenciana". Lo hacía señalando en exclusiva al Institut Valencià de Cultura (CulturArts), convocaba una "acto lúdico y reivindicativo" para este mismo viernes y lo coordinaba con el Centre Territorial de la SGAE en la Comunitat y la firma de decenas de profesionales valencianos no asociados. En esa escenificación que tendrá lugar a las 12:30 horas en el Teatre Principal de Valencia, los impulsores de esta "denuncia" entregarán un documento que incluye un decálogo de "reivindicaciones básicas" y un anexo que justifica el pobre histórico de atenciones entre la Generalitat y los autores.
Esta protesta llega con la azarosa elección del que será el nuevo subdirector del área, puesto al que no opta Manel Chaqués que desde la llegada del actual Gobierno valenciano ejerce el cargo de manera eventual. Consultadas las fuentes de la Conselleria de Educación, Investigación, Cultura y Deporte, la llegada de ese nuevo subdirector podría ser una de las claves para entender que una parte de las coproducciones y producciones que todavía se impulsarán este año -y que son reclamadas por la denuncia- no se hayan hecho públicas o concretado todavía. En esa comunicación que todos admiten cordial, pero que para el director del IVC es "fluida" y para la AVEET y los agregados es "insuficiente", la situación supone la primera ruptura pública de pareceres entre este cuerpo artístico y los dirigentes autonómicos.
El conflicto, en gran medida, llega por la producción "mínima" de teatro "de autores vivos valencianos desde los años 80". El documento del que se hará entrega y al que ha tenido acceso Valencia Plaza -además del decálogo-, se exige que "el apoyo sea decidido y se haga real lo más pronto posible". ¿Cuáles son esas cifras? Desde 1980 a 2016, 201 textos de 27 autores. Sin embargo, si se resta la presencia de tan solo tres autores (Rodolf Sirera -tres de sus obras coescritas con Josep Lluís Sirera-, Jose SanchisSinisterra y Antonia Bueno), la cifra desciende dramáticamente: 56 títulos de 24 autores. Es decir, 1,5 textos y apenas 'medio' autor al año desde 1980.
"Las cifras son inasumibles", admite uno de los portavoces entre los impulsores del documento. Ninguno quiere destacar en la información, aunque todos ellos han firmado el mismo que se entregará en el Principal. "No es que proporcionalmente estemos en situación de aceptar la distancia que puede haber con el Teatre Nacional de Catalunya o el Centro Dramático Nacional. Sabemos bien que la situación económica es distinta, pero es que la distancia de actuación en política cultural es inasumbible". Otra portavoz es igual de contundente: "no hay una dinámica de trabajo que nos tranquilice al respecto. No hay una comisión lectora y creemos que es justo que, dada la parálisis, tomemos cartas en el asunto". El primero recuerda que, "además, el TNC, el CDN, el Teatro Kamikaze [Madrid] o el Teatre Lliure [Barcelona] están totalmente abiertos a propuestas de interrelación que no se explotan".
Las cosas se ven de una manera muy distinta desde la Conselleria. El director de l'Institut Valencià de Cultura, Abel Guarinos, recuerda que en las temporadas "15-16 y 17-18 se han coproducido, por el momento, seis obras". Estas son, del primer curso, La guerra dels mons, 2.0 (L'Horta Teatre), Nag i Nell (Gosses Daneses) y Acosos y Derribos (Teatro Inestable), y del segundo, Hamlet Canalla (Teatre Micalet), Biblioteca de Ruidos y Sonidos (J.A. Portillo) y una tercera obra de danza que comanda Gema Miralles y se estrenará próximamente. Además, ha producido Happy End (esta sí, de un autor extranjero "aunque también se ha tenido que adaptar con el trabajo de dos dramaturgos valencianos"), y La armonía del silencio, de Lola Blasco.
Además se advierte, como ya ha sido citado, que en las próximas fechas se anunciarán más coproducciones. Es aquí donde choca la realidad del factor tiempo con el decálogo de exigencias de los dramaturgos. Si bien el director del IVC admite que buena parte de toda esa "dinámica de trabajo" estará activa con la llegada de la nueva subdirección, los autores profesionales creen que "ha pasado un tiempo prudencial como para que señalemos la situación. La sensación es que antes de que se active una fórmula de trabajo y tengamos unas cifras de producción de autores valencianos vivos normales, como mínimo habremos consumido la mitad de la legislatura". Otro portavoz concluye: "no vas a tener una dramaturgia fuerte hasta que no apuestes por ella y no lo están haciendo".
Los autores destacan que los Premios Max recogidos durante la última de sus cosechas o "la cantidad y calidad de propuestas que se han podido ver esta semana en Mad Feria (un encuentro de referencia comercial en Madrid) nos hacen ver lo desconectada que está la Administración autonómica de las posibilidades de industria que tiene la dramaturgia valenciana. Además, destacan con vehemencia que "hay que distinguir y mucho las coproducciones de las producciones. Las coproducciones son con empresas y el refuerzo es económico y no para con el autor". Desde la Conselleria se destaca que esas coproducciones han tenido un autor valenciano detrás en todos los casos, por lo que no comprenden la 'descalificación' en ese sentido.
Cabe destacar que a la reivindicación y al documento se han sumado los profesionales madrileños: "hemos compartido esta situación y, aunque este viernes no harán ninguna acción, a su nivel, también van a emprender acciones para visibilizar esta posición anómala". Es importante destacar las cuestiones que el decálogo exige como criterios de "mínimos". Se divide en tres áreas: fomento de la producción y exhibición, mejora de las ayudas y proyección fuera de este territorio. En este último sentido, uno de los portavoces destaca que "las coproducciones defendidas ni siquiera pasaron por la feria de referencia del teatro valenciano [Mostra de Teatre d'Alcoi]".
En el fomento, se exige la producción de "dramaturgia viva", de un "presupuesto y condiciones de trabajo dignos para la producción de los textos de los autores actuales", una "apuesta efectiva por la exhibición y promoción de nuestra dramaturgia a la altura del resto de producciones del teatro público", "un compromiso de exhibición de las producciones como mínimo a los teatros públicos de de Alicante, Valencia y Castelló (así ya sucede con La armonía del silencio y Happy End) y "la conformación de un comité de lectura para hacer seguimiento de toda la creación dramática valenciana actual, con la intención de producirla y apoyarla".
En el capítulo de ayudas, esas exigencias son las de un "presupuesto según el creciente número de autores y autoras de nuestro territorio", "la reelaboración de la convocatoria de ayudas entendidas: como proyectos de escritura y no como “premios” para textos ya acabados, con el compromiso de apoyar o producir estos textos por parte del Teatre del Poble Valencià", y, por último, "la ampliación de una modalidad de ayudas para la traducción de textos de autoría viva a otras lenguas, que promueva su proyección. En el apartado de la proyección más allá del territorio valenciano, los firmantes exigen "activar desde el Centro de Documentación Teatral la presencia de nuestra dramaturgia viva a Salones del Libro, Bibliotecas y plataformas de difusión editorial, con un apoyo institucional explícito" y "promover el intercambio de nuestra dramaturgia viva con otras del estado español y el resto del mundo".