Los profesores asociados durante la concentración en la Universitat del pasado lunes.VALÈNCIA. La huelga sigue. Así lo han decidido los profesores asociados de la Universitat de València quienes, este jueves, tras reunirse en asamblea, han optado por continuar con las movilizaciones. Las invocaciones del rector Esteban Morcillo a sentarse en una Mesa de Negociación, donde ha convocado a los sindicatos pero no al comité de huelga, no han sido argumento suficiente para convencerles. Por ello, tras debatir al respecto, los profesores asociados han optado por seguir con las protestas.
Así lo ha confirmado la portavoz de los asociados, Isabel de la Cruz, quien ha detallado que no cejarán “hasta que tengamos motivos para ello”. En este sentido explicó a Valencia Plaza que han escrito al rectorado para que les envíen un escrito con “una propuesta de negociación”, algo que no se ha producido hasta la fecha.
Y mientras esperan a recibir esa propuesta, continuarán con las protestas. Una de las más destacadas es la concentración que realizarán el próximo martes 6 de febrero frente a la sede de la Conselleria de Educación, donde está previsto que se reúnan con la directora general de Universidades, Josefina Bueno.
Los profesores asociados han iniciado esta huelga indefinida con la principal reivindicación de “a igual trabajo, igual salario”, una huelga que además llega en medio de la contienda electoral para el nuevo rector, justo cuando se ha iniciado la campaña. De hecho tanto la candidata del sector oficialista, Mavi Mestre, como sus dos rivales, los catedráticos Vicent Martínez y María Antonia García-Benau, han hecho referencia a este problema.
La huelga afecta diariamente a más de 12.000 alumnos. Los profesores asociados, unos 1.300, están siguiéndola mayoritariamente y ha supuesto “un parón total”, según sus palabras, tanto en el campus de Tarongers como en Blasco Ibáñez y en Ontinyent, así como un problema importante en el campus de Burjassot. Los asociados cuentan con el apoyo de los sindicatos de estudiantes.
Entre sus reivindicaciones, los asociados reclaman una mejora en sus honorarios ya que en la actualidad, según sus cálculos, cobran cinco euros la hora, o que se les reconozca el derecho a participar en proyectos de investigación, algo que ahora no pueden hacer.
Pese a ser un colectivo fundamental en la docencia en la Universitat, los profesores asociados tienen la sensación, atendiendo a su salario y sus derechos, que solo le interesan a la institución “como mano de obra muy barata, experta y formada, con unas retribuciones de miseria y la imposibilidad de tener un reconocimiento en los proyectos de investigación”.
