VALÈNCIA. Las entidades financieras -con un entorno de tipos poco favorable para su negocio- están obligadas a revisar sus modelos de negocio, con el fin de adaptarse a la nueva competencia que emerge del mundo de las empresas fintech. Bancos y también aseguradoras no pueden quedarse fuera de un negocio que evoluciona hacia fórmulas cada vez más sofisticadas, y que se apoyan en las nuevas tecnologías. Dormirse en los laureles y perderse todo este movimiento de avance, que hace su cruzada por todos los sectores, sería una gran irresponsabilidad.
Algunas ya se están abriendo a nuevas fórmulas. Los modelos antiguos de las entidades apostaban por productos de la casa y crecimiento propio. La unificación de fuerzas necesaria se activó con la crisis financiera de 2008, pero se tradujo en una concentración del sector mediante absorciones de otras entidades. La tendencia se dirige hacia modelos de tipo plataforma donde existen ofertas de distintas entidades o proveedores de servicios financieros. Esta 'moda' se ha visto reforzada con la penetración al mercado de empresas ajenas al sector financiero tradicional como son sociedades tecnológicas o las de gran consumo. Estas últimas aprovechando su elevado volumen en base de datos sobre consumidores que permite analizar hábitos y necesidades para adaptar la oferta acorde a estos, también en lo que se refiere a demanda en financiación e ahorro/inversión. La penetración de las tecnológicas está más ligada a soluciones que facilitan el manejo y la supervisión de datos financieros englobados y de aplicación sencilla.
La mejor experiencia entre consumidores que comienzan a utilizar estas herramientas se está dando en Estados Unidos. La penetración es tal que la mayoría de las tecnológicas americanas ya ofrecen sus propios servicios financieros a los clientes. El gigante del sector de consumo online Amazon hace tiempo que facilita sus propios créditos de consumo; mientras Google, Apple o PayPal ya han penetrado en el mercado de servicios de pago; un servicio que hace diez años era cuasi monopolio de los bancos. En Europa, la oferta de actores tecnológicos en el mercado se concentra más en soluciones que engloban la visualización de diferentes cuentas bancarias e informes de seguimiento de carteras de inversión, aunque es previsible que estas compañías pronto darán otro salto para acercarse a lo que ya se está produciendo en Estados Unidos.
¿Cómo deberían entonces enfrentar las entidades financieras la entrada de nuevos 'players' en el mercado? Con espíritu de apertura y una oferta renovada. A modo de ejemplo existe una entidad financiera en Suecia que ofrece a sus clientes una aplicación que permite retar al mismo banco, comparando las condiciones hipotecarias con la oferta de terceros. Otra interesante iniciativa para las entidades sería la dar servicios financieros a través de una plataforma, que permite a colaboradores de la entidad acceder a ella e interactuar con los clientes con aplicaciones complementarias. Todo ello con la posibilidad de mejorar la experiencia del cliente en esta nueva forma de utilizar sus servicios financieros.
Algo que para las aseguradoras puede ser muy interesante es colaborar con proveedores tecnológicos, que ofrecen mediante plataforma conectar a usuarios de todo tipo de arrendamientos o compra/venta de objetos que requieren algún tipo de seguro, o para desarrollar nuevos tipos de seguro para necesidades muy concretas que van surgiendo a lo largo de la experiencia en la interacción entre usuarios.
Para las entidades tradicionales no es sencilla la adaptación a estas nuevas maneras de hacer negocio, pero sin duda se trata de un reto que ayuda a repensar el negocio desde sus fundamentos y acercarlo a los tiempos que corren. La búsqueda de oportunidades en el mundo fintech -a través de colaboraciones o absorciones- se convierte en un pilar importante en un entorno de tipos cero que no favorece en nada el negocio tradicional. Es tal que ya existen equipos que analizan todas las nuevas ideas de 'start-ups' que van saliendo al mercado para valorar si poner algún pie en ellas, y así estar bien posicionados si las ideas encuentran gran aprobación entre el público o si ofrecen complementar o mejorar las experiencias con los clientes.
Todo esto aportará mejoras importantes en todos los ámbitos en el mundo de los servicios financieros, empezando por la oferta en créditos/hipotecas, servicios de ahorro/inversión o en seguros. El potencial de colaboración es tal entre entidades y fintech, que las últimas que desean ofrecer sus propios servicios financieros pueden acelerar todo el trámite con la implicación de alguna entidad financiera que ya dispone de licencia bancaria, lo que facilita todos los trámites implicados.
Christian Dürr es socio-director de ETICA Patrimonios EAF