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DISEÑO PARA EL PENSAMIENTO 

¿Pero Pepe Gimeno no era ya Premio Nacional de Diseño?

Con el suyo, 13 nombres de la Comunitat Valenciana se unen permanentemente a este certamen que cumple este año 27 ediciones y nos hace comprender definitivamente la nueva etapa de efervescencia del diseño valenciano

9/11/2020 - 

VALÈNCIA. Pepe Gimeno ha ganado el Premio Nacional de Diseño 2020 en modalidad Profesionales.

Didacta como el que más, un diseñador pacificador, sereno, de buen gusto (lo del buen gusto puede parecer una redundancia para alguien que se dedique al diseño pero no, no lo es) y con acceso a esa pócima de la eterna juventud que esa generación de creativos valencianos atesora en algún lugar oculto, posiblemente junto a la del buen gusto. Al felicitarle por el premio no demuestra otra cosa que agradecimiento, porque siente que se debe al apoyo general, aunque no sabe que es al contrario, que simplemente se le tiene un aprecio especial por cómo ha sido él siempre con todos los demás. En el primer sarao de diseño que pisé en mi vida él fue el primer diseñador al que siendo estudiante me acerqué temeroso pensando que esa especie de star system valenciano sería lejano e inaccesible y se abrió ante mí todo lo contrario. Terminé con una lámina de su tipografía Warhol (renombrada posteriormente como La Pepe) que enseguida enmarqué y me ha ido acompañando de mudanza en mudanza presidiendo siempre el salón.

Era inaudito que Pepe no hubiese obtenido este galardón hace, literalmente, décadas. De hecho para gran parte del sector la noticia hoy no es que Pepe Gimeno sea Premio Nacional, sino descubrir que no lo era antes. Y es que sufría el síndrome Alfred Hitchcock, quien nunca ganó un Oscar como director y sin embargo entra en ese elenco de nombres que popularmente tienen el Oscar ganado por lógica. Volviendo al diseño, la lógica de verdad aquí sí se ha impuesto.

El documental El hombre que diseñó España (Bermejo y Larraya, 2019) pone en valor la figura del diseñador José María Cruz Novillo, quien puso diseño a un país en el que no existía la creatividad. Casi en paralelo, con una carrera meteórica a lo largo de las últimas cuatro décadas, Pepe Gimeno hizo evolucionar gráficamente a una Comunitat Valenciana y entre estos genios y tocayos encontramos cómo diseñaron el día a día de servicios, empresas y productos que hemos usado a lo largo de los últimos años. La palmera de Turisme Comunitat Valenciana, el logo de Metrovalencia, la identidad gráfica del Banco de Valencia, de la Presidencia Española de la Unión Europea de 2002, de Anieme, de Ascer o del Palacio de Congresos, el restyling de la marca de Corts Valencianes… Además, de su estudio no solo han salido las marcas y logotipos más reconocidas por los valencianos sino que también arrancaron algunos de los diseñadores de renombre que en sucesivas generaciones han construido también este dulce momento del diseño valenciano.

Decía Pepe Gimeno en el documental Cuarto Creciente (Menta+ADCV, 2011) que había aprendido más de Mondrian para maquetar una página de texto que de otros diseñadores. Y es que ese lado más artístico define su doble faceta, muy inusual, de artista plástico.

Pepe es la calma de recolectar elementos arrastrados por el mar. Con plásticos y restos marinos subidos a un pedestal de cemento crea una escultura y con unas ramas y clavos escribe el diario de un náufrago. Ha conseguido escribir sin palabras y maquetar sin textos componiendo las obras más bellas que pueden surgir de una mente creativa. Pepe Gimeno ha ganado el Premio Nacional de Diseño 2020 en modalidad Profesionales. Y lo hace en un gran momento profesional, en una etapa en la que tras diseñar todo lo diseñable vuelve a saltar a varias artes o a adentrarse en la música para dar otra vida a sus procesos más personales y creativos. No es habitual el coqueteo de diseño y arte, de hecho muchos renunciamos a ello, sin embargo son algunos genios, tocados con una varita especial, que se mueven a lo largo de su carrera incluso combinando estas áreas a priori tan distantes. Porque el diseño no es arte, pero estas personas hacen de sus diseños otra cosa, desde la artesanía con la que Dani Nebot puede crear un volumen que se convierte en una imagen corporativa hasta la pieza gráfica de gran formato de Pepe Gimeno expuesta en las paredes del IVAM.

Otra de las cosas que se escuchan hoy a partir de conseguir el galardón es el gran momento del diseño valenciano. Es cierto, es un gran momento y los vientos soplan a favor pero construyendo con mucho trabajo como se ha hecho en estos últimos 30 o 40 años que marcan esa carrera más visible de Pepe Gimeno. Precisamente hace ahora cinco años y desde este mismo diario, ya se vaticinaba ese Premio Nacional de Diseño como asignatura pendiente para Pepe Gimeno, a tenor de un artículo que analizaba esos atisbos de prometedor futuro para el diseño valenciano que asomaban a finales de 2015, un tiempo en el que no habríamos asumido todo lo fructificado en este tiempo récord pero ya éramos capaces de vislumbrarlo. 

Premios como este consolidan este recorrido, este ascenso ya no en lo cualitativo, sino en el posicionamiento o esa reivindicación necesaria. Recordemos que el Premio Nacional de Diseño del año pasado en la misma modalidad Profesionales fue para Marisa Gallén, con lo que el galardón este año repite valencianía. En modalidad Empresas va más allá ya que las tres últimas ediciones se ha quedado en la Comunitat Valenciana el Premio con Actiu, Point y este año LZF Lamps. Es muy importante recalcar lo histórico de esta sucesión de acontecimientos, de copar por una temporada estos premios ya que llevaban demasiados años en deuda con Castellón, València y Alicante, y que inevitablemente deben relacionarse por causa y efecto con la Capitalidad Mundial del Diseño de València para 2022 que precisamente reivindicaba la propia reivindicación para los sectores creativos de la Comunitat Valenciana. Esta especie de reivindicación del diseño valenciano no es otra cosa que un reconocimiento a algo que siempre ha estado ahí pero empezamos ahora a ponerlo en valor a escala nacional e internacional. Hacía falta un poco de amor propio para creérnoslo, y a base de contar sin complejos lo que ocurre en el diseño valenciano hemos ido consiguiendo atraer ese foco, ampliar ese enfoque y que desde fuera se fijasen en lo que pasa por aquí.

Pepe Gimeno se une a la selecta lista valenciana iniciada en 1995 por Daniel Nebot continuada por Mariscal, Nacho Lavernia, Mario Ruiz y Marisa Gallén. Y por parte de la firma de iluminación valenciana LZF Lamps se une a otras empresas Premios Nacionales de Innovación y de Diseño como Punt Mobles, Andreu World, Royo Group, Actiu, Porcelanosa o Point, todas ellas de la Comunitat Valenciana. 13 nombres en un certamen nacional que cumple ahora 27 ediciones y recoge lo mejor del diseño español nos hace comprender esta nueva etapa de efervescencia del diseño valenciano.

Pepe Gimeno ha ganado el Premio Nacional de Diseño 2020 en modalidad Profesionales.

Y lo hace en el mejor momento. 

Gracias, Pepe.

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