VALÈNCIA. Cuando los fondos de venture capital invierten en startups, sabemos que lo hacen pensando que la rentabilidad de una de sus inversiones debe cubrir el fracaso de la mayoría de ellas. Así deciden invertir en 20 o más proyectos, entendiendo que solo uno cubrirá con sus ganancias los fracasos de los demás, llevando al fondo en su conjunto a la rentabilidad esperada del portfolio. A este fenómeno se le llama suceso extremo, un suceso excepcional que sucede entre un millón de cosas habituales. Esto explica mucho del éxito que vemos a nuestro alrededor y de los resultados sobresalientes en empresas e inversores, ya sea con sus productos o con sus compras.
Walt Disney por ejemplo tuvo uno de estos sucesos extremos con su película 'Blancanieves y los siete enanitos'. Hasta el lanzamiento de esa película la compañía había producido mas de 400 películas de animación que gustaban a su publico en televisión, pero que le habían hecho perder una fortuna y caer en bancarrota. Blancanieves lo cambio todo recaudando 8 millones de dólares en los primeros seis meses de 1938, convirtiendo a Walt Disney en una celebridad. De los cientos de horas producidos solo esos 83 minutos contaron de verdad en términos económicos. Un suceso extremo.
Y aunque parezca mentira lo mismo pasa en el mercado de valores. Veamos dos datos:
Y podemos estar hablando de este fenómeno durante horas. La realidad es que unas pocas acciones explican la mayoría de los resultados. O formulado en la Ley de Pareto, el 20% de los eventos explican el 80% del resultado ¿Qué nos dice todo esto como inversores? Para Warren Buffett es claro: puedes hacerte millonario haciendo muy pocas cosas bien mientras no hagas muchas mal. Charlie Munger es más cercano y te explica el caso de su propia empresa. Lo hace diciendo que si quitas de Berkshire Hathaway algunas inversores, los resultados generales de sus mas de 400 compras son mediocres.
A este mismo problema se enfrentan los inversores y los CEO de las empresas a la hora de gestionar. De ahí que Jeff Bezos, un gran emprendedor, dijera poco después del catastrófico lanzamiento del Fire Phone: "Si piensan ustedes que esto es un gran fracaso, sepan que ahora mismo estamos trabajando en fracasos mucho más grandes. No se lo digo en broma. Algunos de ellos van a hacer que lo del Fire Phone parezca un minúsculo incidente sin importancia". Esto es así porque Bezos sabe que tiene que fracasar muchas veces para que alguna vez se produzca uno de esos sucesos extremos y, por ejemplo, invente la nube y levante sobre ella Amazon Web Services, el verdadero negocio de Amazon a día de hoy.
Y aquí esta la clave: no nos tiene que importar el fracaso y el error, mientras que muchas veces le damos demasiada importancia dejándonos bloqueados para el siguiente intento. El fracaso forma parte del juego y no haya que sorprenderse por ello sino continuar. Dicho esto hay que fracasar con cabeza, pudiendo siempre permanecer en el juego que sea donde estemos jugando. Si somos Amazon debemos fracasar sabiendo que podremos apostar por una nueva aventura. Si somos inversores sabiendo que podremos realizar otra nueva inversión y seguir en el mercado.
Por eso, si lo que deseamos es no estresarnos nuestras inversiones deberán ser por temas o por índices, de esta manera jugaremos a todo el porfolio como el inversor de un fondo de venture capital. De este modo, el suceso extremo cuando suceda nos ofrecerá una buena rentabilidad media. Pero si queremos algo más de acción podemos combinar esta idea con la compra de algunas acciones que nos permitan jugar a vivir un suceso extremo que nos impulse la rentabilidad por encima de la media. Pero no olvide las palabras de Peter Lynch cuando afirma que un gran gran inversor es el que acierta 4 veces de 10. Y no más.
Lorenzo Serratosa es cofundador de la EAF valenciana Kau Markets y presidente de Substrate AI