VALÈNCIA. El concejal de València En Comú, Berto Jaramillo, de quien depende la gestión de Las Naves, ha culminado la purga en el espacio municipal con la certificación de los despidos de los tres encargados de producción y programación del espacio.
La marcha forzada de estas tres personas, unida a la dimisión este lunes de Carlos Rivera, manager del Collaborative Space, supone en la práctica una reformulación total del proyecto, que queda ahora copado por personas cercanas a València En Comú o con relaciones de amistad con el anterior director del espacio, el polémico Rafael Monterde, al cual el alcalde Joan Ribó obligó a cesar.
Según sostuvieron fuentes municipales los despidos se deben a la mentada reformulación del espacio municipal, anunciada por la portavoz de València En Comú, María Oliver. En ella se tendrá como modelo el Mercat de les Flors de Barcelona. Una nueva etapa que, tal y como adelantó Valencia Plaza, se realizará sin sus actuales trabajadores.
Desde la concejalía de Jaramillo se indicó que las tres personas despedidas esta semana cesan en su actividad por carecer de contenido su trabajo. En este sentido apuntaron que se mantiene a uno de los trabajadores, un técnico, por considerar que su tarea es necesaria. “La otra alternativa es que se quedaran sin hacer nada”, dijeron.
Sin embargo, desde Las Naves se señaló que los tres trabajadores, a los que se les ha comunicado oficialmente su marcha este martes, no sólo se encargaban de teatro sino también de otras funciones, como la organización de exposiciones, certámenes, etc…
Se da la paradoja de que a los tres trabajadores a los que se les ha comunicado el despido tenían contratos no vinculados al teatro, Espai Mutant, sino al complejo de Las Naves. Mientras, el que permanece, su contrato sí que está vinculado al teatro.
Dos de los tres trabajadores se hallaban de días libres. Está previsto que permanezcan hasta fin de año para concluir cuestiones de programación aún pendientes y cesarán en el trabajo a partir del 1 de enero.
Estas fuentes consideraron que la purga supone la reorganización del complejo a la medida de València En Comú, ya que los coordinadores que permanecen en la actualidad son personas cuyas contrataciones fueron realizadas durante el periodo que Monterde estuvo al frente del proyecto.
Ante estas críticas, desde la formación morada se matizó que menos de un tercio de los 35 trabajadores que existen en la actualidad en las Naves han sido fichados en los últimos años y recalcaron que todos habían sido seleccionados tras concursos.
Pero entre ellos se encuentran por ejemplo el que fuera mano derecha de Monterde, Javier Ibáñez. O Sara Verdú, una de las contrataciones más criticadas en su día, cuya puntuación en el concurso dobló a la del resto de aspirantes.
La política de contrataciones de València En Comú en Las Naves fue motivo de debate en la reunión extraordinaria del patronato de la Fundación este martes, que duró más de tres horas, en la que Jaramillo rindió cuentas del trabajo y la organización de la Fundación.
Desde la concejalía de Innovación se informó a los patronos sobre todos los procesos de selección y contratación de personal seguidos desde verano de 2015. En la cita se intentó justificar los resultados de la auditoría que se realizó a Las Naves, en la cual se revelan fraccionamiento de contratos y subidas de sueldo injustificadas.
Como ejemplo de su gestión, la concejalía citó el nombramiento en septiembre como gerente de Sonia Gadea, “una funcionaria de carrera sin adscripción política”. Esta contratación es la única que se ha realizado estando Jaramillo al frente de Las Naves.
Desde Ciudadanos se reclamó al alcalde por qué no existía una relación argumentada de las contrataciones y se solicitó que se abriera una investigación sobre siete realizadas por València en Comú que según el auditor no estaban justificadas.
Igualmente se debatió sobre el fraccionamiento de contratos. Su portavoz Fernando Giner explicó que en la reunión la gerente intentó justificarse al respecto. Pero la representante popular Beatriz Simón puso de manifiesto que la práctica es inadecuada, ante lo cual ha quedado pendiente una reunión con el auditor para aclarar estas críticas.
A nivel anecdótico, Giner reveló que durante el patronato le preguntó al alcalde si seguía defendiendo todos los procesos de selección en Las Naves, ante lo que Ribó respondió: “En general, sí”. Un leve matiz que contrasta con la “absoluta” confianza que manifestó en el pleno municipal, donde llegó a decir que los había revisado todos. Se podría decir que su fe ha bajado un peldaño.
La regidora Simón, por su parte, criticó la situación que se ha creado en Las Naves, donde, aseguró, los miembros del Govern de la Nau se encuentran “atrapados por Podemos, una fracción dentro de la coalición y dentro de la propia València En Comú”.
Para Simón, lo que ha sucedido con Las Naves es que se ha creado un organismo supramunicipal al servicio de la formación morada, con unas contrataciones y actuaciones que están estudiando si podrían derivar en actuaciones penales. Por ello solicitó que se realizara un informe jurídico para que se estudiara cuál podría ser la responsabilidad penal de los patronos, idea que fue apoyada por la regidora de Compromís Consol Castillo.
Para Simón los miembros del Govern de la Nau “están mirando para otro lado” ante una gestión que tiene como fin hacer de Las Naves un reducto para personas afines a Podemos, y puso el acento en las constantes ausencias de otros regidores en las reuniones del patronato como el caso de la socialista Sandra Gómez, quien este martes, a la misma hora que se celebraba la reunión, presentaba su candidatura a liderar el PSPV en València. Una ausencia que, hizo ver Simón, no es precisamente la primera. “Eso de no querer saber nada es muy sintomático”, concluyó.