VALÈNCIA (VP). Trufa, Rosalía, Rambo, Luna, Nicole o Lezka, la protagonista del cartel de este año, son solo algunos de los 30 perros que el domingo 14 de mayo podremos conocer en el 22º Desfile de perros abandonados que tendrá lugar a las 11.30h. en la plaza de Bioparc. En una sociedad cada vez más comprometida con el bienestar animal, es necesario seguir denunciando el delito y tremenda crueldad que supone el abandono de mascotas, así como promoviendo la adopción como la mejor y más solidaria opción para incorporar un animal a nuestra vida.
Los datos del último informe “Él nunca lo haría” de la Fundación Affinity siguen siendo vergonzosos. Solamente teniendo en cuenta las cifras de los animales recogidos por las protectoras, casi 170.000 perros fueron abandonados. Es decir, cerca de 500 al día. En esta situación, lo más importante es insistir en la educación y concienciación de la población para despertar el sentimiento de amor y empatía hacia los animales y con este objetivo surge la alianza entre la Fundación Bioparc y la protectora Adopta Un Perro Abandonado (A.U.P.A.).
Estos Desfiles destacan por su ambiente alegre y familiar que facilita acercarse y conocer el mundo de las protectoras, así como dar el paso hacia la adopción. Durante mucho tiempo, el desconocimiento y la negativa imagen que se ha trasladado de los perros abandonados han sido un obstáculo a la hora de elegirlos como animal de compañía. Ahora, poco a poco, se van poniendo en valor las ventajas de la adopción y estos eventos solidarios que se celebran en BIOPARC se han convertido en referencia y punto de encuentro de personas interesadas. El impresionante trabajo que se realiza desde las protectoras como A.U.P.A. permite conocer las características y comportamiento de los distintos perros que cuidan, de forma que pueden aconsejar y ayudar en la elección según las necesidades y particularidades de las personas.
En esta pasarela canina se revelarán las historias de sus protagonistas; perros que solo buscan una segunda oportunidad, un hogar donde entregar su cariño, compañía y fidelidad. La dulce mirada de Luna, una joven podenca; la vitalidad y desparpajo de la todavía cachorra Rosalía; la belleza de Rambo, un PPP de 2 años; la curiosidad de una joven braco alemán como Nicole; el peculiar y jovenzuelo Trufa; o la inteligencia de Lezka, una malinois de 7 años. Relatos para recordar la responsabilidad que implica integrar un perro en nuestra vida, ya que debemos garantizar su bienestar. Una decisión de gran trascendencia, que necesita reflexionarse, pues es para muchos años. Un acto que, cuando se asume con determinación y con amor, nos llena de felicidad, nos abre las puertas a un mundo absolutamente maravilloso y, sin duda, nos hace mejores personas.