Cremaet
Empezamos con la Mistela y seguimos con el Cremaet. La ciudad revive al calor -el fuego- de los negocios que hacen barrio
Empezamos con la Mistela y seguimos con el Cremaet. La ciudad revive al calor -el fuego- de los negocios que hacen barrio
El hermano mayor de El Observatorio es un lugar donde se come bien. Sin pretensiones ni artificios
El cordón umbilical que unía a Miquel Gilabert con la cocina tradicional de su madre se ha estirado hasta alumbrar un restaurante gastronómico dentro de Benidoleig
Yolanda y Marian han elevado el nivel de aquello que se espera cuando entras en una cafetería
Ancas de rana y caracoles gabachos en la zona noble de València
El Canyamelar tiene una nueva parada donde recalar mirando a "terra, mar i horta"
El primer intento de acercamiento a esta demarcación reciente de Extramurs salió rana. Restricción y lamento. Intentémoslo ahora antes de que una nueva plaga bíblica lamine el optimismo de la reapertura. Alcántara ha vuelto. Y con este bistró de barrio, su cocinera, que le da el apellido
Volver a los bares. A que un o una camarera que se mueve entre las mesas como una anguila, pero en antropomorfo, te sirva y te haga sentir bien.
Anyora, antes que Anyora, fue la casa de Batiste. El insigne bodeguero da nombre a la propuesta per emportar de la taberna, basada en las tapas marineras y els menjars de sempre
Puntos calientes donde las plazas y las terrazas se funden
Almuerzos, cocas, tapas y una tarta de queso para enmarcar. El delivery de Alenar funciona de 10 a 22 h. de lunes a domingo. Es prácticamente un servicio público.
Una buena fiesta es lo que han montado María José Martínez y Juanjo Soria con su propuesta para casa
No sabía, de tristezas, ni de lágrimas / Ni nada, que me hicieran llorar/ Yo sabía de cariño, de ternura / Porque a mí desde pequeño / Eso me enseñó mamá, eso me enseñó mamá / Eso y muchas cosas más / Yo jamás sufrí / yo jamás lloré / Yo era muy feliz, yo vivía muy bien
Más, mucho más que la masa adictiva de Ricard Camarena que no es una pizza ni una coca, Cocaloka es su Mediterráneo a domicilio
Una sorpresita en una esquinita de Benimaclet. Una barecito de cuatro mesitas —y terraza, terraza con estufas—. Una cocina, de reducidas dimensiones, con lo justo para que salgan platos mayúsculos dentro de la simplicidad por la que apuestan
Un bocadillo de cerdo de la Habana Vieja o un Pani Puri de cangrejo al estilo hindú. El mundo tiene cabida entre dos panes
El único. El que hace más de dos décadas subió la persiana para que la luz del sol entrara en un local pintado de una paleta cromática que choca con el ideario occidental
Hay que fijarse en cómo camina la población según la zona
Nos quitaron las barras, pero no las mesas altas con taburetes