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Así superó Ford Almussafes su última gran crisis hace una década

13/10/2018 - 

VALÈNCIA. Los recortes anunciados por Ford en Europa -todavía por concretar en cada planta-, tienen en vilo a la factoría valenciana de la enseña del óvalo y al resto del sector de la automoción. La compañía ha anunciado sin tapujos que va a prescindir de la parte menos rentable de su negocio, y Almussafes, si bien monta el coche que más se vende en el Viejo Continente -el todoterreno ligero Kuga- también fabrica modelos como Mondeo, S-Max o Galaxy, que van a la baja en el mercado.

La carta ganadora con la que cuenta la factoría valenciana para esquivar -o mitigar- el tijeretazo que se avecina es la productividad y flexibilidad de la planta, dos aspectos muy valorados en el sector de la automoción que, según el comité de empresa de la compañía, fueron reforzados hace una década cuando las sombras más oscuras también amenazaron la continuidad de la industria.

En 2007, hace ahora 11 años, la economía española vivía la euforia previa al estallido de la crisis, si bien la situación particular de Ford Almussafes ya era de lo más incierta. La factoría dejaba de producir los modelos Ka, Fiesta y Mazda 3. Tan solo le quedaba el Focus para afrontar el futuro, y los rumores de cierre empezaban a circular en una planta que entonces era señalada por lo contrario: una menor eficiencia que algunas de sus vecinas europeas.

Aquel temor, el de que la principal industria de la autonomía fuera desmantelada, llevó al comité de empresa -ya dominado entonces por UGT-PV- a comprometerse con la multinacional a una serie de ajustes. El acuerdo fue secreto, según llegó a reconocer posteriormente el propio sindicato. No se plasmaría en el convenio de la planta hasta el año 2009, generando multitud de críticas por parte del resto de organizaciones sindicales al considerarlo una pérdida de derechos sin precedentes. Dicho 'ajuste preventivo' consistió en pactar con la empresa una importante reducción de costes -de 20 millones de euros, según recuerda UGT- a cambio de recibir inversiones en la planta que garantizaran su continuidad. 

Las grandes medidas fueron, principalmente, la eliminación del servicio del comedor, que permitió a Ford ganar media hora de trabajo al día; la sustitución de los descansos en bloque -de 20 minutos por turno- por paradas individuales, con la que la dirección ganó otra hora de producción al no tener que detener la cadena de montaje una vez por cada turno; o la puesta a disposición de la empresa de los actuales cuatro días de vacaciones flexibles de cada trabajador, que permite desde entonces a la mercantil fijar los descansos en las fechas que más le convenga según las necesidades de producción.

Hora y media más de producción diaria

Tales cuestiones permitieron a Ford España ganar hora y media de producción al día y garantizar el trabajo continuo de la planta durante las 24 horas del día, circunstancia que, según asegura el comité de empresa, fue determinante para que Ford siguiera invirtiendo en la planta. Aún así, todos los esfuerzos fueron insuficientes ante el derrumbe de la economía global y, en consecuencia, el acusado descenso de la compra de vehículos. La plantilla en 2007 era de alrededor de 7.100 empleados, pero en 2009 se eliminó el turno de noche mediante jubilaciones anticipadas y bajas incentivadas que la redujeron de forma significativa.

En el marco del paquete de medidas también se pacto un programa de salidas que afectó a 200 personas, que contaban, sin embargo, con el compromiso de regresar a la mercantil pasado el valle. El suelo de empleados se tocaría en 2010 con una plantilla de 5.800 empleos. No obstante, en 2013 se recuperó el turno de noche y la compañía inició un periodo de crecimiento exponencial, solo suavizado en los dos últimos ejercicios completados (2016 y 2017).

Las preguntas que cabe hacerse ahora son: ¿Son comparables los escenarios de 2007 y el de la actualidad? ¿Dependerá la decisión final de la empresa de nuevos sacrificios que esté -o no- dispuesta a hacer Almussafes? El comité de empresa lamenta no poder ofrecer todavía una respuesta a estas cuestiones, puesto que la multinacional no ha entrado aún a abordar el problema que detecta en cada planta. Tan solo ha hablado de un escenario generalizado de caída de las ventas en Europa.

No obstante, resulta evidente que en el tira y afloja con la dirección -que tiene prevista una nueva cita con trabajadores de todo el continente para el 15 de noviembre- pesará la eficiencia presente y futura que sean capaces de acreditar cada una de las factorías para evitar que recaiga sobre ellas el recorte.

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