VALÈNCIA (EP). La empresa valenciana BiofreshTech ha patentado una tecnología que "revoluciona" la logística para alimentos, medicamentos y órganos. El sistema, en el que se han invertido dos años de trabajo y 1,5 millones de euros, consiste en la acumulación frigorífica de un producto químico, inocuo para la salud, y no contaminante que se adapta a neveras, frigoríficos, vehículos o cualquier espacio, en base a las necesidades de cada empresa.
Así lo asegura la mercantil, cuyo director de I+D es el valenciano Javier Guillén, ingeniero químico experto en soluciones innovadoras para la cadena de frío, y responsable del desarrollo. La tecnología desarrollada está blindada con dos patentes europeas, una de ellas con extensión mundial.
"El proyecto ha supuesto una superación constante de retos. Los primeros meses de investigación resolvimos la cuestión fundamental de mantener la temperatura estable sin conexión eléctrica permanente, y los últimos meses los hemos dedicado a adaptar la tecnología a cualquier escenario, móvil o estático", afirma Javier Guillén en un comunicado.
Los principales "hitos" de BiofreshTech, explican desde la compañía, son varios. Entre ellos, destaca que con una pequeña carga inicial de entre 3 a 5 horas, el kit para vehículos o nevera ofrezca hasta 14 días de autonomía. Además, se ha logrado el control en tiempo real de la temperatura que, según el sistema y las necesidades, es capaz de mantener estable cualquier rango entre -20ºC a + 80ºC.
El total de la producción de los desarrollos de BiofreshTech se mantendrá en la localidad valenciana de Catarroja, y a su vez también contarán con un ecosistema de empresas españolas que apoyarán diversas fases de la fabricación. Está previsto que la cifra de inversión en los próximos dos años alcance los cinco millones de euros.
La tecnología supone, por cada furgoneta de reparto, un ahorro energético superior al 50%, un ahorro en combustible de entre el 20 y el 25% y una consecuente reducción de emisiones de CO2 estimada en 3,5 toneladas al año. Otro aspecto destacable es que se trata de una tecnología "prácticamente insonora" y que, además, no obliga a mantener el motor del vehículo encendido, "un aspecto muy relevante para supermercados enclavados en núcleos urbanos y que necesitan descargar por la noche, con las consecuentes molestias para los vecinos".
Esta tecnología se ha incorporado, por el momento, a cámaras de refrigeración fijas y portátiles, así como a vehículos de reparto. Empresas del sector logístico para Pharma ya trabajan con ella, como es el caso de TIPSA que ha incorporado a su red 300 neveras. Además, BiofreshTech está ultimando unas pruebas de concepto con un gran retailer de distribución de Valencia, y con ASMEN, operador logístico de referencia en la distribución nacional de alimentos.
"La acogida en el sector del retail y el de la distribución de alimentos está siendo muy positiva porque venimos a resolver muchas molestias para las empresas. Asegurar una temperatura constante que evite romper la cadena del frío y que además suponga grandes ahorros para las empresas, son factores realmente impactantes, además de favorecer el reparto capilar a temperatura controlada con vehículos eléctricos", afirma, por su parte, Rafael Matamoros, CEO y cofundador de BiofreshTech.
El trabajo se inició en 2018 de la mano de siete empresarios del sector logístico, que iniciaron este proyecto impulsados por una problemática a la que no encontraban solución: la incapacidad de transportar suministro alimentario a plataformas petrolíferas en alta mar, fuera de las aguas internacionales.
Aunque el inicio de los trabajos se ha centrado en el ámbito del retail y el farmacéutico, el potencial de esta tecnología también resulta de alto interés para el traslado de órganos para trasplantes, así como para los sectores agroalimentario, automoción, aéreo, náutico, textil, construcción, el de las baterías de litio, e incluso para mantener refrigeradas grandes salas de servidores, concluyen.