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VALÈNCIA. "Queremos que València sea un área de referencia en la formación de semiconductores". Así lo apunta José Capmany, profesor e investigador de la Universitat Politècnica de València (UPV) y catedrático de Sistemas y Redes de Comunicaciones Ópticas en la Universidad Politécnica de Valencia, en un escenario donde la ciudad busca posicionarse en componentes clave en la fabricación de dispositivos electrónicos como ordenadores, teléfonos inteligentes, tablets, electrodomésticos o automóviles.
Capmany, quien ha recibido numerosos premios y menciones, entre los que destacan el Premio Rey Jaime I de Nuevas Tecnologías 2012 por su contribución al campo de la Fotónica de Microondas, el Premio Nacional de Investigación Leonardo Torres Quevedo en al área de Ingenierías en 2020, el Engineering Achievement Award de la Photonics Scociety del IEEE en 2021 y el Premio Física, Innovación y Tecnología de la RSEF-Fundación BBVA en 2022, asegura que la Comunitat Valenciana está bien posicionada en el campo de la fotónica, a la espera de desarrollos de proyectos como los del Perte Chip.
Experto en fotónica, destaca que la Comunitat Valenciana sigue liderando la parte de chips integrados, que encabeza la compañía de la que es cofundador, iPronics. Un camino que ya inició con la compañía VLC Photonics, que fue comprada por la japonesa Hitachi posicionando aún más a la ciudad en el panorama mundial de la fotónica, que busca dar solución a la densidad de transistores que se pueden meter en un chip gracias al uso de fotones. "En expansión y materia de investigación hay mucho trabajo puntero de desarrollo de chips para aplicaciones de computación en Valencia. También de sistemas de 5G y tenemos un par de contribuciones muy buenas que se publicarán el próximo año", reconoce. "Hay muy buenas perspectivas".
Para Capmany, más importante que montar grandes fábricas de chips en la Comunitat está el atraer talento para que no se quede coja la parte de formación. "El talento es lo más importante, porque es lo que no se puede sustituir", reconoce. Valencia ya cuenta con un sólido tejido industrial, agrupado en el lobby Valencia Silicon Cluster. No obstante, esta falta de perfiles profesionales se quiere corregir a través del Perte Chip, que incluye un programa específico dedicado a la formación. Unas ayudas a las que optarán la Universitat de València (UV) y la Universitat Politècnica de València (UPV).
En concreto, el 'macroproyecto' está dotado de más de 12.000 millones de euros y cuenta con varias líneas de actuación y una de ellas está pensada para generar y captar talento. Ese programa es la convocatoria de 'Cátedras Chip', que contará con un presupuesto de 80 millones de euros para la formación de, al menos, 1.000 profesionales y también para la investigación en toda la cadena de valor de esta industria. La cátedra ofrecerá becas y durará cuatro años, de los que tres dependerán de las universidades públicas o privadas y el último correrá a cargo de las empresas. Un camino en el que crear un campus de semiconductores para dar cobertura a la intención de Cisco, Intel, Open Chip y Broadcom de instalar una planta de fabricación de sustratos para la producción de microchips en España.
"Si éstas se resuelven tendremos una oportunidad muy grande para sumar a gente en éstas materias", reconoce. "Tenemos que ir coordinados, porque una de las estrategias principales de Valencia Silicon Cluster es conseguir un campus internacional de semiconductores. La idea sería tener un área geográfica de referencia desde el punto de vista de la formación de semiconductores", insiste.
Capmany recuerda que varias empresas valencianas fueron elegidas finalmente para participar en el segundo proyecto europeo sobre microelectrónica y tecnologías de la comunicación bajo el mecanismo de Proyectos Importantes de Interés Común Europeo (IPCEI). Conocido como IPCEI de microchips, permitirá a las empresas participantes recibir importantes ayudas públicas sin que sean consideradas ayudas de Estado.
España presentó manifestaciones de interés de once proyectos, cuatro de los cuales estaban liderados por empresas valencianas, concretamente por las firmas de fotónica Das Photonics, Ipronics y VLC Photonics (filial de Hitachi) y la empresa de semiconductores MaxLinear Hispania (filial del grupo californiano MaxLinear). Fueron las tres primeras las que se pasaron el corte como asociados, figura destinada a proyectos relevantes de menor tamaño y vinculados a los proyectos de los participantes directos.
Para Capmany, es clase que las empresas están bien articuladas y posicionadas a través de Valencia Silicon Cluster, ahora en vías de establecer vínculos con el nuevo Gobierno valenciano. "Cuando presentemos propuestas al Perte Chip esperamos tener ese apoyo por parte de las comunidades autónomas esperamos tener apoyo del Gobierno, con el que hemos tenido unos primeros contactos y se ha dado interés", reconoce.
En todo caso, el catedrático espera que la administración sea responsable con el uso de fondos. "Pediría que cualquier esfuerzo que se haga, se produzca pensando en que el dinero y los fondos están para gastar y no para que se queden sin usar porque sea un dolor intentar obtenerlos. Cuando piden muchos papeles y requisitos a nivel burocrático al final uno tira la toalla".
Como carta de intenciones, el profesor de la UPV alude a un proyecto como el planteado en la zona Franca de Vigo de una planta de nanofabricación de circuitos integrados fotónicos. Mientras, desde iPronics, compañía de la que es cofundador y que ya emplea a 42 personas, avanzan para que en 2025 puedas producir estos chips fotónicos integrados a gran escala.