Hoy es 4 de octubre
La Justicia estima el argumento de la Abogacía de la Generalitat para desbloquear las ayudas y entiende que excede un procedimiento por derechos fundamentales. Se desconoce si resolverá lo mismo en el caso de las específicas de la autonomía
VALENCIA. La paralización de las becas de más de 10.000 estudiantes valencianos fue la preocupante noticia con la que arrancó el curso universitario, debido al recurso de la Universitat Católica de Valencia (UCV) contra la política de ayudas del Consell por excluir a su alumnado y la petición de paralizarla como medida cautelar. Si bien el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat (TSJCV) estimó que su reivindicación tenía sentido, ahora también atiende a las alegaciones de la Generalitat en línea contraria. El resultado es que inadmite el recurso y las becas de no abandono siguen en pie.
Los argumentos de la Abogacía de la Generalitat para que se revocaran las cautelares, recogidos en el auto judicial, apelaban a “los graves prejuicios ocasionados para el interés general” y señalaba que el recurso de la Católica se refería a derechos fundamentales “sin que, en ningún caso, aludiera a los derechos que se invocan como vulnerados”, dos motivos que han sido tenidos en cuenta a la hora de resolver. De hecho, la resolución de levantar las cautelares se ha tomado en base a que la pieza excede el ámbito de los derechos fundamentales y debería ser un procedimiento ordinario.
La Sección Quinta de la Sala de lo Contencioso Administrativo contraviene a la Sala de Vacaciones en su auto, al considerar "la nulidad por preexistencia previa de un pronunciamiento en los tribunales", argumento "más que suficiente" para revocar la decisión. Pero además, añade que la apelación derechos fundamentales habla del daño a tres de ellos y "excede el ámbito de esta pieza, siendo esta, en definitiva, una cuestión de legalidad ordinaria". Cabe comprobar si las mismas explicaciones son válidas para levantar la paralización a la tipología que todavía queda pendiente, la de las becas autonómicas.
De momento, nos referimos a una modalidad pensada para que los estudiantes no dejen su formación académica por motivos económicos, partida a la que se destinó un total de 150.000 euros. En el curso anterior tuvo 108 beneficiaros, lo que hace suponer que este año habrá una cifra similar. “Es de justicia que los universitarios puedan acceder por fin a estas becas de no abandono, porque entre los objetivos del Gobierno del Botánico estaba que ningún estudiante quedará fuera de la Universidad por motivos económicos”, exponía el conseller de Educación, Investigación, Cultura y Deportes de la Generalitat, Vicent Marzà, quien a su vez manifestaba estar “muy contento” por la resolución.
Por su parte, la UCV ha declinado realizar declaraciones, por lo que no ha aclarado si seguirá recurriendo esta cuestión ante los tribunales. La semana pasada conocíamos que el TSJ tramita también los recursos de esta Universidad contra las becas Erasmus+ y las complementarias, en este caso por la vía ordinaria y sin paralizarlas.
En clave de lectura política, el litigio judicial contraviene el posible acercamiento entre las partes. El desencadenante fue el anuncio de la Católica que dijo “tender la mano” al conseller Vicent Marzà “para alcanzar una solución rápida, eficaz e inmediata, tan inmediata como que nos convoquen a una reunión hoy mismo”. Incluso llegaba a sacrificar a su rector, en lo que se interpretó como un gesto de aproximación. Por su parte, el Consell instó a retirar todos los recursos pendientes antes de sentarse a hablar.
Sin embargo, el TSJCV todavía debe pronunciarse sobre la otra modalidad de becas afectadas por la paralización, las específicas de la Generalitat. Fueron recurridas al mismo tiempo por la Abogacía de la Generalitat, pero el TSJ todavía no ha resuelto al respecto. Se trata de un caso mucho más sensible, por cuanto hay más de 10.000 personas afectadas a la espera de saber si les cubrirán los gastos del curso 2015/16 (se otorgan con efecto retroactivo). Además, como cubren todo el importe de matrícula de los estudiantes, el presupuesto destinado por Generalitat era de 3 millones de euros, lo que supone el mayor pellizco de la partida general.
De no resolverse con celeridad, pueden llegar a quedar desiertas. Según la Generalitat, si esta paralización posterga en el tiempo, los trámites administrativos impedirán su entrega. La razón es que se acabará el ejercicio de 2016 y entraremos en otra etapa para la Administración, la de 2017, donde el dinero presupuestado para los estudiantes ya no podrá ser entregado. Una preocupante cuestión basada en la lentitud burocrática.