VALÈNCIA. José Luis Aguirre Larrauri (València, 1961), es desde el pasado mes de julio conseller de Agricultura, Ganadería y Pesca, un cargo que asume "con honor". Previamente, este ingeniero técnico agrícola de profesión, fue durante cuatro años diputado en las Corts Valencianes, en los que además fue portavoz de Vox en las comisiones de Agua, Medio Ambiente y Agricultura.
Autónomo durante toda su vida profesional, como él mismo destaca, desde que es conseller es "la primera vez" en sus 62 años en la que vive de una nómina. Vinculado al sector primario durante toda su trayectoria, antes de su entrada en la política Aguirre fue vicepresidente del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Agrícolas de la Comunitat Valenciana a principios de siglo, delegado de la Orden de Malta en Valencia y director-gerente de la Gran Asociación de Beneficencia.
Aguirre recibe al Grupo Plaza en su despacho en València para una entrevista dividida en dos partes, esta, dedicada a su gestión en la Conselleria, y una segunda, más política, titulada: "Debemos ayudar a conservar la naturaleza, pero sin fanatismos".
-Ha pasado prácticamente medio año desde la toma de posesión como conseller de Agricultura, Ganadería y Pesca. ¿En qué situación encontró la conselleria y cuáles son sus objetivos a corto plazo?
-La Conselleria llevaba una línea completamente despegada del sector, que, según nos transmite, estaba desesperado y ahora muy ilusionado con la entrada de equipos nuevos que puedan hacerles caso. Es cierto que las políticas en agricultura están muy mediatizadas por lo que nos propone Europa, no podemos hacer lo que queramos; pero, dentro del margen que tenemos, queremos potenciar a este sector, que se pierda menos dinero en gestiones intermedias y burocráticas y tratar de facilitar que el dinero llegue de verdad a los productores.
-¿Hay algo marcado a corto plazo en lo que quiera incidir?
-Tenemos una ley de estructuras agrarias que fue aprobada por el primer Botànic por unanimidad en las Cortes Valencianas y nuestra idea es que es una ley buena, que quizá ahora haya que actualizar, pero efectivamente la estructura agraria es uno de los grandes hándicaps que tiene la agricultura valenciana a nivel de PAC, a nivel de producción, a nivel de rentabilidad, de todo. Entonces, uno de nuestros objetivos es buscar, aprovechando esta ley de estructuras agrarias, las autorizaciones que sean necesarias, incentivos fiscales o programas de cultivo en común, etc. para tratar de hacer rentables esas explotaciones."
"el compromiso que tenemos es el de ejecutar al máximo los escasos presupuestos que tenemos; en pesca, el nivel de ejecución estaba en un 30% aproximadamente y el global es algo superior, pero ridículo"
-Agricultura es una conselleria que desde hace décadas pierde progresivamente peso en los Presupuestos de la Generalitat, en cambio los tres sectores que agrupa ceden espacio en el PIB de la Comunitat. ¿Cree que se le da a la conselleria el tratamiento que merece?
-A mí me gustaría poder disponer de más fondos, pero el compromiso que tenemos es el de ejecutar al máximo esos escasos presupuestos que tenemos. En estos seis meses hemos intentado ver cómo estaban las diferentes partidas y estudiar el grado de ejecución de cada una de ellas para repartir, dentro de la propia conselleria, lo más racional posible. Nuestro reto es ejecutar al máximo este escaso presupuesto y que no se nos queden luego las partidas colgando. Nuestra obsesión es que este dinero llegue a los agricultores, ganaderos y pescadores de la manera más rápida posible. En pesca, el nivel de ejecución estaba en un 30% aproximadamente y en el global es algo superior, pero es ridículo. No sé si a lo mejor el 100% es una utopía, pero debemos aproximarnos a unos niveles de ejecución altos.
-Usted ha dicho que a la agricultura se la trata a veces como moneda de cambio. ¿Tiene esa sensación ya en estos seis meses en la conselleria?
-Todos estamos de acuerdo que hay unos temas vitales que son la sanidad, la educación... y aquí la tercera conselleria en nivel de gasto es la deuda y los intereses que se pagan por esa deuda. Eso hace que otras consellerias se queden menos atendidas. Contamos con un dinero que es el que es y lo que tenemos que hacer, como decía antes, es acertar en la ejecución. Para mí es la clave.
Cuando llegué no conocíamos casi nada a pesar de haber estado la legislatura anterior en las Cortes Valencianas, en las comisiones de Agricultura y Medio Ambiente. Aquella experiencia, para mí personalmente, considero que es vital y me ha servido para conocer, por una parte, al sector, porque yo he trabajado toda mi vida en el sector primario, especialmente en agricultura y ganadería, pero hay muchas partes que no conocía; y me ha servido para ir conformando un equipo, que estamos a punto de cerrar, absolutamente técnico.
-En cuanto a producciones, en la Comunitat el rey es la citricultura que, cíclicamente, va perdiendo producción. ¿Qué le puede ofrecer la conselleria al sector para revertir esta tendencia?
-El grave problema es la rentabilidad. Si las explotaciones fueran rentables, la gente querría seguir en el negocio. Ahora mismo, los hijos no quieren ser ni agricultores ni ganaderos. Sin embargo, sí que hay gente que quiere seguir esa tradición, pero hay que ayudarles. Una de las posibles ayudas es lo que estábamos comentando antes de las estructuras: hacer unas explotaciones rentables, dimensionadas suficientemente.
Las explotaciones, en su actual dimensión, están incluso quedándose fuera de la PAC. Entonces, hay que tratar de dimensionar adecuadamente esas explotaciones. ¿Cómo? Pues este Gobierno ya ha conseguido la anulación del impuesto de sucesiones, que creo que es un paso dentro de la ley. Y ahora, para que se puedan dar posibilidades a los agricultores más jóvenes, lo que nos queda es fomentar esos incentivos fiscales especialmente para la compra o la adquisición de parcelas colindantes con el fin de hacer más grandes las explotaciones que tienen. Otra solución en la que puede intervenir la Administración es la agrupación o explotación en común. Hay que buscar diferentes fórmulas para llevar a cabo esas rentabilidades.
-Todo esto entronca con una demanda histórica del sector desde hace décadas, disponer de una ley de reconversión varietal, que desde la conselleria se estimule esa reconversión varietal. ¿Es esto posible?
-Esto me recuerda a uno de los objetivos que tenemos, que sabemos que es muy difícil, pero que está muy relacionado con la reconversión varietal, y es la relación entre los agricultores y los apicultores. Evidentemente, no podemos obligar a una persona a que cultive lo que quiera la Administración, pero lo que sí podemos hacer es promover la implantación de determinadas variedades que puedan ser compatibles. Luego hay otras medidas, como son las mallas. Estamos trabajando en esa línea, basándonos en los mapas de cultivos por variedades que ya tiene a disposición la Administración. Queremos fomentar efectivamente la plantación a nivel de subvenciones, de variedades rentables, es una de las líneas de trabajo que tenemos, y el fomento de las diferentes denominaciones de origen, la Indicación Geográfica Protegida de Cítricos, etc.
"no podemos obligar a una persona a cultivar algo, pero podemos promover determinadas variedades; se van a activar líneas de ayuda a la reconversión varietal"
-¿Y el cambio, ya no dentro de los cítricos, sino de cultivo¿ Hace un tiempo se volcó mucha gente en el caqui, ahora en el aguacate, ¿eso también se va a fomentar?
-Sí, efectivamente. Es, de hecho, una de las líneas que tenemos con el Ivia. El Ivia trabaja muy bien, en eso todos estamos de acuerdo y todos queremos fomentarlo, pero además queremos que los investigadores trabajen en lo que de verdad preocupa a los agricultores y por eso se han creado una serie de mesas de trabajo donde los propios agricultores sean los que transmitan a los científicos, a los investigadores, qué es lo que les preocupa. Hay ya prevista una mesa sobre el aguacate, en la que ya se ha empezado a trabajar, que tendrá lugar en febrero, para sentar juntos a los productores de aguacate, a las asociaciones de productores y a los investigadores del Ivia. Esas mesas de trabajo se van a ir reuniendo periódicamente en distintos cultivos.
-Dos preguntas concretas sobre el plan de reconversión varietal: ¿Los mapas agronómicos de los que habla están a disposición del sector? Y la otra es. evidentemente, no se puede obligar por parte de la conselleria a plantar, pero sí se pueden dar subvenciones, que por otra parte la ley contra la pinyolà ya prevé. ¿Se van a activar esas líneas de subvenciones?
-Respecto a los mapas del Ivia, la información estará a disposición de los técnicos. Y, por otra parte, se van a activar esas líneas de ayudas a la reconversión varietal. Además, es que creemos que es necesario.
-La mala situación que vive el campo contrasta con la fortaleza de las empresas del sector primario. En la Comunitat Valenciana tenemos varias de las empresas líderes en España y en Europa en la comercialización de cítricos. La única pata que flojea es la cooperativista, ¿esto es un problema para la conselleria?
-Queremos fomentar y ayudar al cooperativismo, creemos que es básico y muy intrínseco con la realidad social del sector. El problema de las cooperativas seguramente es ese mismo problema: que está formado por pequeños agricultores, con una dimensión de fincas muy pequeña. Pero, precisamente, nos queremos apoyar en las cooperativas para solucionar ese problema.
Es verdad que están cerrando cooperativas, que ha habido problemas de gestión, quizá heredados de otros años, y queremos ayudar a profesionalizar esa gestión. Pasa algo parecido con las cofradías de pescadores, hay que profesionalizarlas. Existe una serie de líneas de ayuda para la fusión de cooperativas y hay siete u ocho líneas de ayudas diferentes para mejorar la gestión, para formación de técnicos.
Además, las cooperativas nos tienen que ayudar a explicar a los agricultores cómo tienen que rellenar el cuaderno digital. Necesitamos la ayuda de todos para adaptarnos a estas líneas de Europa, pero necesitamos que el Ministerio luche por ampliar esos plazos, porque es que ni siquiera disponemos de un programa todavía que funcione.
-¿Qué le parece la entrada, desde hace unos años evidente y bastante fuerte, de fondos de inversión en el negocio citrícola y en las grandes empresas?
-A todos nos gusta más un perfil de propietarios de fincas más familiar, pero la entrada de los fondos de inversión nos tiene que abrir los ojos para ver que efectivamente puede ser rentable el sector. ¿Cómo? ¿Qué fincas compran ellos? Pues compran fincas de determinadas dimensiones.
-Uno de los problemas de los cítricos es que se está reduciendo el consumo respecto a otras frutas. El sector pide campañas de promoción que no se están realizando. ¿Ve a Intercitrus capacitada para realizarlas? ¿La conselleria las tiene previstas? Lo digo porque había un millón previsto y ya no está en los presupuestos...
-Intercitrus consideramos que es necesaria. Está formada por varios colegios entre los que existe una diferencia de criterios con determinados aspectos que por otra parte son esenciales, como el contrato de recogida de frutas. No tiene sentido a día de hoy que no se realicen contratos adecuados.
-Pero eso en teoría ya lo hace todo el mundo, ¿no?
-Lo que pasa es que no se ponen de acuerdo en determinados aspectos del contrato.
"hemos creado una dirección general, que está en contacto con la universidad y con los diferentes sectores para poder fijar cuáles los costes de producción y que estos puedan aparecer en los diferentes contratos"
-Los contratos están homologados desde hace muchos años...
-Los sectores de comercialización consideran que la ley de la cadena alimentaria les perjudica, pero es una ley que hay que cumplir. Quizá hay que saber desarrollarla para que todos los eslabones puedan ver compensados sus costes de producción. Entonces, hay que ponerle el cascabel al gato, hay que decir cuál es ese coste de producción, que es lo que hasta ahora nadie se ha atrevido a hacer. Por eso, nosotros hemos creado una dirección general que se va a ocupar de estos aspectos, que está en contacto con la universidad y con los diferentes sectores para poder fijar cuáles son esos costes de producción y que estos puedan aparecer en los diferentes contratos. En ese contrato deberá aparecer también el aspecto, como ya ocurrió hace muchos años, de la asignación para la publicidad, que la conselleria, evidentemente, complementaría. Es una gestión que ha de ir compensada, ha de ir de la mano entre la conselleria, el sector citrícola y la propia Intercitrus. Tenemos que ponernos todos de acuerdo para que esa promoción sea adecuada y llegue de verdad a los diferentes sectores. Es una asignatura pendiente que nosotros nos planteamos como un reto.
-En cuanto a los cultivos de secano, la viña, el aceite, los frutos secos,... también viven cíclicamente periodos de carencias. ¿Qué propone la conselleria para tratar de mejorar su situación, que además es una problemática que está muy vinculada a la despoblación?
-Nosotros somos conscientes, en todos los cultivos, tanto agrícolas como ganaderos, de la defensa de la garantía de ingresos que necesita tener el productor. Somos la comunidad que más aporta a Agroseguro para ayudar a rebajar las cuotas que pagan los agricultores.
Hay cultivos críticos como el de la cereza, en Alicante y en Castellón, que llevan muchos años ya sufriendo unas crisis de producción muy importantes. Una de las primeras reuniones que tuvimos fue precisamente con este sector y, para intentar ayudarles, tratamos de darles soluciones a través del Instituto Valenciano de Finanzas y a través de Agroseguro también. Hay muchos almacenes que solicitaron ayudas en su momento para poder salir adelante, para poder comercializar esa fruta y luego, ante la falta de fruta, tenían falta de negocio y han tenido dificultades para pagar sus gastos o los préstamos que habían pedido. Por eso queremos reactivar estas ayudas, implicar al Instituto Valenciano de Finanzas y, por supuesto, con la ayuda de la conselleria y de Agroseguro, tratar de que los cultivos puedan salir adelante y puedan mantenerse, porque en muchos casos no tienen alternativa. Por eso estamos también tratando de generar alternativas, y en este caso me gustaría romper una lanza en favor del cultivo de la algarroba, que nos puede servir como una alternativa a los problemas que hay con la Xylella en determinadas zonas de Alicante y puede ayudarnos a fijar población y contra los incendios.
-El sector se queja de que hay líneas de ayudas del Ministerio, como contra la sequía o la crisis derivada por la guerra de Ucrania, que están habilitadas pero que aquí no se han llevado a cabo, a diferencia de otras comunidades autónomas...
-Las ayudas que daba el Ministerio estaban limitadas a determinados cultivos. Para poder atender nosotros determinadas contingencias es necesario que estén presupuestadas y no había un presupuesto de contingencia como sí que lo hay ahora para el año 2024 para el caso de que surgieran este tipo de necesidades. Sencillamente, no se dieron las ayudas porque no había dinero y si se hubiera podido dar alguna ayuda hubiera sido tan ridícula que casi hubiera costado más la tramitación. El año 2024, si se generan otra vez estas situaciones, habrán ayudas.
-En cuanto a la ganadería, también viene pasándolo mal. Debido al aumento de costes ahora están todas las cabañas en una situación muy complicada. ¿Qué líneas maestras tiene la conselleria para impulsar la ganadería, tan importante también en las zonas rurales?
-Tras las reuniones, nos hemos encontrado por ejemplo con el sector cunícola, en el que ha bajado el consumo de una manera drástica. Hay cada vez menos granjas y vamos a intentar que se mantengan, y también los precios. Y podemos hablar exactamente igual de cualquier otro subsector. Tienen muchos problemas, no solo por el incremento de costes, sino también por las medidas que vienen impuestas de Europa. En el sector cunícola es muy complicado eliminar las jaulas. Otro de los grandes problemas que hay es la falta de mataderos en determinadas zonas. Estamos ya en contacto con la Conselleria de Sanidad para habilitar mataderos que están cerrados, mataderos comarcales, adaptarlos para la ganadería ecológica, y por otra parte para incrementar el número de estos mataderos donde no hay y donde hacen más falta.
-¿Y los tratamientos de purines?
-Los tratamientos de purines es un tema muy activo. Tenemos prevista una visita a una granja de vacuno en la zona de Requena, una de las más importantes de la comunidad, donde tienen una planta que se alimenta exclusivamente de estiércol de vaca, de purines, para generar energía que luego utilizan en la propia explotación. Vamos a conocerla, aprender cómo funciona, para ver cómo podemos trasladar esto a distintas explotaciones avícolas y de porcino de la comunidad.
"La ganadería intensiva es necesaria. Hay aspectos que solo los pueden hacer unas granjas con una dimensión mayor. Y creemos que hay que ir ahí, Igual que hay que luchar contra el minifundismo"
-El sector hace unos años se quejaba de que los trámites burocráticos para abrir nuevas explotaciones eran larguísimos en la Comunitat Valenciana, a diferencia de zonas limítrofes como Castilla-La Mancha o Aragón. No sé si eso se ha llegado a solucionar...
-Es uno de los temas que yo he denunciado estando en la oposición y es un tema que preocupa. Básicamente, los problemas son por las licencias medioambientales, que ahora no son competencia de nuestra conselleria, pero estamos en contacto con la de Medio Ambiente para tratar de aligerar todos estos trámites. Vamos a hacer todo lo que esté en nuestra mano desde nuestra conselleria para aligerar esos trámites. No tiene ningún sentido que en la Comunidad Valenciana cueste a lo mejor tres años conseguir una licencia de una ampliación de una granja y en Castilla-La Mancha lo tengas en tres meses. Es el problema que tiene a veces el legislar de una manera diferente en las diferentes autonomías. Creemos que es necesario que se simplifiquen esos criterios y que se pueda trabajar de una manera homogénea.
-En la Comunitat Valenciana no hay grandes ejemplos de ganadería intensiva. ¿Ante las dificultades que tiene el sector, ven en esta posibilidad una solución para seguir creando riqueza en zonas despobladas?
-Evidentemente, es necesario. En la Comunidad Valenciana y en España no existen macrogranjas y lo que no tiene sentido son aquellas pequeñas granjas de porcino que además tienen mucho más difícil cumplir con toda la normativa, ser sostenibles y cerrar el círculo. Eso solo se puede hacer en una granja de determinadas dimensiones. A una granja de porcino pequeña no puedes pedirle que tenga una instalación de biogás para aprovechar los purines con que generar por una parte la energía que pueda necesitar la granja y por otra el estiércol para abonar sus campos de cultivo. Eso solo lo pueden hacer unas granjas con una dimensión mayor. Y evidentemente creemos que hay que ir ahí. Igual que hay que luchar contra el minifundismo con la agrupación por diferentes sistemas de las explotaciones agrarias, hay que hacer unas explotaciones ganaderas rentables. Para tener esas explotaciones ganaderas rentables y sostenibles, es necesario que tengan una determinada dimensión, sin necesariamente llegar a las que hay en el norte de Europa.
-En cuanto a la pesca, es habitual ver declaraciones públicas bienintencionadas, pero lo cierto es que el sector está en un declive que parece imparable desde hace 30 años. ¿Ve usted futuro en la pesca? ¿A qué modalidades le ve más?
-Sí que vemos modalidades de futuro en la pesca. Por ejemplo, en el Mediterráneo, hace unos años, el atún se prohibió, prácticamente, o se limitó muchísimo su pesca porque era una especie en peligro de extinción; ahora el atún es un depredador que esquilma otras pesquerías. El Mediterráneo es un mar evidentemente que está en desequilibrio y es necesario mejorar las cuotas de los pescadores, pero para mejorar las cuotas de los pescadores, manteniendo las condiciones y permitiendo al mar que se recupere, es necesario ayudarles. Se ha producido este año una reducción de un 9,5% de los días que pueden pescar. Para tratar de compensar esa limitación de días, esa persecución que están sufriendo algunos de nuestros pescadores, especialmente los de la modalidad de arrastre, le propusimos al ministro un desguace selectivo, atendiendo especialmente a su condición.
"Las cofradías deben profesionalizarse, aprovechar mejor las diferentes ayudas que tienen y debe haber unas organizaciones de productores que de manera paralela puedan servir para gestionar mejor"
Tenemos en la Comunidad Valenciana 33 buques de madera que ya no son susceptibles de adaptarse a las medidas para seleccionar el pescado, que es lo que nos propone Europa para reducir esa cuota del 9,5%. Además, tienen el hándicap de que ya no existen calafates capaces de reparar estos barcos y las compañías aseguradoras no quieren asegurar estos buques de madera. Entonces, un criterio puede ser el material del que está hecho el barco. Otro criterio puede ser la continuidad, la renovación de los pescadores, que tenga un seguimiento, un futuro, ese buque. Atendiendo a estos diferentes criterios que se pueden estudiar, pero que no nos cabe ninguna duda que el material de construcción del barco ha de ser uno de ellos, consideramos que se debería facilitar, con unas subvenciones dignas, ese desguace. Eso generaría por una parte unas cuotas de pesca, unos días, que se podrían repartir entre el resto de pescadores de ese puerto base. Y, además, es necesario actualizar la flota. Tenemos un problema con el dimensionado de los motores de los buques de pesca. Por una parte está el dimensionado declarado y el dimensionado real. Esto nos serviría también para adecuar eso. Tendríamos ahí un exceso de potencia que no se utilizaría y que nos serviría para mejorar la cuota. Barcos actualizados y modernos ayudarían a contaminar menos. Yo creo que es una medida que favorecería al sector y al mar sin ninguna duda.
-Para favorecer el futuro de la pesca, ¿ve necesario un cambio en la gestión de las cofradías?
-Es necesario profesionalizarlas. Pasa algo parecido a lo que comentábamos antes en las cooperativas. Las cofradías deben profesionalizarse, aprovechar mejor las diferentes ayudas que tienen y debe haber unas organizaciones de productores, los pescadores, que de manera paralela al funcionamiento de las cofradías puedan servir para gestionar mejor.