VALÈNCIA. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible se han convertido en los grandes protagonistas del futuro de los entornos locales, autonómicos e internacionales. Forman parte de todo tipo de proyectos e incluso surgen como un requisito indispensable para acceder a ciertas subvenciones o para participar en concursos públicos. Entre ellos, destacan grandes retos como el de la educación, la energía, la igualdad de género... y en el número 6, un gran desconocido: la gestión del agua y su saneamiento.
El último desayuno informativo organizado por Valencia Plaza en colaboración con la Concejalía del Ciclo Integral del Agua y Acciona puso de manifiesto la importancia de hacer un uso responsable de este recurso que es tan esencial como limitado. Asimismo, el encuentro sirvió para reflexionar acerca del papel que juegan en la ciudad las infraestructuras de los servicios de saneamiento y abastecimiento.
A la jornada, acudieron Elisa Valía, concejala del Ciclo Integral del Agua del Ajuntament de València y presidenta de EMSHI; Juan Carlos Blázquez, director de Desarrollo de Negocio de Agua de Acciona; Isabel Dolz, presidenta de la Unión de Consumidores de València; Ricardo Bayo, secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) de la Comunitat Valenciana; Marina Sender, presidenta del Colegio Territorial de Arquitectura de Valencia (CTAV); Chayma Bouchafra, vocal de Sostenibilidad y Medio Ambiente del Consell de la Joventut de València; Rafael Jordà, director general de la Fundación GAIAS Europa; y María José Broseta, presidenta de la Federación de Asociaciones Vecinales de València.
Los asistentes debatieron sobre el papel que juegan los distintos agentes involucrados, desde el poder de la Administración pública a la hora de adoptar políticas medioambientales comprometidas hasta las decisiones individuales de cada individuo. Para Elisa Valía, concejala del Ciclo Integral del Agua del Ajuntament de València, en el caso de las estrategias gubernamentales es fundamental entender el agua como un eje esencial en la lucha para combatir el cambio climático: "No se puede entender una política verde sin una política azul que la acompañe", afirmó.
Además, Valía también hizo hincapié en que se trata de un trabajo grupal que involucra a toda la sociedad:"Hace falta una hoja de ruta para que entendamos que el compromiso conjunto es lo que nos mueve a cumplir con esos objetivos; la Administración sola no puede hacerlo, tenemos que ir hacia un esquema de colaboración donde todo el mundo entienda que solo con una pequeña contribución conseguiremos un cambio significativo. Eso sí, si pedimos a la ciudadanía o las empresas que hagan algo, la Administración tiene que dar ejemplo y hacerlo".
Si realmente se quieren forjar estas alianzas, es necesario tener conocimiento sobre el asunto y adquirir cierto grado de concienciación. Por ello, el Ayuntamiento de València ha desarrollado recientemente una serie de campañas informativas que llevan por lema "Cuidar el agua, proteger el planeta", con el objetivo de sensibilizar a la población.
Pero no solo el Consistorio lleva a cabo esta labor. Tal y como explicó Isabel Dolz, presidenta de la Unión de Consumidores de València, se encargan de formar a la ciudadanía. Una de sus actividades más significativas es la organización de catas de agua en mercados, donde dan a probar agua embotellada y agua del grifo para promover un consumo responsable. En el desayuno, compartió su satisfacción al comprobar que es "muy poca gente" quien se da cuenta de la diferencia y que se ha reducido la venta de agua embotellada en los últimos tiempos.
Por su parte, Juan Carlos Blázquez, director de Desarrollo de Negocio de Agua de Acciona (empresa encargada del sistema de saneamiento en València), insistió en la importancia de mantener conversaciones habituales entre los distintos agentes, más allá del Día Mundial del Agua. "Habría que mirar qué se hace en otros lugares, de dónde podemos aprender", sugirió.
Un ejemplo de este aprendizaje es el caso de Rafael Jordà, director general de la Fundación GAIAS Europa, el HUB académico de la Universidad San Francisco de Quito. "Parte de la investigación que hacemos responde a un problema global, que es el cambio climático. Trabajamos con un laboratorio natural de forma transversal en torno a la protección del agua y hemos llegado a València como puerta de entrada a Europa. Elegimos la ciudad por un ecosistema universitario y de centros de investigación muy potente, en los últimos 10 años ha cambiado radicalmente desde el punto de vista de la innovación y buscamos entrar en este ecosistema que nos permita llevar buenas prácticas a Ecuador para responder a este desafío. El agua es un eje transversal en todos nuestros proyectos", detalló.
Por otro lado, María José Broseta, presidenta de la Federación de Asociaciones Vecinales de València, también ha formado parte de iniciativas pedagógicas para reivindicar un consumo responsable que frene el impacto negativo en el entorno. "Nos preocupa la contaminación que hay en el agua, en ríos, en lagos, en mares… Se produce por residuos tóxicos y por desechos industriales y domésticos. También creemos que hay veces que los cultivos usan excesivos productos agroquímicos, todo eso es una fuente masiva de contaminación", alertó.
Para evitar ese efecto negativo, hay que plantearse cómo se trata el agua durante todo el proceso. Ricardo Bayo, secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos de la Comunitat Valenciana, subrayó que para la agricultura el agua es fundamental, puesto que es necesaria para la producción de alimentos, pero también para el mantenimiento de las tierras a través del riego. "Hacer un uso eficiente y sostenible del agua es fundamental porque genera un ahorro importante", señaló. A su vez, recalcó que la digitalización es la base para impulsar ese ahorro, por lo que pidió a las administraciones más inversiones en la modernización de infraestructuras.
El agua no solo gana peso desde un punto de vista agrícola, sino también urbanístico. Marina Sender, presidenta del Colegio Territorial de Arquitectura de Valencia, aseguró que "sin una buena planificación de abastecimiento y recogida de aguas las ciudades serían un desastre". Además, puso en valor el desarrollo de los Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible (SUDS), que permiten recoger el agua de la lluvia y aprovecharla posteriormente, mejorando así la calidad ambiental de las ciudades. "Las ciudades se han convertido en suelos impermeables y eso es lo más alejado de la sostenibilidad", incidió.
De este modo, los participantes coincidieron en que en los últimos años se ha acelerado el desarrollo de políticas verdes favorables que contribuyen a crear un entorno más sano. Aún así, Chayma Bouchafra, vocal de Sostenibilidad y Medio Ambiente del Consell de la Joventut de València, manifestó que no se está yendo al ritmo adecuado y que convendría comenzar a priorizar ciertos aspectos para poder cumplir los objetivos planteados de cara a 2030.
Además, destacó la relevancia de conectar con los colectivos más jóvenes: "Tenemos que formar parte de la toma de decisiones; hay que visibilizar estas temáticas y acercarlas al ámbito juvenil a través de la educación en los colegios, talleres o las redes sociales. Los jóvenes somos los que más implicados estamos, somos el presente y somos el futuro", defendió.