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ENTREVISTA CON EL SOCIO DIRECTOR

Ignacio González (AVD Consultores): "Nuestro gran problema es que la mayoría de pymes no exportan"

13/02/2018 - 

VALÈNCIA. Ignacio González, socio director de la consultora valenciana AVD Consultores, está acostumbrado a viajar a lo largo y ancho del planeta. De ahí que conozca en profundidad los problemas a los que se enfrentan las empresas, sobre todos las pequeñas y medianas (pymes) compañías, a la hora de internacionalizarse.

Pero no solo eso sino que también es un gran conocedor de lo que sucede en las áreas geográficas por las que se mueve, precisamente en un momento especialmente convulso en muchas de ellas. De ahí que este diario tocase a su puerta para repasar los 'puntos calientes' del planeta, además de saber su opinión sobre la problemática de la pyme a la hora de instalarse fuera de España.

-¿De qué áreas geográficas del planeta hay que prestar especial atención en los próximos meses?
-En líneas generales yo diría que debemos estar atentos a todo el mundo (sonríe). Pero siendo algo más concreto a nivel macroeconómico es evidente que como en los últimos años, Estados Unidos y Asia -con China a la cabeza- serán los que marquen sin duda el devenir económico, político y social del futuro próximo. Sin embargo, las oportunidades comerciales son menos polarizadas y diría que casi en cualquier parte del mundo puede haber grandes oportunidades de negocio.

-Vamos por partes y empezamos por Estados Unidos después de más de un año con Donald Trump al frente. ¿Cómo cree que afectarán las nuevas políticas del Gobierno norteamericano y muy especialmente en lo que al comercio internacional se refiere?
-Yo creo que de momento no está afectando negativamente si lo vemos de una manera global. A pesar del anuncio de medidas más o menos proteccionistas, la realidad es que solo se han impuestos algunos aranceles a la entrada de productos muy concretos: mientras el Tratado de Libre Comercio de America del Norte (TLCAN) va ya por su sexta ronda de negociaciones, sin que por el momento se vislumbre su supresión como parecía algo inminente cuando Trump entró en el Gobierno. Estados Unidos necesita estar también abierta al comercio internacional y necesita de sus exportaciones para seguir creciendo y mantener puestos de trabajo. No olvidemos que casi el 40% del terreno cultivado en EE UU es para exportar y que el comercio internacional genera allí mas de 40 millones de empleo. Cierto es que este comercio internacional sí tiene una repercusión evidente en la actividad económica del país aunque su aporte a la distribución del ingreso no es tan significativo, de manera que probablemente no sea tan útil para reducir la desigualdad. En esto se justifica muchas veces el equipo económico del presidente Trump para 'razonar' algunas de sus intenciones proteccionistas. Sin embargo, la economía americana creció el pasado año a un ritmo en torno al 3%, lo cual es un dato objetivo claro para que nadie en Estados Unidos pueda poner en entredicho la política económica de Trump.

-De Estados Unidos a Asia, deteniéndonos en China donde la pregunta es obligada: ¿Seguirá la economía china expandiéndose y creciendo como se esperaba?
-Bueno, si nos vamos a macro cifras quizá el ritmo de crecimiento se ralentice respecto a las expectativas de años anteriores. Sin embargo, es evidente que la economía china y la estadounidense polarizarán el devenir económico del futuro y condicionará las políticas de todo el resto de los países. Para mí lo más importante no es que China crezca, que lo hace y lo hará, sino cómo crece y cómo adapta su manera de crecer contínuamente. China ya no es un país endogámico económicamente hablando. No hay que olvidar que lleva ya unos años implementando políticas de expansión, inversión y establecimiento internacional propias de cualquier país y economía occidental: además con una planificación y una estrategia muy inteligente. No olvidemos que a finales del siglo XVIII, con la dinastía Qing, China ya fue la primera potencia mundial, así que esto no es tan extraño en términos históricos. Hoy por hoy, China es el primer socio comercial de más de la mitad de los países de la OCDE. Las inversiones chinas en otros países se han multiplicado casi por diez en la ultima década, superando los 200.000 millones de dólares. Por tanto, China no hace sino ocupar el papel que le corresponde en el mundo por el tamaño de su economía.


-Vamos que nada puede parar a China...
-Bueno yo creo que lleva una inercia que es difícil parar pero si es cierto que también tiene algunas amenazas importantes. Para mí la más relevante sea el aspecto social. China tiene una población inmensa, con unas desigualdades muy grandes y unos grados de desarrollo regional también muy desproporcionados. Esto les va a llevar a tensiones sociales muy grandes y veremos como el Gobierno es capaz de manejarlas. Por otro lado está el problema de su moneda, el yuan, que de momento pueden mantener el no tener un tipo de cambio flexible porque tiene un superávit comercial muy grande. Sin embargo, en el momento en que sus reservas mermen un poco, veremos cómo les afecta porque si no flexibilizan su  moneda terminará ahogando a sus clientes.

-Seguimos en Asia y otra de las preguntas obligadas es si la situación desafiante de Corea del Norte ¿podría poner en riesgo o desestabilizar el orden mundial actual?
-En riesgo desde luego que sí lo está poniendo y esto es una realidad. El riesgo en sí mismo es el elemento subjetivo, es decir, un presidente norcoreano completamente impredecible y un presidente norteamericano de reacciones poco tendentes al diálogo. Hasta la fecha, las sanciones y advertencias no han dado ningún fruto. Pero en el fondo quien realmente puede forzar una situación más dialogante en Corea del Norte es China. El 85% del comercio de Corea del Norte es con China y el 7% con Rusia, así que como puedes imaginar las sanciones comerciales de Estados Unidos o la Unión Europea (UE) apenas afectan a la economía norcoreana. Aún con todo pienso que la 'batalla estratégica' en Asia está más abajo: en el control de las aguas del mar de China y el estrecho de Malaca.

-De Asia a Europa donde parece que la economía de la UE parece que se ha quedado a remolque de los dos gigantes como son EE UU y China. ¿Cómo ve el futuro de la Unión Europea en este momento tan convulso donde se sigue negociando sobre la 'desconexión' del Reino Unido (Brexit) y el auge de los nacionalismos?
-Personalmente pienso que la UE se encuentra en una encrucijada compleja y de difícil solución. Es evidente que no vamos a poder competir de igual a igual con Estados Unidos y China, pero sí es cierto que la pérdida de unidad en la UE nos debilita frente al resto del mundo. Somos el continente que menos crece desde hace ya algunos años y la UE no consigue ser realmente una unión de estados. Hasta que los países de la Unión Europea no sean capaces de renunciar a parte de su soberanía -y Alemania y Francia no entiendan que ellos solos nunca conseguirán los objetivos de la UE por sí solos- será muy difícil ser realmente un bloque solido y competitivo en este nuevo mundo. Tenemos que entender que en Europa solo hay pequeños estados y el principal problema de la toda la historia en Europa es precisamente eso. Nunca hemos entendido que somos todos pequeños estados y especialmente en el mundo actual jamás seremos competitivos sino estamos y funcionamos unidos, con una unión monetaria y fiscal común, con un control de fronteras común, con un ejercito y una política de defensa común.... En definitiva: con un interés común y no con 28 intereses distintos. Sin lugar, la única manera es convertirnos en algo así como 'los Estados Unidos de Europa' aunque si bien es cierto que se me hace difícil una concepción unitaria de Europa sin el Reino Unido. No es fácil predecir lo que va a pasar en nuestro continente, parecía que la extensión hacia el este de Europa sería una opción pero el resurgimiento de algunos nacionalismos y el doble juego ruso no parece que sea la opción más clara.

-Nos quedamos en España, ¿cómo ves nuestro posicionamiento a nivel mundial especialmente en el ámbito comercial? ¿Están nuestras empresas preparadas para competir en un mundo global?
-Esta pregunta necesitaría una respuesta muy larga. Si te quedas con los titulares -donde leemos que las exportaciones crecieron sobre el 10% el pasado año-, podríamos decir que vamos por el buen camino. En cambio, si hacemos un análisis un poco más profundo, la realidad no es tan positiva. Si bien es cierto que exportamos más, también es cierto que importamos más. De hecho el nivel de importación sube más que el de exportación, por lo que la balanza no es tan positiva. Para mí lo realmente importante es ver dónde vendemos y quién vende. Más del 70% de nuestras exportaciones van a la Unión Europea y más del 80% de estas a Francia, Alemania, Reino Unido e Italia. Por otro lado, teniendo en cuenta que en torno al 98% de las empresas españolas son pymes y el 97% facturan menos de 2 millones de euros, estas deberían tener un mayor peso en el valor de nuestras exportaciones y no es así porque cerca del 97% del valor de nuestras exportaciones viene de las grandes empresas. Es decir, nuestro gran problema es que la pyme no exporta, a nuestras empresas les cuesta mucho ver su negocio más haya de sus fronteras.

-Entonces, ¿cuál cree que es el principal problema para internacionalizar las empresas españolas y especialmente las pymes?
-En general, las grandes empresas en España sí que tienen una posición internacional buena y cada vez mejor. Tienen capacidad financiera para establecerse fuera y pueden asumir -y minimizar- los riesgos de la internacionalización. Sus estrategias son completamente distintas a las de las pymes. Estas empresas pueden planificar a medio y largo plazo, acceden a financiación, pueden establecerse comprando empresas locales y hacer fuertes inversiones en destino, centros productivos... Pero el mundo de la pyme es distinto. Por un lado, hay un tema cultural, cuesta mucho ver su negocio local establecido en otros países, faltan personas cualificadas dentro de las empresas para planificar y desarrollar un posicionamiento internacional solido y, sobre todo, falta un entorno apropiado que facilite y ayude el desarrollo internacional de la pyme española. La salida al exterior de una pyme es un proceso, largo, complejo y lleno de incertidumbres. Supone planificación, estrategia e inversión a medio y largo plazo. La mayoría de veces los intentos se quedan a mitad porque salir fuera es muy costoso. En España no hay ayudas ni financiación adecuada para estos procesos. No puedo entender que existan muchas ayudas publicas y programas de subvenciones para cualquier tipo de I+D y no las haya para la internacionalización. Acaso ¿la internacionalización no es I+D? Para mí la internacionalización es I+D comercial.

-Y desde AVD, ¿cómo es su experiencia ayudando a las empresas en sus procesos de crecimiento y expansión internacional?
-Nos encontramos con perfiles muy diversos de organizaciones. Algunas más preparadas que otras para salir al exterior. Lo más importante es tener una buena planificación y saber el camino a seguir. Primero es muy importante que la organización esté preparada para estos procesos porque a veces es necesario hacer algunos cambios internos antes de empezar. Es importante contar con una financiación adecuada sabiendo que esto es una inversión a medio y largo plazo y que seguro que habrá imprevistos. Hay que estudiar y elegir el país o región donde introducirnos, no dejarnos guiar por experiencias de otros o por tendencias o datos muy globales. Es también básico conocer barreras legislativas, limitaciones de producto, aranceles y, en algunos países, es clave entender los sistemas políticos porque en regiones emergentes cualquier cambio político supone parones y cambios de inercias muy importantes. 

-¿Algún ejemplo?
-Vamos a vivir un 2018 especialmente inestable en Latinoamérica, con elecciones en nueve países de la zona, lo que sin duda va a afectar a la mayoría de empresas que trabajan allí, especialmente a aquellas que tengan que ver con el sector público. Todo este tipo de cosas, entre otras muchas más, son las que debemos intentar prever y asumirlas como algo normal en cualquier proceso de establecimiento internacional. Y, por último, como en cualquier proyecto de riesgo hay que saber cuándo parar y dar marcha atrás si entendemos que no va a salir como esperábamos. No hay fórmulas ni modelos de éxito. He participado en muchos procesos de internacionalización, y te aseguro que cada uno ha sido completamente distinto al anterior.

-En fin que queda claro aquello de 'internacionalizarse o morir'...
-No sé si diría morir pero desde luego que en un país como España de apenas 47 millones de personas, si quieres crecer no queda otro remedio. Además la competitividad va muy ligada al tamaño: si no creces no eres competitivo, los negocios exclusivamente de mercado doméstico  suelen ser pequeños y efímeros.

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