VALÈNCIA. Este domingo y dentro de la 33ª edición del Festival Internacional Cinema Jove se presenta #Indestructible, la película documental (58') que gira en torno al proceso de amputación parcial de una pierna y recuperación del promotor musical Quique Medina. Periodista, colaborador de Cultur Plaza y personaje de sobra conocido en la escena musical –también estatal; solo hay que ver las cesiones de derechos que han hecho algunos grupos para la banda sonora–, el film arranca horas después de uno de los momentos "más terribles de dolor" después de 20 años y cinco prótesis. "Era domingo por la noche y le envié un mail a mi médico. Le dije que no podía más. Me contestó el lunes para que ingresara el miércoles. Solo había empezado el proceso..."
En cuestión de horas, Medina decidió finalmente amputarse la pierna. Era en parte un fracaso a tantos años de lucha y tratamientos, pero era también una solución de la que necesitaba hacer partícipe a sus más próximos. Tuvo que convencerles él. "Y, a la vez, sabía que tenía que contarlo de alguna manera para otros. Pensaba que haría algo periodístico, que lo escribiría, pero pensé en Kill The TV y les dije que vinieran a casa a grabarme", cuenta el promotor musical a este diario. Iñaki Antuñano y Ferran Toledo no tardaron mucho en reaccionar, "aunque no tenían ni idea de tema". Le grabaron durante sus últimos días antes de la amputación y optaron por no acudir a la Clínica Navarra donde fue la operación.
Ese es el único break visual en un año y medio de proceso inagotable durante el cual Medina no solo es paciente, sino que trata de generar a su alrededor la comprensión suficiente para salir adelante con la recuperación. Eligió a Kill The TV porque era "gente de confianza, aunque tampoco amigos. Pero sabía que entenderían todo esto aunque no supieran nada. Les dije que no se asustaran, que tenían que hacer este viaje de contarlo conmigo". Más allá del miedo en la Clínica, del impacto en la familia, el proyecto encontró a TV ON Producciones para materializarse.
Medina codirige con Antuñano el film, aunque le otorga a éste todo el peso creativo del resultado final. Ambos son conscientes de cómo "la intimidad se fue abriendo poco a poco y el relato creciendo. No queríamos hacer nada sensacionalista", comenta Antuñano, "pero por otro lado tenía que ser real", marca Medina. Ese es el complejo equilibrio que han sorteado desde todas las partes de la producción, además de ambicionar "un relato universal que trascienda a aquellas personas que conocen a Quique".
Si el cine documental acostumbra a ser imprevisible, en este caso el viaje junto a Medina y sus familiares fue mucho mayor. Reikiavik, Cádiz, Tarragona, València, hospitales y clínicas van generando los paisajes de un relato muy personal en el que también nace, crece y, sobre todo, da sus primeros pasos Quique Medina junior. "Es un material sensible que puede tocar el corazoncito de manera demasiado fácil. Se presta a eso, así que desde el primer momeno trabajamos para huir de ello", comenta Antuñano.
El mismo director destaca a este diario la dificultad de "encontrar un momento bajo en Quique. Han sido muy pocos y eso nos ha preocupado dentro del relato porque era poco verosímil que la persona que estaba viviendo todo este proceso estuviera tan entera todo el tiempo. Hemos encontrado algunos rincones, pero ha costado que hubiera drama en el personaje principal. No obstante, así es el cine documental y así tenemos que reflejarlo, pero de verdad que nos ha preocupado".
Hay muchos otros personajes más allá de Quique con los que se genera una empatía y relación directa. Aunque la decisión es suya –y convence y sigue convenciendo a su entorno de ser el paso más adecuado– el dolor físico que sufre tras la amputación y el proceso de recuperación generan relatos paralelos también interesantes. "Al menos, creo que la gente llegará a ser consciente de lo difícil que ha sido volver a andar", comenta Medina. Proceso que, alegóricamente, además, vive en paralelo al de su propio hijo.
La película guarda momentos y ramificaciones en el camino "totalmente inesperadas", comenta Antuñano y confirma Medina. El relato que nació de manera abrupta, sabiendo que se quería filmar el proceso, tampoco encontraba un final claro porque se iban aglutinando nuevas aventuras. Entre otras se encuentran los viajes por España, tanto familiares como de trabajo, una travesía en mar abierto meses después de la amputación, los cambios en el proceso de rehabilitación, la crianza del hijo y la insólita conexión islandesa.
Antuñano también ha trabajado junto a Toledo y el también guionista Andreu García por "estimular a un público amplio más allá de los círculos directos o de los interesados por los ámbitos profesionales de Quique. Mucha gente se puede ver reflejada en su historia", dice. Para Kill The TV, asegura, "ha sido un aprendizaje cinematográfico, pero también personal. Desde que volvió de la operación en Pamplona no ha dejado de alentarnos y animarnos por encima de nuestras propias ganas", concluye. El domingo en la Filmoteca de València y a las 18 horas se presentará por primera vez la película, aunque antes incluso de su programación apenas se pueden conseguir entradas para el pase.
#Indestructible ha sido producida por TV ON Producciones (con el apoyo del Institut Valencià de Cultura, el ICAA del Ministerio de Culttura y Deporte y À Punt Mèdia), dirigida por Iñaki Antuñano y Quique Medina y escrita por Andreu García y Ferran Toledo. Además de la música incidental y propia de Vincent Barrière, cuenta en su banda sonora con canciones de McEnroe, Gilbertástico, Bigott, La habitación roja, Senior i el Cor Brutal, Mujeres y Modelo de Respuesta Polar.