VALÈNCIA (VP). Utilizar la arquitectura como vehículo para generar emociones, para comunicar. Esa es la visión de Arcotectura, estudio de arquitectura y diseño multidisciplinar valenciano. «El nombre en sí mismo refleja la filosofía del estudio. Arcotectura es un acrónimo de arquitectura y comunicación. Nosotros entendemos la arquitectura y el interiorismo como una experiencia», comenta Pablo Izquierdo, CEO del estudio que acaba de cumplir diez años.
Diez años en los que, tal y como señala Izquierdo, han cambiado bastante las cosas. Empezaron en un pequeño estudio en Benimaclet y ahora acaban de inaugurar unas instalaciones en Massamagrell, con más de 1.000 m2 y taller propio de carpintería. Y de desarrollar proyectos en València, han extendido su actividad a toda España y a las principales capitales europeas. «Realizamos proyectos creativos muy dispares, si bien estamos especializados en diseñar espacios de trabajo, arquitectura comercial y arquitectura efímera. La mayoría de nuestros clientes son empresas que buscan potenciar su imagen y generar experiencias de usuario en sus oficinas, showrooms, tiendas o stands feriales».
Eso se ha traducido en que en estos diez años «hemos crecido a un ritmo de vértigo». Para el CEO de Arcotectura, una de las razones de esa evolución es su capacidad de adaptar su modelo de negocio «a unos tiempos cambiantes y de crisis constantes para el sector. Supongo que hemos dado con una fórmula que funciona para nuestros clientes y por eso la cartera no para de crecer».
Un crecimiento que, aún siendo importante, no deja de ser secundario a sus dos principales objetivo: ser fieles a la visión original de ayudar a comunicar los valores e identidad de las empresas mediante la arquitectura; y seguir alimentando «nuestra ambición creativa y seguir descubriendo, experimentado y aplicando los recursos del estudio para que Arcotectura siga siendo un lugar feliz donde trabajar y desarrollarse profesionalmente».
¿Cuál es el valor diferencial de este estudio?
Destacaría dos aspectos. Por un lado el relato. No hacemos arquitectura de egos, ni buscamos imponer nuestro lenguaje sobre la identidad del cliente. Ofrecemos arquitectura ad hoc, para que la experiencia de usuario sea personalizada y singular, que cuente su relato. El proceso creativo es siempre el mismo, escuchar y entender las necesidades del cliente para diseñar espacios que resuelvan, tanto las necesidades funcionales como los objetivos comerciales, de comunicación, de bienestar, de cultura de empresa, de productividad, …
El segundo aspecto es la sostenibilidad. Estamos muy comprometidos con el reciclaje y la promoción de una gestión forestal sostenible, por lo que solo hacemos uso de madera de plantaciones con certificado PEFC y FSC.
¿Qué proyectos tenéis en marcha?
Tenemos muchos frentes abiertos. Por ejemplo, estamos desarrollando una nueva unidad de negocio basada en la generación de arquitecturas y entornos virtuales para el metaverso. Pero solo esto daría para una entrevista completa, (se ríe).
Sin duda el proyecto que nos está dando mayor visibilidad este año son las oficinas de Zeus en la Marina de València. Son un cliente muy especial para nosotros, porque siempre nos plantean retos complicados. Estas son las terceras oficinas que diseñamos para ellos y suponen un gran escalón en la evolución paralela que hemos vivido junto a ellos. Es un proyecto apasionante en el que hemos podido aplicar muchos de los conceptos de oficina del futuro con los que nos identificamos.
Se trata de un edificio singular, en un entorno espectacular, con vistas al mar y en el epicentro del ecosistema tecnológico y emprendedor en el que se está convirtiendo la Marina de Valencia. Por un lado, hemos diseñado el edificio como un itinerario con un objetivo comercial, donde cada espacio que encuentra el visitante comunica los valores de la empresa y te invita a seguir explorando y adentrándote en su cultura.
En este proyecto, las oficinas de Zeus en la Marina de València, habéis creado un concepto de oficina Smart Visual Data, ¿en qué consiste?
Hemos conseguido generar una experiencia tecnológica muy completa para los usuarios, integrando los paneles de visualización con los KPI’S que deben medirse para tomar decisiones estratégicas.
La neuroarquitectura estudia, desde los años 60, como los espacios que construimos afectan al estado emocional, pero hoy eso está especialmente motivado por la pandemia. Existen cientos de organizaciones cuestionando el futuro, el rol y la finalidad de los espacios de trabajo.
Para nosotros este concepto de oficina Smart Visual Data, con espacios abiertos, flexibles, que ponen el foco en generan el bienestar mental de las personas y que permiten a las empresas medir el confort, la productividad, la calidad del aire, la ergonomía, la iluminación e incluso la alimentación saludable durante la jornada laboral son un enfoque coherente al escenario post-pandemia.
Sois colaboradores de València Capital Mundial del Diseño, ¿por qué decidisteis sumaros?
Porque comulgamos con la idea de que el diseño debe ser motor económico, cultural y ambiental de la sociedad, convirtiéndose en agente innovador y porque queremos contribuir activamente a que este legado permanezca, creando las bases de una ciudad más sostenible, más humana y con mayor calidad de vida.