VALENCIA (VP/EP). La pintora y fotógrafa valenciana Patricia Iranzo aterrizará la semana que viene en Nueva York para llevar a cabo su proyecto 'Mannahatta Portraits', un retrato colectivo de los descendientes de los indios de la isla de Manhattan.
La idea surgió hace 15 años, en 2002, cuando una pareja de turistas norteamericanos irrumpieron en su estudio de Valencia de manera amable y le hablaron de las posibilidades que tenía la Gran Manzana y le lanzaron una invitación para que los visitara.
Dos años después, les tomó la palabra y se presentó allí, para confirmar que la invitación iba cargada de una hospitalidad desbordante. Su estancia en Nueva York marcaría una nueva impronta en su obra, que más tarde expuso en Pennsylvania, donde ya se vislumbraba la semilla de su actual proyecto.
Algunos de los asistentes a aquella exposición le comentaron que tras esos retratos, que ella tituló como "retratos de nadie", se adivinaban los rostros de los indios nativos americanos.
Tal fue la curiosidad e inquietud que dejó en Patricia aquel comentario, que lo que no sabía es que iba a ser el detonante de un futuro proyecto, que hoy está a punto de ver la luz. Tras un año de larga espera para tener el visado y todos los trámites en regla, Patricia Iranzo aterrizará en Nueva York la semana que viene con el objetivo de localizar al menos a una veintena de los descendientes de la tribu Lenape, que sigan viviendo en Manhattan.
Una vez localizados, su idea es retratarlos valiéndose de su método de trabajo, en el que combina la fotografía y la pintura. Su proyecto pretende hacer una reparación transgeneracional basado en la memoria histórica. Como explica la artista, "el retrato tiene una connotación de "ser mirado" o "ser reconocido"; es lo que se conoce como reparación transgeneracional y es el objetivo que persigue con su proyecto.
"Realizar un reconocimiento a esos descendientes, a ese pueblo olvidado en un territorio que no hace tanto tiempo era suyo, con la mirada puesta en cada uno de ellos. Ampliando la mirada al mayor número posible de personas", dice la autora en un comunicado.
La obra de Patricia Iranzo se basa en el concepto de linaje, ya que cada uno de los retratos no los entienden en su individualidad, sino que "al trabajar con cada uno de los descendientes, trabaja al mismo tiempo con todo un linaje ya que cada uno de nosotros forma parte de lo que fueron sus padres, abuelos y toda su ascendencia genealógica. El hecho de que permanezcan en el mismo territorio a pesar de los cambios, indica que hay un anclaje potente que perdura en el tiempo. El interés se centra en el individuo como contenedor de algo más, de la memoria histórica y biológica de un clan".
En un segundo momento, cuando ya tenga localizados, fotografiados y retratados a los descendientes de los indios Lenape, su objetivo es hacer una exposición de esos retratos en gran formato, en espacios públicos visibles en las calles de Manhattan; para mostrar a la Gran Manzana quienes fueron los primeros pobladores y cómo son los rostros de sus herederos. Cumpliendo así su objetivo de reparación de un clan y cerrar el círculo de reconocimiento.
Para la artista visual, cada retrato tiene "un potencial humano considerable, cada rostro es único y expresa en cada momento aspectos subjetivos como la situación emocional, el momento de desarrollo personal y otros aspectos más objetivos como la edad biológica, la raza, el sexo, con las interferencias de construcción social que afectan a estos rasgos".
En el caso de este proyecto, el interés se centra en el individuo como contenedor de la memoria histórica y biológica de un clan. Cada individuo es el extremo final de un individuo invisible, mucho mayor que él. "Cada persona viva es la última rama de un árbol gigantesco", considera.