VALÈNCIA. El duro ERE que afronta la factoría de Ford en Almussafes es un síntoma más de la fuerte tormenta que atraviesa la automoción a nivel mundial. La crisis de componentes, las malas ventas del coche eléctrico, la competencia china o la necesidad de invertir en infraestructura de recarga son solo algunos factores que han llevado a la mayoría de fabricantes a repensar su hoja de ruta. Y la determinación en la mayoría de los casos es clara: la electrificación se retrasa y los modelos híbridos ganan protagonismo en el mercado. Así lo han decidido marcas como Ford, Toyota o Mercedes, entre otras. Una decisión que ha agitado al sector, que ha tenido que mover ficha para adecuarse a una realidad no prevista.
Ante esta tormenta, la gran duda que surge es el futuro de la gigafactoría de celdas de baterías de Volkswagen en Sagunt. No tanto por su desarrollo, sino por si se mantendrán las dimensiones y la planificación prevista para su puesta a punto en 2026. Desde PowerCo Spain, filial de la multinacional para su negocio de baterías, aseguran que siguen con el calendario marcado y mantienen 2026 como fecha de inicio de la producción. De hecho, señalan que las obras para levantar la fábrica están en marcha desde este pasado mes de mayo.
No obstante, en el sector existe incertidumbre. Y más teniendo en cuenta que la propia Volkswagen ha aplazado sine die la ejecución de una cuarta gigafactoría en Europa y ha demorado la salida de modelos eléctricos ante las malas ventas en el mercado. Por ello, la duda ahora es si los retrasos en la electrificación de la automoción a nivel general pueden acabar afectando en un futuro a los planes de la planta en Sagunt.
"Si no se venden eléctricos en Europa y fata un año para que la gigafactoría de Volkswagen en Salzgitter (Alemania) empiece la producción, no sé si será muy necesaria la de Sagunt", comenta Toni González, alcalde de Almussafes y presidente de la Asociación de Ciudades Españolas de Automoción y Componentes (ACEAC). "No digo que no se vaya a acometer porque se acabará construyendo y entrará en producción, pero puede que se amplíen los plazos y que en lugar de generar 3.000 empleos directos sean 1.000", comenta.
También desde la automoción valenciana temen esa posibilidad, dado que no serán necesarias tantas baterías para coches, dado que muchos modelos inicialmente previstos no saldrán al mercado. Ahora la apuesta transitoria de la mayoría de fabricantes de vehículos son los modelos híbridos o híbridos enchufables. De hecho, las mismas fuentes aseguran que la propia empresa podría estar "repensando el futuro respecto a su apuesta por el eléctrico".
"La cuota en España de vehículos eléctricos es del 10-11%, pero estamos estancados desde hace meses. En Europa es del 23%, pero lleva cuatro meses bajando", incide González, quien lleva años advirtiendo de que los tiempos y la flexibilidad no acompañaban al sector en esta transformación. Por ello, reclama incentivos para animar a las compras de este tipo de coches por parte de la ciudadanía y exige una apuesta decida de las Administraciones con el sector.
Una petición que también hace Francisco Segura, presidente del clúster AVIA, para quien las empresas necesitan alivio financiero para mantener estos años de travesía. "Necesitamos un plan de financiación específico para que el sector pueda sobrevivir en el presente y abordar proyectos de futuro", subraya. Y es que, aunque la mayoría de empresas valencianas han diversificado y minimizado su dependencia de Ford Almussafes, reconoce que la industria atraviesa un "mal momento"y han tenido que ajustar plantillas y proyectos. "Financieramente, las empresas no pasan un buen momento", subraya.
Su diagnóstico es que la mayoría de firmas hicieron una fuerte apuesta por la electrificación, pero las ventas no han acompañado porque el cliente detecta que falta infraestructura y valora mucho los precios. No obstante, incide en que la electrificación es el futuro y ahora se está en una travesía de planificación. "La penetración ha sido más lenta de lo esperado, pero llegará", incide para pedir apoyo a la Administración.
De hecho, la "inacción" del Gobierno en favor de la electrificación ha sido el motivo que ha llevado al presidente ejecutivo de Seat/Cupra, Wayne Griffiths, a dimitir de la presidencia de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac).
"En diciembre renové como presidente de Anfac porque el Gobierno se comprometió a ser un aliado del sector, y a poner en marcha rápidamente medidas concretas y eficaces. En el Foro Anfac del pasado mes de febrero, el presidente del Gobierno también se comprometió a revisar el Plan Moves y a impulsar la infraestructura de recarga. Estas medidas no han llegado", ha explicado Griffiths.
Por el ello, el sector alza la voz ante una complicada situación que atraviesa la industria automotriz. Y ello para no perjudicar planes millonarios, como la gigafactoría en Sagunt, que suma una inversión cercana a los 3.000 millones de euros y generará miles de empleos entre directos e indirectos. Pero también, para no mermar más el empleo. Solo el nuevo ERE de Ford supone destruir cerca del 33% de la plantilla actual, al afectar a 1.600 trabajadores de los 4.900 que hay actualmente en la factoría.