BRUSELAS. “Esta situación es muy seria”. Con estas palabras comparecía la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, junto con el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, pasadas las once de la noche. Durante casi cinco horas, los gobernantes de los 27 Estados miembros de la Unión Europea pusieron sobre la mesa las cifras de una pandemia que no remite casi un año después y que, por el contrario, arrecia con más virulencia pese a haber iniciado el proceso de vacunación a nivel continental. Restricción de los viajes no esenciales, obligatoriedad de tests y cuarentenas, y refuerzo económico para la investigación de la variante británica de la covid-19, son las principales medidas que deberán adoptarse de forma coordinada la próxima semana.
El presidente Charles Michel dijo que, “tanto la mutación británica del virus, como otras que circulan por Europa son preocupantes". Por ello insistió en que sean de reforzar las medidas restrictivas y, en especial, homologar los tests rápidos de antígenos. “Hay que estar extremadamente vigilantes y reforzar las fronteras exteriores, pero mantener abiertas las internas para que siga funcionando el mercado interior”, manifestó.
De otro lado, insistió en la movilización de fondos para la investigación y compra de vacunas. Por un lado, ambos mandatarios defendieron que "los contratos de los laboratorios tienen que ser respetados y éstos deben entregar las dosis contratadas al mismo tiempo a todos los Estados miembros, para una distribución sin más tardanza”. La presidenta von der Leyen advirtió que “la situación es muy seria por las mutaciones del virus” y manifestó que “tenemos que ser eficientes en el proceso de vacunación para recibir el mayor numero de dosis en las próximas semanas”.
La polémica había saltado a principios de semana, cuando el laboratorio Pzifer, el primero en ser autorizado para la distribución de la vacuna, anunció que iba a posponer las próximas entregas varias semanas para poder abastecer a países terceros, debido a que su capacidad de producción no era suficiente. Las alarmas habían saltado hace una semana cuando algunos países no seguían con la rapidez acordada la estrategia de vacunación. Esta ralentización fue aprovechada por el laboratorio para anunciar que pospondría los envíos de las dosis.
La Comisión Europea y varios países de la Unión comunicaron al laboratorio que no iban a permitir la suspensión de la distribución ni su ralentización, ya que había un protocolo de entregas firmado con el precontrato y los contactos subsiguientes, y que los “acuerdos tenían que cumplirse”, como ha recordado en esta Cumbre telemática. Pzifer se había dirigido ya a algunos países, como Italia, para comunicarle que no recibiría las dosis contratadas en tres o cuatro semanas. El gobierno italiano anunció ayer al laboratorio que le demandaría.
Otro punto importante que ha aprobado el Consejo, a propuesta de la Comisión, es la emisión de “certificados de vacunación”, a los que no han querido llamar pasaporte covid, un proceso que debe armonizarse a nivel internacional. Para ello se necesitan datos adicionales, como la vigencia de la vacuna en las distintas mutaciones. Por ello, explicó Von der Leyen, “debemos reforzar la investigación médica y realizar más secuenciaciones de los tests positivos para mantener las fronteras abiertas”.
Respecto a las medidas restrictivas, la presidenta añadió que “las nuevas variantes están diseminadas por toda Europa y hay que hacer un mapa con categorías de zonas rojas que requerirán test y cuarentena”. El Consejo comparte que el viaje no esencial será restringido y, en caso de viajeros que cruzan desde fronteras exteriores, antes de partir tendrán que hacerse el test.
Los certificados de vacunas consistirán en un documento de vacunación, que consiste en un estándar global ya existente: la cartilla amarilla de vacunas. El momento en que deba usarse aún hay que considerarlo “muy cuidadosamente”, explicó Von der Leyen. Primero hay que averiguar cuánto tarda la vacuna en hacer efecto, porque “aún no lo sabemos”, reconoció la presidenta. También incidió en la importancia de respetar “los derechos de aquellos que no tienen acceso a la vacunas y cómo proteger los datos personales de los ciudadanos”.
La presidenta de la Comisión no escondió sus dudas sobre la nueva estrategia de control de la pandemia. “No olvidemos que la pandemia es global y, en pocos meses, tendremos más vacunas de las que necesitamos”. Por ello, se refirió al proyecto mundial de solidaridad, COVAX, que abastecerá a los países del tercer mundo que no tienen acceso a la vacuna. “Hay una parte del mundo, las más pobre, que no tiene acceso y, a través de COVAX, haremos una distribución solidaria de alguna de nuestras vacunas. Cuanto más tiempo circule el virus, el peligro crecerá para todos”, declaró.
Los líderes de la Unión Europea insistieron en que “el virus está completamente diseminado, pero hay que mantener las fronteras abiertas para los trabajadores transfronterizos, por ejemplo”. Para ello, se estudiará una forma de coordinar la apertura de fronteras entre regiones y habrá que dividir entre una zona roja oscura o clara, ya que casi todo el mapa europeo es rojo. “Lo más urgente es que tenemos que restringir los movimientos no esenciales. El lunes de discutirá cómo coordinar esto”, explicó Michel.
Otra de las grandes preocupaciones, a la vista del irregular proceso de vacunación, es “cómo vacunar al 70% de los adultos para el verano”. Von der Leyen se refirió a esta dificultad al tratarse de "una vacunación masiva a escala continental que no se ha hecho antes nunca”. Y añadió que habrá que “coordinar las medidas restrictivas para que no amenacen a zonas que tienen una diseminación del virus semejante, aunque estén en países distintos”. Puso como ejemplo que, en una zona rojo oscura, no podrá haber viaje excepto para trabajadores esenciales o transfronterizos.
La próxima semana se debatirá cómo establecer y coordinar las restricciones entre países con diferentes situación en su mismo territorio. El presidente del Consejo emplazó a los Estados para seguir discutiendo, porque “hay que tomar medidas restrictivas adicionales para los viajes no esenciales, al tiempo que no hay disrupciones en el mercado interior”. Pero, insistió Michel, no pueden cerrarse las fronteras, “no puede puede sufrir más la economía”. Y añadió la necesidad de que “hay que movilizarse para estudiar la nueva variante del virus y reforzar la investigación con más fondos".
Estas medidas se unen al establecimiento de un marco común para el uso de pruebas rápidas de antígenos y el reconocimiento mutuo de los resultados de las pruebas covid-19 en toda la Unión. El reconocimiento mutuo de los resultados de las pruebas de infección por SARS-CoV2 transmitidos por organismos sanitarios certificados es fundamental para facilitar el movimiento transfronterizo, el rastreo y el tratamiento de los contactos transfronterizos.
Los componentes clave de esta recomendación incluyen la validación y el reconocimiento mutuo de las pruebas rápidas de antígenos y las pruebas de RT-PCR entre los Estados miembros, el intercambio de un conjunto estandarizado de datos (a través de una plataforma digital), el desarrollo de una lista común de pruebas rápidas de antígenos de covid-19, la priorización de situaciones para el uso de tales pruebas (por ejemplo, contactos de casos confirmados, grupos de brotes), y otros. La recomendación también incluye disposiciones a prueba de futuro para abordar los desafíos de la pandemia en evolución: la lista común de pruebas rápidas de antígenos adecuadas debe ser lo suficientemente flexible para agregar o eliminar aquellas pruebas cuya eficacia se ve afectada por mutaciones de covid-19.