VALÈNCIA. El 8 de diciembre, fiesta de la Inmaculada Concepción hace tres lustros, el Arzobispo de Valencia D. Agustín García-Gasco Vicente, firmaba públicamente en la Catedral el Decreto de erección de la nueva Universidad Católica en Valencia: la Universidad San Vicente Mártir. En estos quince años de andadura esta joven Universidad, se ha abierto paso y acreditado en el panorama universitario, se ha desarrollado de manera increíble, en medio de dificultades inherentes a todo nuevo nacimiento y crecimiento. Desde el principio ha tenido como marco y como horizonte, los documentos que rigen y orientan las Universidades Católicas conforme al pensamiento y criterio, sobre todo de San Juan Pablo II.
Tras quince años nos hallamos en una nueva etapa en la Universidad y en una nueva situación histórica, social, cultural y eclesial, en la que la que la UCV en la que se siente llamada a aparecer en todo su dinamismo como lo que es, y expresarse con verdad y libertad, en conformidad a lo que es. No puede ni quiere estar ausente, autoreferenciada o como si nada ocurriera o nada le afectase, sino que tiene la voluntad de hacerse presente como "Universidad Católica" que no es un solo sustantivo; ni "católica" es un mero adjetivo calificador, ni "universidad" es un mero medio o una estructura para fines ajenos, como si los confesionales lo fueran.
La UCV se ha dado a sí misma su Ideario o identidad y su Proyecto quiere fundarse en fundamentos sólidos, orientación y perspectivas claras y unitarias conforme a la Constitución Apostólica Ex Corde Ecclesiae, como también en lo que le atañe -y es mucho- la Const. Ap. Gaudium de Veritate del Papa Francisco, claves en en estos momentos y para el futuro.
La UCV quiere llegar a ser una Universidad de excelencia, reconocida en los rankings universitarios, lo cual entraña, según su Equipo de Gobierno y su Claustro de Profesores, una Universidad de máxima calidad y con total identidad, que sin disminuir un ápice su carácter estrictamente universitario, al contrario, tiene como finalidad llevar a cabo una nueva evangelización en el campo de la Universidad y de la cultura, es decir llevar a cabo la obra de "renovación de la humanidad con hombres y mujeres nuevos conforme a la novedad del Evangelio" (Pablo VI).
Enseñar y aprender el arte de vivir (Benedicto XVI) que vemos en el Evangelio vivo, Jesús, el Hijo de Dios y Hombre Nuevo, introducir la savia del Evangelio en la comunidad universitaria y así en la sociedad, para que surja una sociedad nueva en sus criterios inspiradores de su conducta y comportamientos, en su pensamiento y modos de acción, y modificarlos si están en contraste con el Evangelio o confirmarlos si son conformes a la recta razón y al Evangelio, como pretendió el Concilio Vaticano II, contribuir desde su campo específico a que haya una fe que se hace cultura, una cultura nueva según los criterios del Evangelio, teniendo muy presente el pensamiento de San Juan Pablo II en la UNESCO: "una fe que no se hace cultura no es una fe suficientemente pensada, suficientemente vivida".
A esto se siente llamada esta Universidad, desde sus comienzos y con mayor intensidad hoy, si cabe: a ser un factor señero de Evangelización de la Cultura y de educación, de humanización, en Valencia, en España, en Europa.
Esto indica que el propósito que tiene es una tarea educativa fundamental y no sólo académica e investigadora -que también-. Está en el empeño de educar, formar laicos que estén en la vida pública y privada conforme al pensamiento cristiano, lo cual significa, como obra de Iglesia que es, no olvidar su naturaleza evangelizadora.
Por eso se siente comprometida a ofrecer, sin imposiciones y en libertad, la manera propia de Iglesia de ser Universidad, que del corazón de ella ha nacido, y así ayudar a pensar en cristiano las grandes cuestiones de la vida, de Dios, del hombre y del mundo. Tras estos quince primeros años, siente como el primer día el compromiso -fortalecido con los años y experiencia- con la Iglesia y la sociedad de ser una Universidad de pensamiento sin miedo a la razón sino que la ejercite al máximo, sólida, bien fundada, libre, que busca, transmite y se apoya en la verdad, con capacidad para ser una verdadera comunidad educativa. Evangelización y educación son dos fines y dos dimensiones inseparables en la UCV, y no se entiende una sin la otra.
Desde aquí ha de verse todo el conjunto de la UVC, todo lo que constituye el campo propio de la vida universitaria en cuanto ayuntamiento de profesores y alumnos, planes de estudio, instalaciones y medios, aportación a la Iglesia y a la sociedad.
En su perspectiva propia desde el horizonte de sus comienzos se siente comprometida socialmente. Por eso insiste sin cesar, con no pocos obstáculos administrativos universitarios, en implantar titulaciones que tienen que ver con las Ciencias del Desarrollo para un desarrollo y una ecología integral, como en estos momentos también está insistiendo y promoviendo el Papa Francisco, con quien esta Universidad se siente en total sintonía, en consonancia plena con su modo de ser, orientar, y actuar desde el inicio de su pontificado.
En justicia y por la gran necesidad existente en el mundo entero, y siendo una verdadera innovación en el panorama universitario español, la UCV tal como quiere ser esta Universidad, el Grado en Ciencias del Desarrollo se ocupará en un enfoque interdisciplinar y multidisciplinar de los diversos aspectos implicados en el desarrollo humano integral y de los pueblos, de la ecología integral, expresión acuñada por el Papa Francisco como nombre propio del desarrollo. La Universidad Católica se de Valencia se siente urgida al cambio, a la renovación incesante para servir mejor a la persona y al bien común.
Hoy, con 13.000 alumnos -100.000 en estos quince años- la UCV anuncia un punto de inflexión donde pieza clave es la inauguración a inicios de 2019 de un Centro con tecnología de Simulación de referencia en España y Europa, “puesto que se trata de la reproducción de un Hospital virtual, al servicio de los alumnos de la Universidad, pero sin duda también para profesionales en ejercicio”. En el horizonte de UCV se vislumbra ya un nuevo Campus que impulsará sinergias en investigación y docencia. Otra de las infraestructuras de referencia que se inauguran en 2019 es el Centro de Alto Rendimiento Deportivo y el nuevo Centro de Formación profesional, Marcelino Olaechea, para los jóvenes que apuestan por la enseñanza profesional, junto a otros ya en funcionamiento como Laboratorios, Hospital veterinario, Instituto de Lenguas, Institutos de Investigación en Ciencias y Humanidades, al servicio de las nuevas titulaciones –UCV imparte más de 120 titulaciones entre grados, másteres, posgrados y títulos propios - que conforman un mapa consolidado. “Estamos ante una nueva etapa, de una universidad joven pero estable y confiable, desde una apuesta por la innovación, la investigación y la generación de talento”.
Otro aspecto fundamental que data desde su origen ha sido garantizar desde la Fundación UCV que nadie que quiera estudiar en sus aulas se vea privado de ello por cuestiones económicas, por lo que en estos quince años se han destinado 50 millones de euros en concepto de becas y ayudas, justificadas por el compromiso social y vocación de servicio público. En definitiva, “un estilo reputacional propio y una estabilidad que transmite confianza a los alumnos, a sus familias y en su entorno social”.