CASTELLÓ. La continuidad del Acord de Fadrell se sellará con nuevos roles y cambio de cromos antes de finalizar el mes. La necesidad de garantizar un gobierno progresista en el Ayuntamiento de Castelló obliga al PSPV-PSOE y Compromís a afrontar la crisis con altura de miras, como en realidad viene defendiendo Podem-EUPV desde el primer momento, y a asumir que la 'patata caliente' de Fiestas exigirá concesiones por los dos bandos.
La reunión de este sábado, convocada con carácter de urgencia por los socialistas, ha marcado un punto de inflexión en las negociaciones. Tanto es así que ya existe un acuerdo de mínimos para presentar a las asambleas o ejecutivas de los tres partidos que, en última instancia, deberán avalar el documento que finalmente resulte de lo que está siendo un camino de espinas.
Todo hace indicar que la coalición nacionalista terminará tomando las riendas de Fiestas, pero sin ceder como contrapartida ninguna de sus tres concejalías estrella, esto es, Cultura, Educación y Gestión de Residuos. La redistribución de competencias irá, presumiblemente, en otra dirección, que supondrá un nuevo organigrama, ligeramente distinto del diseñado con la firma del Acord de Fadrell.
Sin embargo, todavía no está definido cómo será esa nueva reorganización interna de áreas. Primero, porque ahora cada formación habrá de aprobar la propuesta con sus bases y órganos de dirección. Segundo, porque las reuniones se sucederán en las próximas semanas con vistas a pulir el texto, que sirva para blindar la alianza de izquierdas frente a futuras desavenencias.
En este sentido, sí parece decidido que Podem-EUPV gestionará los dos instrumentos de la comisión de seguimiento del Fadrell. Por un lado, el órgano de coordinación, en la que estarán representados los tres partidos con el mismo número de miembros y, por otro, la citada comisión de seguimiento, en la que el peso político de socialistas, valencianistas y morados estará en consonancia con el número de concejales que ostentan en el equipo de gobierno.
Esas herramientas de armonización verificarán en el futuro que aquellas cuestiones de enjundia en la gestión municipal se consensuarán previamente, de manera que el discurso de los portavoces no se saldrá del guión. Tampoco las votaciones de los concejales del gobierno, en el caso de que resulten necesarias por elevarse a un pleno a través de una moción, por ejemplo.
El tono conciliador esgrimido por Paco Gil (PSPV), Miguel Ginés (Compromís) y Raúl Beltrán (Podem), tras el encuentro de este sábado, confirma que por encima de intereses partidistas está el Acord de Fadrell. En consecuencia, las declaraciones de unos y otros, sin traspasar el umbral de la euforia, evidencian que las relaciones se han reconducido y que la hoja de ruta de gobernanza seguirá adelante el resto de la legislatura.