VALÈNCIA (EP). El grupo municipal socialista en el Ayuntamiento de València ha pedido este martes a la alcaldesa de la ciudad, la 'popular' María José Catalá, que investigue una presunta agresión al empleado de un restaurante supuestamente cometida por un exedil del PP en el consistorio, y que califican de homófoba.
Así lo ha exigido el edil del PSPV-PSOE Borja Sanjuán, que ha enviado un "mensaje de apoyo" a la persona agredida y a los propietarios del local, que asegura que que sienten "acosados". El condejal se ha pronunciado en estos términos al valorar las imágenes difundidas tanto por los propietarios del local como por À Punt, en las que identifica al exconcejal del PP Ramón Isidro.
Sanjuán ha considerado que deben aclararse "los hechos gravísimos que han ocurrido" en ese local, ubicado en el centro de la capital valenciana, que atribuyen a Ramón Isidro, que estuvo al frente de varias áreas municipales y fue teniente de alcalde durante los gobiernos de Rita Barberá, además de ocupar otras responsabilidades.
"Esto no puede conllevar impunidad, no puede conllevar que se tapen estos hechos y València no puede convertirse en un sitio donde hay personas que creen que pueden ejercer la discriminación y la violencia", ha manifestado Borja Sanjuán en un comunicado. Asimismo, ha considerado que si el PP "no quiere dejar ninguna sombra de duda de que está tratando de proteger a una persona afín, tiene que investigar estos hechos y condenarlos rotundamente".
Sanjuán ha criticado que el PP guarda un "silencio atronador" ante estos hechos y ha reclamado "transparencia y contundencia" en este asunto, ha mandado "un mensaje de apoyo a la persona agredida y a los propietarios del local" que, según ha dicho, se "sienten acosados".
Desde el equipo de gobierno que preside María José Catalá han explicado que los hechos ocurrieron en abril cuando era concejal de Seguridad el socialista Aaron Cano y han apuntado que existe una denuncia por lo sucedido, por lo que "son los juzgados quienes deben dirimir responsabilidades". En todo caso, han recalcado que el denunciado "no tiene ningún cargo público y político en el Ayuntamiento" de València.
Desde el ejecutivo local han explicado que, tras haber tenido conocimiento por los medios de comunicación de los hechos denunciados este lunes, el concejal de Urbanismo y Licencias, Juan Giner, llamó a la persona encargada del local "para trasladarle en nombre del Ayuntamiento su condena a cualquier agresión e insulto homófobo". El ejecutivo ha precisado que esto es algo que "no hizo el anterior gobierno cuando ocurrieron los hechos".
El gobierno ha añadido que el establecimiento "tiene desde hace más de un año problemas de licencia" ya que la tiene "de cafetería" pero ofrece servicio de restaurante". Igualmente, ha señalado que "hay múltiples denuncias de los vecinos por problemas de olores y sonidos" y ha aseverado que la Policía Local, "desde hace meses", --antes de llegar este gobierno, precisa-- ha acudido al local por denuncias vecinales, "como hace en cualquier" otro.
El edil de Urbanismo y de Licencias también les trasladó en su llamada la posibilidad de una reunión con los técnicos del Ayuntamiento "para solventar los problemas existentes".
El local, Guakame, a través de publicaciones en su cuenta de Instagram, ha denunciado su situación y explicado la agresión --y el uso de la expresión 'maricón de mierda'-- y afirma que esta persona y otros vecinos les están haciendo "la vida imposible". El establecimiento ha colgado un video para pedir "ayuda" porque asegura que no la reciben ni del Ayuntamiento ni de la Policía Local ni Nacional.
El restaurante habla de "insultos", de "tirarnos cosas a la terraza y dar vueltas observando a cada perosona que entra y sale", algo que se queda "corto" a la "cantidad de multas y denuncias que nos llegan cada semana supuestamente por el sonido del local", a pesar de que realizaron una elevada inversión para la insonorización y evitar molestias a los vecinos. En esta línea, asegura que les quieren "hundir" el negocio y piden "respeto" y que dejen trabajar a su equipo y a su drag.
En otra publicación, afirma que la Policía se presenta en el local "todos los días a cualquier hora por llamadas de los vecinos, cada vez con una cosa nueva" y critica que "ni siquiera se molesta en revisar la documentación ni los expedientes" que se le presentan. "Hemos llegado a un punto en el que trabajar se ha convertido en un reto imposible", afirman, al tiempo que expone que "es muy frustrante querer ofrecer la máxima calidad teniendo que renunciar a los shows".
Asimismo, lamentan "el desagradable trato" desde "la comunidad de vecinos", con paseos "delante del local molestando al personal". "Entran gritando y diciendo que es una vergüenza y que no quieren gente rara disfrazada" y que "no van a parar de denunciar hasta que cierre el local", señalan.