Los mercados no esperan ningún cambio significativo ni en la política económica ni en las comunicaciones de la Reserva Federal de Estados Unidos
MADRID. El dólar americano ha continuado con su tendencia bajista, depreciándose frente a todas las divisas del G10 -a excepción del dólar australiano-. Los movimientos han sido moderados, y la mayor parte tuvieron lugar en los mercados emergentes. Se hace difícil determinar un patrón, ya que,por ejemplo, el real brasileño subió con fuerza la semana pasada, pero otras divisas latinoamericanas, como el peso chileno y el colombiano, han tenido dificultades. La lira turca fue la que peor se comportó con una caída de más del 4%, ya que los inversores siguen sin ver con buenos ojos la política monetaria poco ortodoxa de Erdogan.
Esta semana, el foco estará sobre la reunión de abril de la Reserva Federal, que se celebrará el miércoles, aunque los mercados no esperan ningún cambio significativo ni en la política económica ni en las comunicaciones de la FED Los datos del PIB de Estados Unidos, el jueves, y la inflación PCE (Precios de Precios del Gasto en Consumo Personal), el viernes, también serán clave, al igual que el IPC de la zona euro de abril, que también se publica el viernes.
El clima de mejora de los datos económicos de la Eurozona se confirmó la semana pasada con un informe PMI muy sólido para el mes de abril y una clara subida de la tasa de vacunación. El BCE también se desmarcó de la subida del euro aportando poca información nueva en su reunión de abril. En general, creemos que, a medida que se vayan eliminando las restricciones y confinamientos, se hará notar la demanda contenida de los consumidores, y las sorpresas que hemos visto en EE.UU. en cuanto a datos económicos tendrán su réplica en la Eurozona (especialmente en el sector servicios). Por ello, creemos que el euro aún tiene camino por recorrer.
La reunión del miércoles del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) no debería ser muy relevante, sin cambios en la configuración de la política monetaria y con pocas comunicaciones nuevas por parte de la FED. Mucho más interesantes deberían ser los dos datos relacionados con la inflación de esta semana: el jueves, los del PIB del primer trimestre, y, el viernes, los del gasto personal en marzo. Esperamos que ambos continúen la tendencia de sorpresas alcistas en los datos de inflación, lo que debería dar pie a la siguiente etapa de los rendimientos del Tesoro. Sin embargo, no está tan claro cuál será la reacción inmediata del dólar ante las sorpresas de la inflación.
La libra esterlina ha obviado en gran medida los sólidos datos de la semana pasada de Reino Unido, que registraron un aumento de las tasas de inflación y de los precios de la vivienda, así como sorpresas positivas en las ventas minoristas de marzo y en los índices PMI de actividad empresarial de abril. El ascenso de la libra en anteriores semanas se ha visto truncado por el nerviosismo ante las próximas elecciones al parlamento escocés y la posibilidad de un segundo referéndum de independencia. Probablemente la escasez de noticias esta semana llevará a que las claves de cotización de la libra dependan de otros lugares y acontecimientos, en especial de la reunión de la Reserva Federal del miércoles.
Enrique Díaz-Álvarez es director de Riesgos de Ebury