Hoy es 11 de octubre
VALENCIA. La escalada de tensión en el Ayuntamiento de Valencia no ha decrecido en los últimos días. A falta de 24 horas de que los portavoces del Govern de la Nau (tripartito que dirige el consistorio) se reúnan antes del pleno del lunes, la discusión sobre una posible redistribución de competencias sigue viva.
Así, hasta ahora el foco se ha dirigido a la portavoz socialista, Sandra Gómez, quien sigue a la espera de que el alcalde, Joan Ribó, firme las competencias que le corresponden tras relevar a Joan Calabuig. Una circunstancia que Compromís ha querido aprovechar para realizar modificaciones en el reparto de áreas, algo a lo que la dirigente del PSPV se ha opuesto con vehemencia.
No obstante, el radio de acción de la maniobra de Ribó se ha extendido en los últimos días. Los ojos de Compromís están puestos en la figura de la concejal de València en Comú María Oliver y el volumen de competencias que ostenta: Educación, Juventud, Gestión del Patrimonio Municipal, Vivienda y Acción Cultural. Esto la convierte en la edil con más áreas de la formación, mientras que Jordi Peris ostenta la portavocía y Roberto Jaramillo, el tercero de los concejales de este grupo, es diputado provincial de Transparencia. Así, los movimientos planteados en primera instancia apuntan directamente al despacho de Oliver, puesto que una de las opciones que se baraja es que ceda más de una de sus carteras en una reestructuración en la que ella sería la más afectada.
No obstante, en una reunión celebrada el viernes de la coordinadora de València en Comú, integrada por diez miembros, fuentes de este grupo aseguraron haber acordado trasladar a Ribó un mensaje claro: no habrá reestructuración, al menos, de la forma planteada hasta ahora. En este sentido, las citadas fuentes señalaron a este diario que Oliver ha mostrado su firme rechazo al cambio de cromos planteado desde Compromís.
Una maniobra que podría considerarse más política que técnica. No en vano es conocido que el portavoz de València en Comú, Jordi Peris, mantiene una excelente sintonía con el alcalde, Joan Ribó, mientras que no ha terminado de conectar con su compañera Oliver. Así, un nuevo reparto como el planteado permitiría adelgazar el poder de ésta última.
No lo ven de esta manera en Compromís. Fuentes de la formación en el consistorio explicaron a Valencia Plaza que el movimiento va dirigido a "reequilibrar las tareas". "Hay ediles como Oliver que disponen de muchas áreas y otros como Berto Jaramillo, también de València en Comú, que no tienen apenas", subrayaron desde esta formación, para asegurar que el PSPV se vería "mínimamente afectado" por los cambios. Unos argumentos que invitan a pensar que alguna de las competencias de Gómez podría dirigirse a Jaramillo y Compromís tomar áreas de Oliver. Un juego de intecambio en el que el grupo socialista ha asegurado por activa y por pasiva que no va a entrar.
En este sentido, fuentes de Compromís consideraron que Gómez está tratando de no ceder para "reivindicarse" en una cuestión que "apenas le afecta", y recalcaron que se venía reflexionando sobre posibles variaciones "desde tiempo atrás". No obstante, las citadas fuentes admitieron que, debido a la salida de Calabuig, quizá se había producido una "mala coincidencia" a la hora de acometer este proceso.
En medio de este fuerte debate interno, el PSPV celebró este sábado la jornada principal de la Escuela de Verano que está llevándose a cabo en el Botánico. Curiosamente, la elegida para moderar el debate entre el ex presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el jefe del Consell, Ximo Puig, fue precisamente la portavoz municipal, Sandra Gómez.
Una decisión que, según puntualizaron fuentes socialistas, no fue casual: Puig quiso dar protagonismo a la representante municipal en un acto de calado para evidenciar el respaldo a la líder socialista en el consistorio en un momento delicado en el que se están cuestionando sus competencias.