Existen muchas razones por las que invertir en el sector sanitario podría resultar atractivo para los inversores
MADRID. Durante la última década, las acciones del sector sanitario tuvieron una rentabilidad superior que el conjunto del mercado y en los próximos años se espera que esta tendencia se consolide debido, entre otros motivos, a los cambios demográficos que van a incrementar la demanda de estos servicios.
Existen muchas razones por las que invertir en el sector sanitario podría resultar atractivo para los inversores. Por un lado, ha habido un aumento de las fusiones y adquisiciones dentro de la industria, lo que siempre ofrece buenas expectativas de beneficio. Por otro lado, el sector se caracteriza por tener unas fluctuaciones de precio relativamente bajas y una menor sensibilidad económica.
Los medicamentos y las nuevas terapias son siempre necesarios, incluso si el conjunto de la economía presenta una situación desfavorable. Por ello, las acciones del sector salud o los fondos que invierten específicamente en el sector sanitario pueden proporcionar estabilidad a las carteras incluso en coyunturas económicas complejas.
Así, es probable que, en el futuro, patrones como el crecimiento de la población y el envejecimiento de la sociedad, presentes en los países industrializados, impulsen aún más la demanda de servicios sanitarios. Del mismo modo, se necesita seguir buscando tratamientos efectivos para combatir las nuevas enfermedades y patrones clínicos. En este sentido, el creciente número de inversores que desea invertir de forma sostenible también tiene un impacto en las empresas del sector sanitario, dado que resulta sencillo conciliar muchos de los objetivos de salud de las empresas del sector con los objetivos de inversión sostenible orientados a la ESG o a los ODS.
Durante los últimos diez años, las acciones del sector sanitario han presentado una rentabilidad superior a la del conjunto del mercado. Como muestra la comparación a diez años, el índice MSCI World Health Care sector obtuvo una rentabilidad casi dos veces superior al índice MSCI World Broad Market.
Dentro de la sanidad, hay diferentes subsectores que pueden beneficiarse de estas sinergias. En este contexto, los nuevos jugadores en campos como la tecnología o la biociencia pueden realizar importantes aportaciones a los proveedores sanitarios tradicionales, como los hospitales, los médicos y las enfermerías. Este hecho traería consigo nuevas posibilidades y perspectivas para generar un impacto positivo tanto en términos de rentabilidad como en la mejora en el tratamiento de los pacientes.
En última instancia, el envejecimiento de la población y el auge de las clases medias en los mercados emergentes pueden contribuir a un aumento de la demanda de medicamentos lo que, por su parte, supondría un apoyo al sector farmacéutico tradicional, tanto en sus establecimientos presenciales como en las nuevas farmacias online.
Por lo tanto, la salud se presenta como un sector poliédrico, que está evolucionando en diversos escenarios y temáticas, y que incluye dentro de sí desde convergencias con otros sectores hasta impactos de tendencias poblacionales a nivel mundial.